Moción de censura (GPLD)

Fabián de la Torre
Candidato a la Presidencia del Gobierno

Muchas gracias, señor Presidente.

Señorías, Sra. Presidenta del Gobierno, hoy nos encontramos aquí porque la situación de España es dramática. Las difíciles circunstancias que han obligado a mi Grupo Parlamentario a presentar una moción de censura son de sobra conocidas y no requieren un nuevo planteamiento.

Hoy, esta Cámara debe decidir si da continuidad a un Gobierno extremista, radical, intolerante y antidemócrata; o, por el contrario, permite que quien les habla ocupe la Presidencia del Gobierno de forma prácticamente interina para asegurar que el próximo 26 de mayo los españoles vuelvan a tener la palabra. Porque aquí y ahora prometo que disolveré el Congreso de los Diputados y convocaré elecciones generales tan pronto como me lo permita la Constitución.

Señorías, durante los últimos cuatro meses el gobierno liderado por el Partido Socialista no ha hecho más que abusar de su poder, insultar a la oposición y descalificar a quienes queremos trabajar por España. Nuestro país se encuentra en una grave situación. Debemos afrontar una crisis económica, social y política. Estamos en un momento histórico que requiere de un liderazgo histórico. No podemos tolerar que quien es incapaz de ver más allá del odio partidista, de la discriminación ideológica o de los intereses particulares y electorales siga gobernando nuestro país en un período como es éste en el que nos encontramos.

Han sido muchas las ocasiones en las que critiqué al gobierno de Sofía Torres. Todos ustedes lo han hecho. Ahora es el momento de demostrar que estas críticas no eran infundadas si no que tenían una base sólida sobre la que sostenerse. Hoy tenemos la oportunidad de demostrarlo.

Señoras y Señores diputados, hace tres días llamé por teléfono a la Presidenta del Gobierno, en calidad de Líder de la Oposición, para pedirle, vistas las circunstancias políticas y sociales, que hiciera uso de la herramienta constitucional de la cuestión de confianza ante esta Cámara, para ratificar que sigue contando con el apoyo necesario que requiere un Gobierno estable y demócrata. La respuesta de la Presidenta del gobierno, además de contraria, calificaba esta solicitud legítima y parlamentariamente aceptable de " iniciativa golpista". Esta descalificación se une a los insultos que desde hace meses vengo recibiendo, tanto de la Presidenta del Gobierno, como de varios ministros. Insultos a mi juicio y al de la mayoría de la opinión pública improcedentes en este clima de democracia que tenemos la suerte de disfrutar.

No obstante, las carencias y defectos de este gobierno ya han sido de sobra comentados, expuestos y argumentados. Todos los partidos políticos, casi sin excepción, hemos planteado ya en más de una ocasión nuestro desacuerdo con las políticas, y con las formas de hacer política, llevadas a cabo por el Gobierno presidido por doña Sofía Torres. Este discurso, que pronuncio con emoción y con preocupación, está dirigido a todos aquellos Grupos Parlamentarios que, aun siendo diferentes ideológicamente a nosotros, son conscientes de que tienen el deber político y moral de parar los pies a este Ejecutivo. Mis credenciales son de sobra conocidas. Mi forma de hacer política, también. Mis ideales, mucho más. No renunciaré a ellos y quiero que eso quede claro aquí, ante todos ustedes y ante todos los españoles. Pero sí estoy dispuesto a ofrecer un sacrificio político y personal para evitar que España siga por el rumbo de inestabilidad, incapacidad y crispación que hoy padecemos.

Hoy pido a sus Señorías la confianza para que me permitan formar un Gobierno basado en el consenso, el diálogo, la tolerancia y la libertad. Dadas las circunstancias, no es el momento de preocuparse por cumplir un programa electoral. No es el momento de priorizar medidas que sólo busquen el beneficio partidista. Ahora es el momento de mirar hacia adelante y velar por los intereses de una España que exige mucho más de la clase política que hoy está reunida aquí en representación de la soberanía nacional.

Si sus Señorías tienen la bondad de investirme Presidente del Gobierno, mi prioridad será el desarrollo constitucional, las relaciones internacionales (las mismas que este gobierno ha descuidado por completo), y una solución pactada y consensuada a la crisis económica y social que padecemos. Lo haremos en el Congreso de los Diputados, y no en el salón de reuniones del Consejo de Ministros. Lo haremos mediante Proposiciones de Ley dialogadas y debatidas aquí, y no mediante Reales Decretos-Leyes impuestos e injustificados. Lo haremos dialogando con todos; con todos. Porque España así lo demanda.

