CCOO: Desvergüenza en el Ministerio de Sanidad | Samuel Díez habla para los medios

Pasqual Prim escribió:

Julián Ariza escribió:

Pasqual Prim escribió:

Julián Ariza escribió:Esto no es una lucha por los derechos de nadie, sino una lucha por la hegemonía moral de los comunistas frente a la mayoría católica española.

Los comunistas, en ayuntamientos donde gobiernan, ponen calles a La Pasionaria o al asesino de Paracuellos pero a la vez exigen a los españoles que abandonen sus creencias religiosas y la asistencia espiritual que ofrece la Iglesia.

Animo al Gobierno a reforzar la presencia del catolicismo en las instituciones públicas, porque es una doctrina que fortalece la libertad de los individuos, su disciplina moral en comunidad y la asistencia a los desfavorecidos.

Menudas tonterías acaba de soltar usted.

Cuando faltan los argumentos se recurre a la descalificación personal. Me temo que les han pillado defendiendo su ideología sectaria frente a la mayoría religiosa y cultural española.

¿Acaso no se da cuenta de lo absurdo que es su discurso? Reclamamos el derecho de pensar como queramos, y usted responde pidiendo adoctrinamiento, luchar contra el comunismo por ¿poner nombre a reconocidos líderes? ¿Eso es todo lo que sabe hacer? Únase a CiU o al PP, tienen el mismo discurso

Eduardo Padilla escribió:La mayoría cultural que profundamente respeto, pero no por ello se puede vulnerar los artículos 16.1, 16.2 y 16.3 de la Constitución, en los que se garantiza la laicidad del Estado.

Julián Ariza escribió:

Eduardo Padilla escribió:La mayoría cultural que profundamente respeto, pero no por ello se puede vulnerar los artículos 16.1, 16.2 y 16.3 de la Constitución, en los que se garantiza la laicidad del Estado.

 Se refiere usted, sin duda, a los artículos que reconocen la colaboración del Estado con la Iglesia católica en especial y que se expresa a través del Concordato y de acciones que aseguren la asistencia espiritual de los españoles.

Artículo 16

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. España se define como un Estado laico. Asimismo, los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.