Roberto Martínez presenta su libro: "Un modelo fiscal para España de recuperación y lucha contra la desigualdad"

"[...] Es evidente que estamos en una mala situación económica. Sin embargo es posible salir de ella. Debemos para ello saber la situación de partida y saber, también, a qué lugar queremos dirigirnos. Podemos salir de la crisis expulsando de la cola del vagón a los más desfavorecidos pero también podemos incrementar la crisis actual. Debemos dejar a un lado los dogmatismos ideológicos sean liberales o socialistas y centranos en recuperar a nuestro país, a nuestra ciudadanía. Hoy el gasto público previsto para 2016 alcanza el 28,77% del PIB y los ingresos fiscales de los que disponemos son el 21%, por lo que tenemos un déficit del 7,77%. La deuda pública alcanzará el 103,24%. Por otra parte tenemos un sector privado que expulsa a trabajadores del mercado laboral con una previsión del 28,75%. Ante esta situación, como he dicho, no caben dogmatismos y debemos ser lo suficientemente audaces como para dar con la receta adecuada.

En primer lugar es lógico pedir que de esta crisis económica se salga pidiendo más esfuerzos a los de arriba. En España, como en los países de la OCDE, la pesada carga de los impuestos no cae sobre las clases altas sino sobre las capas bajas y medias que son quienes realmente financian al Estado. Es opresivo comprobar como en países con un Estado más elevado que el español como en Francia el 55-60% de los ingresos de las clases medias (y literalmente medias en cuanto a la distribución de la riqueza y rentas) pasan a engrosar las arcas de la Hacienda Pública. Gracias a las reformas emprendidas por el gobierno de Ocampo se redujo el peso del Estado, sin embargo no se repartieron de manera adecuada las cargas impositivas y en cuanto vinieron gobiernos más incompetentes, se vinieron abajo los esfuerzos por mantener una economía competitiva y solvente. Para ello, para repartir mejor la carga, hay propuestas en este sentido en mi libro:

a) La creación de un impuesto sobre la riqueza neta (activos deducidos pasivos) 0,05%. Este tributo tiene un doble objetivo por un lado poder controlar bien los activos y rendimientos de los contribuyentes para combatir el fraude fiscal y por otro lado recaudar unos 2.600-2.800 millones anuales (0,25% del PIB). El impacto de la propuesta es reducido.
b) La introducción de la progresividad de las cuotas de la Seguridad Social. En la actualidad el trabajador y la empresa (descontándolo de la propia productividad marginal del trabajador) soportan un coste de SS cercano al 30%. Este coste da igual si se trata de un trabajador de 1.000 €/mes o de 10.000€/mes, lo soportan de la misma forma proporcionalmente. Es por ello imprescindible introducir una escala de las cuotas de seguridad social que posea 10 deciles representativos que se actualicen cada dos años por el INE. Los tres primeros deciles pagarían un 8%, los cuatro siguientes un 14% y los tres últimos un 20%. Ello reduciría la desigualdad sustancialmente y mejoraría la empleabilidad en el sector privado de aquellos sin o con mala formación. Esto permitirá recaudar del entorno del 8,0-8,5% del PIB.
c) Fin de la gran mayoría de deducciones y exenciones en IRPF, IS e IVA. El complejo sistema tributario facilita que aquellos que puedan acceder a un asesor fiscal puedan de verdad aprovecharse de las ventajas que existen en la ley tributaria. Evidentemente las capas populares rara vez se pueden beneficiar de las deducciones, por eso el mejor paso es la eliminación de éstas.
d) Fijación de un IS único del 15% que grave el excedente bruto y rentas mixtas permitiendo como máximo la deducción de un 30% de la cuota tributaria en amortizaciones y gastos financieros. Con esta medida este tipo de rentas, cuya totalidad puede decirse que son empresariales, tributarán de manera efectiva el 15% sobre sus beneficios lo que supone una recaudación del 3,2% del PIB.
e) Mantenimiento de los IIEE como en la actualidad, que recaudan sobre el 5% del PIB.
f) Realización de una escala de IRPF similar al esquema planteado para las cuotas de la Seguridad Social, de forma que el 30% de los asalariados más pobres no paguen y el 30% más rico soporte la mayoría del peso (los tres primeros 0%, el cuarto el 5%, el quinto el 10%, sexto el 15%, el séptimo el 20%, octavo 25%, noveno el 30% y el décimo el 35% de tipo efectivo). Con este nuevo impuesto, eliminado las deducciones y reducciones como se ha expuesto en el apartado c), se conseguiría recaudar el 8% del PIB si consideramos que el 55-60% de la renta nacional corresponde a asalariados.
g) Reducción del IVA del 22% a un tipo único del 15%. Con esta simplificación se conseguirá recaudar aproximadamente el 8,25% en la previsión más conservadora (un consumo gravable como componente del PIB del 55%)

Con esta gran simplificación del sistema fiscal no sólo favoreceremos la actividad económica sino que además conseguiremos recaudar más y luchar de manera más efectiva contra el fraude fiscal. Si consideramos que el fraude se reduciría al 20%, la cifra total que recaudaríamos (contabilizando además un 3% PIB de otros impuestos y tasas) sería del 28,56%, lo cual lograría equilibrar las cuentas públicas, reducir la desigualdad y relanzar la actividad económica. Evidentemente se necesitan importantes reformas del mercado laboral y regulatorio, pero con su acompañamiento, esta reforma sería la que garantice la recuperación y la lucha contra la desigualdad en España."