El desarrollo de la constitución se basará en la promulgación de las Leyes Orgánicas del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial, de los Estatutos de Autonomía que nos hagan llegar las diferentes instituciones preautonómicas, del Régimen Electoral General y de la Educación.

Nuestras relaciones internacionales estarán directamente enfocadas, dentro de lo posible en el breve periodo de tiempo del que estamos hablando, a acercar posturas con la Comunidad Económica Europea y muy especialmente con Marruecos.

La crisis económica sólo encontrará solución si la prioridad de España es crear empleo, un empleo estable, en condiciones laborales normales y aceptables, en concordancia con nuestros vecinos europeos. Con relación a la economía advierto que, dadas las circunstancias temporales que concurren, si resulto elegido hoy Presidente del Gobierno asumiré los Presupuestos Generales del Estado que previsiblemente apruebe esta Cámara mañana, porque no habrá tiempo para confeccionar otros antes del 1 de enero de 1979.

Dicho esto, Señorías, ahora corresponde a los Grupos Parlamentarios decidir si el Gobierno de Sofía Torres debe continuar ejerciendo sus funciones en las circunstancias en que lo viene haciendo desde hace cuatro meses, o por el contrario entregan su confianza a quien ha demostrado una y otra vez que siempre, y reto a quien crea lo contrario a que lo demuestre con hechos, cumple su palabra.

Señorías, les pido que piensen en España. Les pido su confianza en nombre de la democracia.

Muchas gracias, sr. Presidente.

Sofía Torres
Presidenta del Gobierno

Señoras y señores Diputados,
Señor de la Torre,

Hace tan solo cuatro meses nos encontramos ante una situación altamente compleja para España. Heredamos un Gobierno de transición, que evidentemente fue fruto de la irresponsabilidad política del propio Partido Liberal. Recordamos que ese gobierno de concetración fue una obligación para quienes ahora piden la cabeza de este Gobierno democráticamente constituído. Una obligación porque ante las barbaridades realizadas, decretazos puenteando al Congreso, ilegalización temporal del Partido Comunista, ilegalización de huelgas, y un largo etcétera, Su Majestad el Rey se vió en la necesidad de auspiciar un gobierno que pudiera salvar a España del caos político, porque como todos recordamos, quienes estuvimos aquí en la anterior legislatura sentimos la verdadera humillación de un Gobierno que nos tomaba como una asamblea de rol consultivo.

Estos señores, que provocaron la mayor crisis institucional de los últimos tiempos, son los que se proponen a gobernar. Pero no solo eso, estos señores que dejaron 10% de parados, un sistema financiero en quiebra, una España aislada de Europa, recesión, déficit, deuda al borde del default, ministros de defensa golpistas, y nuevamente, un largo etcétera, se proponen a gobernar.

Esto no es lo peor, lo peor es que quien se propone de candidato fue quien perdió las elecciones, y perdió las elecciones siendo Presidente del Gobierno. Perdió la confianza de los ciudadanos, en realidad, una confianza que jamás tuvo, porque quien ganó las elecciones en 1977 fue el señor Esteban Armada, y no el señor de la Torre. No solo nunca tuvo la confianza de los españoles sino que en esta Legislatura no ha tenido el apoyo del Parlamento. Sin embargo, el señor de la Torre, pretende regresar a La Moncloa.

Señorías, esto es lo que se debate hoy: la irresponsabilidad de un partido político y de una persona que sin escrúpulo pretende ser Gobierno luego de todo lo mencionado. Pretende dar liderazgo quien jamás lo tuvo, pretende dar soluciones a la crisis económica quien dejó la peor crisis económica de la historia, pretende dar respuesta a los conflictos internacionales quien no pudo resolver ni siquiera un problema como mediador entre dos países extranjeros.

Señorías, este Gobierno tiene cuatro meses de existencia. La irresponsabilidad que significa esta moción es inaudita. Es el sinónimo de la voracidad de poder, el sinónimo de no aceptación de la derrota electoral. Porque, señoras y señores diputados, observamos que el señor de la Torre no propone nada, no se moja en nada, pero eso sí, critica todo. Ya le conocemos, es la oposición del ''no, nunca, jamás'', es la táctica de la destrucción del rival, sin importarle nada, sin importarle los ciudadanos, sin importale el interés general de España.

