En un mitin de Palma de Mallorca, Sala i Martin habla de economía y de la propuesta del PCE.

Sala i Martin: "Catalunya, Valencià i Illes Balears han estat motors econòmics i hem d'afrontar reformes per poder seguir sent-ho"

Roberto Sala i Martin en un mitin de Palma de Mallorca se refirió a la propuesta de Reforma Agraria del PCE y a las consignas lanzadas por el PSD, profundizando en lo que él cree que es lo mejor para reactivar la economía española:


"[...]Francamente esto no es lo que necesitamos para reactivar nuestra economía. Actualmente el peso de la agricultura en el PIB es cada vez menos relevante, ya tendiendo a la irrelevacia (sobre el 9-8 %). Hogaño, el problema fundamental reside en la industria, nuestro sector industrial representa un 30 % de nuestra economía y con la crisis del petróleo se está observando como nuestro modelo de industria basado en esta materia prima se está agotando. Esto nos está conduciendo a un clima de producción depresiva, que junto con otros factores como el aumento de población (tanto vuelta de la emigración como la natalidad), está provocando que la demanda sea más amplia en un panorama de producción plano. Por todo ello, tenemos que importar más y más productos del exterior con el fin de satisfacer la demanda interna, empobreciéndonos y generando la hiperinflación que estamos viviendo.

Y como no aportemos soluciones rápidas, el desempleo va a seguir y seguir subiendo como ha venido pasando hasta ahora, pues desde 1973 hemos duplicado la tasa relativa. Tenemos que ser conscientes de esto y no actuar, al menos en materia económica, como lo hicieron en la Revolución de los Claveles, pues Portugal y sus ciudadanos sintieron un grave retroceso de su nivel de riqueza. Somos la décima potencia industrial y no podemos permitirnos retroceder en estos momentos de vital importancia.

Yo sé como podemos salir de esta. Debemos incentivar fuertemente la producción por parte de PYME's, reducir toda la burocracia que podamos para que todos los trámites sean llevados rápidamente, dar estabilidad a la economía con unas instituciones democráticas fuertes que atraigan la inversión extranjera que perdimos (unos 45.000 millones de pesetas desde el 73) y configurar un sistema fiscal más adecuado para un fuerte desarrollo de nuestra economía. Con esto volveríamos al pleno empleo, a sanear la economía y a volver a reeditar el milagro económico español, de finales de 50, años 60 y principios de 70, en años de democracia y libertad.

Sabemos que es posible hacerlo y por eso es necesario que lleguemos al Congreso para poder sacarlo adelante y que la voz de los catalanes, de los mallorquines y de los valencianos esté bien representada. Catalunya, Valencià y Illes Balears han sido motores económicos y debemos afrontar reformas para poder seguir siéndolo.[...]"

Nota de la Comisión de pastoral social de la Conferencia episcopal

Si bien las propuestas tendentes a impulsar el crecimiento económico son siempre bienvenidas, nos preocupa esecialmente que a través de ellas se pueda menoscabar la acción social de los poderes temporales. La situación patrimonial de muchas familias exige un trabajo de caridad y de solidaridad con todas ellas. Evidentemente, esto implica destinar recursos a estos fines. ¿Son, pues, compatibles ambas líneas económicas? No es tarea de la Iglesia predecirlo, sino más bien alentar el debate en torno a ello.

FDP: Dios, es casi el pensamiento de Guillermo Canalejas... Por cierto, creo que es el primero en hacer unas propuestas concretas y prácticas...

El crecimiento económico siempre va acompañado de una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y esto es un hecho que ocurre en todos los países democráticos. Hay menos desempleados, menos pobreza y las clases sociales más bajas incrementan notablemente sus rentas. Obviamente en este periodo de crisis se están poniendo en juego todo el compromiso público para salir adelante con el menor de los daños para los que lo están pasando peor. Pero tampoco significa que lo público abarque toda la vida privada, debe existir un punto de equilibrio entre ambas fuerzas para que complementariamente ayuden a corregir sus defectos sistémicos. Por tanto, creo en una economía de mercado regulada desde los organismos públicos para su correcto funcionamiento.

Creo también en la propiedad privada y en la libertad de cada individuo para progresar. No consideramos que un sistema comunista como el que posee en estos momentos países como la URSS o Cuba ayude mucho a desarrollar las libertades de los ciudadanos porque. para muestra un botón. y ese es el de las decenas de miles de ciudadanos que huían del Berlín comunista al Berlín Capitalista al que pronto las autoridades pro-soviéticas de la RDA pusieron solución con un muro que separa a muchas familias injustamente. Es muy fácil actuar de Robin Hood cercenando las libertades de los ciudadanos que más empeño y esfuerzo ponen para que terceros, que quizás no se lo merezcan tanto, disfruten de un bienestar que no se han ganado.

Y para terminar me gustaría dejarle unas cuantas citas bíblicas que invitan a la reflexión.

Libro de San Mateo, capítulo 6, versículos 1-4

"Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, hagas obras de misericordia, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. De cierto os digo que ellos ya tienen su recompensa.
Pero cuando tú hagas obras de misericordia, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, de modo que tus obras de misericordia sean en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará. "

11:41 de San Lucas

"Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio."

Y en San Mateo 22: 20

"A César lo que es de César, y á Dios lo que es de Dios."

Nota de Timoteo Valcárcel, presidente de la Conferencia episcopal española, para el sr. Sala i Martin

En su respuesta a la nota de la Comisión episcopal de pastoral social ha malinterpretado usted la intención de los santos varones que comentaron sus propuestas económicas.

Nada más lejos de su intención, en primer lugar, que hacer una contrapropuesta. Nosotros los obispos no estamos capacitados en absoluto para ello, por nuestra función eclesiástica y por nuestra formación.

Pero no sólo eso, sino que además ha olvidado usted la Doctrina social de la Iglesia que sostiene con claridad muchas de las precisiones que usted ha apuntado. Le recomiendo, por su claridad la lectura de la encíclica Rerum Novarum del Santo Padre de feliz recuerdo León XIII.

Lo que mis hermanos en el episcopado quisieron fue provocar un debate, más ético que económico, entre la irresoluble tensión entre libertad y solidaridad.

Pax vobiscum.