Historia y Contexto

Algo de historia

Hasta la década de 1950 la actividad económica ribagorzana estaba orientada principalmente en el sector agrícola, pero con una fuerte productividad debido a los incentivos y las ventajas comparativas que las generaciones de principios de siglo lograron aprovechar. Se desarrolló con importancia el sector exterior, y se consolidó un modelo orientado a las exportaciones, que generaban los principales ingresos del país. Sin embargo hubo un exponencial crecimiento de la deuda, tanto pública como privada, lo que eventualmente derivó en una fuerte depreciación de la corona ribagorzana. El modelo de exportaciones agrícolas y ganaderas requería una economía abierta, y así fueron intermitentes las depreciaciones en la moneda, que se constituyeron como el principal factor de ajuste en la economía ribagorzana.

Crisis de 1950

Finalizada la segunda guerra mundial, la economía ribagorzana no logró reeditar su inserción internacional, y tampoco obtuvo beneficios concretos de los planes de reparación de post-guerra. Así, la crisis económica se profundizó, con importantes procesos inflacionarios y de estancamiento, derivando ello en la total insolvencia del Estado ante la falta de divisas internacionales. El gobierno recurrió al recientemente creado Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, y en los acuerdos de Marzo de 1952, los principales partidos políticos firmaron las reformas para el desarrollo. Estos acuerdos implicaron la creación de un Banco Central de Ribagorza, público y controlador de los tipos de interés y de cambios. El gobierno liberó la corona al mercado, lo que depreció la moneda disminuyendo las presiones sobre las cuentas externas. Además implementó un plan de contracción monetaria para bajar la inflación. A la vez, parte del programa de recomendaciones de los organismos multilaterales fue la orientación hacia un nuevo modelo de desarrollo, aprovechando la situación geográfica y geopolítica se buscó la modernización del sector financiero. Además aprobaron un régimen tributario moderno que eliminó los viejos impuestos de antaño, creando el IVA, el Impuesto a la Riqueza y el Impuesto a las Sociedades. Y, especialmente, en 1957 se aprobó la trascendental Ley de Protección de la Información Bancaria, mediante la cual se estableció un sistema de secreto y reserva bancaria relativa a los depósitos y captaciones de cualquier naturaleza.

La época de estabilidad

Durante casi 20 años, Ribagorza gozó de un fuerte crecimiento, estabilidad macroeconómica y prosperidad social. Eso permitió la construcción de un moderno Estado de Bienestar, a la par que el país ingresaba en los organismos internacionales más importantes, como la OTAN y el EFTA, si bien no ingresó a la Comunidad Económica Europea. La crisis del petróleo en 1973 también impactó en el país, pero dada la estructura productiva ribagorzana, de escasa impronta industrial y con mayor desarrollo en el sector de servicios y financieros, la recesión fue controlada de manera relativamente óptima.

El Impasse de 1996 

Ribagorza continuó fortaleciendo su posición internacional, y se constituyó como uno de los principales centros financieros de Europa, a la vez que su sector público creció considerablemente. Los gobiernos mantuvieron una cierta política común relativa a la protección del sector agrícola, sin embargo la productividad y competitividad del sector se estancó gravemente durante los años y finalmente entró en crisis. A su vez desde principios de la década de 1990 se intentaron algunas reformas del Estado, ante la creciente deuda pública y constantes déficit primarios. Las crisis financieras internacionales de mediados de 1990 agravaron la situación, generando algunas presiones sobre la corona ribagorzana que desembocaron en la primera depreciación importante desde hacía más de 20 años.

Actualidad

Superada la recesión de 1996, Ribagorza logró volver a la senda del crecimiento, aunque se afrontaron las primeras reformas en el Estado y en el régimen tributario, a la par de las primeras liberalizaciones importantes en el sector de servicios públicos. El país sufrió una campaña liderada por Francia contra los paraísos fiscales y Ribagorza intentó adecuar ciertas normativas internacionales aunque no abandonó el secreto bancario.
Hacia 2012, la moneda se encontraba entre las más sobrevaluadas del mundo, el déficit público se asentaba entorno al 8%, a la par de que contaba con uno de los mayores niveles de apalancamiento interbancario de Europa. Los principales fondos de inversión del mundo comenzaron a dudar de las cuentas públicas y el creciente endeudamiento exterior.

Sin embargo la creciente crisis de liquidez amenazó con derivar en una fuerte crisis de solvencia. Así, el 15 de noviembre de 2015, el Banco Central abandonó la paridad de 50 coronas contra el euro e introdujo restricciones en la adquisición de moneda extranjera en todo el país. En ese contexto en diciembre de 2015 se anuncia la quiebra el centenario Banco de Comercio, el mayor banco privado de Ribagorza y el mayor controlador del Fondo de Pensiones. El efecto fue impactante, y el gobierno se vio obligado a devaluar la corona 20%.  El gobierno anunció el rescate del Banco de Comercio, pero en febrero de 2016 presentó en quiebra el Banco de Créditos Hipotecarios, que a su vez controlaba al mayor fondo de inversión en bienes raíces del país. Las agencias de calificación de deudas soberana rebajaron su calificación durante la crisis ante el temor a una cesación de pagos. Tras las elecciones de marzo de 2016 los acuerdos parecían imposibles.

El rescate del FMI

En abril de 2016 se constituyó un gobierno técnico, que acordó con el FMI un préstamo tutelado. Con ese crédito se esperaba estabilizar la corona, abrir el mercado de divisas y rebajar los tipos de interés que lastraban la actividad económica. Para ello se estableció un paquete de medidas que implicaban duras reformas, entre las que se encontraba un importante recorte del gasto público, aumento de impuestos, la liberación de los controles del tipo de cambio que implicó una impactante devaluación, mayor al 60% y fijó 100 coronas ribagorzanas contra el euro mediante una ley aprobada por los principales partidos, la rebaja del tipo de interés y una reforma de pensiones. Tras cumplir la primera meta determinada por el FMI, los créditos fueron entregados al país y permitieron cumplir con las principales amortizaciones. Las tensiones sociales fueron en aumento, mientras los sindicatos estaban en pie de guerra, liderando la mayor huelga general de la historia.

Estabilidad, elecciones y COVID-19

En 2018 la economía ribagorzana comenzó a estabilizarse y dejó atrás lo peor de su crisis, aunque tras duras reformas que impactaron seriamente en los principales partidos políticos. Las elecciones se producirían el 8 de marzo de 2020, cuando ya parecía que Ribagorza podía comenzar a planificar nuevamente un futuro político y económico más previsible y con proyectos de desarrollo más ambiciosos. Sin embargo, el 26 de febrero de 2020 se detectó el primer caso de coronavirus en el país. El 4 de marzo, el gobierno del independiente Gironels solicitó a los ciudadanos extrema precaución en su higiene y el uso de mascarillas. Tanto el PS como IxF criticaron duramente la posición y pidieron medidas de restricción y control, mientras que Demòcrates y el PN se posicionaban en tomar medidas suaves para no afectar el desempeño de la economía que comenzaba a tomar impulso tras varios años de recesión.