Hace cuatro meses teníamos un sistema financiero destruído, con bancos comerciales que nos estallaban a diario. Hoy, tenemos un sistema financiero saneado, fuerte y consolidado gracias al Fondo de Seguridad Financiera que es ejemplo, a propias palabras del Presidente de la Comunidad Económica Europea, para todos nuestros vecinos y aliados.
Hace cuatro meses teníamos 10% de parados y el 65% de ellos, jóvenes. Hoy, sin embargo, tenemos estimación de disminución del 0,5% de parados para el próximo semestre y ya en este semestre, hemos pasado del 65 al 40% de parados juveniles.
Hace cuatro meses teníamos una España completamente aislada de Europa, peleada con Francia y con Alemania. Hoy, tenemos una España que firma convenios bilaterales con Alemania y Reino Unido, que a palabras del propio Ministro de Finanzas alemán, estamos en la senda correcta y cada día más cerca de la Comunidad Económica Europea.
Hace cuatro meses teníamos 7% de déficit fiscal y el riesgo de default era inminente. Hoy tenemos 4% de déficit fiscal y cero riesgo de default, lo que ha permitido el abaratamiento en 12%, señorías, en 12% del crédito externo con el cual se financia no solo España, sino el sector privado de nuestro país, y que influye de forma directa en la sostenibilidad de la liquidez interna para las pequeñas y medianas empresas.
Hace cuatro meses ni siquiera teníamos presupuestos, porque quien ahora se propone gobernar tampoco hizo los deberes más básicos de un Gobierno. Hoy tenemos los Presupuestos Generales más sociales de la historia de España.
Hace cuatro meses teníamos un Estado de Bienestar al borde del colapso. Hoy hemos invertido en las partidas en educación llegando al nivel récord del 14% de nuestro presupuesto. Y junto a sanidad y trabajo y seguridad social alcanzando más del 40% de todo el presupuesto del Estado.
Hace cuatro meses los pensionados seguían cobrando las mismas cuantías que en 1976. Hoy los pensionados cobrarán una actualización verdadera y para las clases pasivas mínimas un doble adicional.

Señorías, podría seguir nombrando todo lo que en estos cortos pero intensos cuatro meses hicimos y todo lo que el señor de la Torre no hizo en doce meses de Gobierno.

Yo apelo a la responsabilidad de toda la cámara para que su confianza siga en un Gobierno social, pragmático y que fundamentalmente tiene por objetivo trabajar, de verdad y con seriedad. Apelo a que no sean parte de esta moción irresponsable que dejará a España a la deriva, sin gobierno durante seis meses, sin gobierno para seguir luchando contra el paro, contra la crisis, por los niños, los pensionados y las clases más desfavorecidas. Apelo a que no caigan en la píldora envenenada, endulzada por el señor de la Torre, me refiero claro está, a su supuesta vocación de diálogo. Apelo señorías, al sentido común de todo este Parlamento.

Muchas gracias

(Ovación de pie de la bancada socialista)

Fernando Barrio y Eguskiza
Portavoz del Grupo Parlamentario Vasco

Muchas gracias, Señorias y Excelencias:

Nuestro grupo, para la ocasión, habíamos versionado la canción de Chattahoochee, de Alan Jackson, como dedicatoria al gobierno saliente de la señora Torres. Pero, por avatares del destino, nos ha sido imposible arreglar lo preciso para poder cantarla hoy en éstas Cortes. Por lo cual, lamento comunicarles que no se deleitarán con una pieza de música country sino que escucharán mis aburridas palabras en las que, como todos se imaginarán, pondré a caldo a Su Excelencia y a su gabinete. Ya lo siento.

Cuando el Partido Socialista ganó éstas elecciones hace unos meses, éste intentó recabar el apoyo de nuestra formación, en unas reuniones mantenidas durante la Constitución de las Cortes. En ellas, el equipo de la señora Torres ya dejó ver su nula predisposición al diálogo y a la negociación, al demandarnos nuestro apoyo a cambio de nada concreto. Como es obvio, éste partido se negó a tal cosa, ya que no somos, ni seremos nunca, los perritos falderos de nadie. No vaya a ser que alguien se confunda, porque hoy es el PSOE pero mañana puede ser cualquiera otra formación política a la que debamos oponernos.

El PNV, como depositario de la voluntad del pueblo vasco, vino y viene a éstas Cortes con unos objetivos muy concretos, que son el desarrollo del autogobierno vasco y la restauración de sus derechos forales, en la forma en la que la Constitución los recoge. Éstas fueron las condiciones que le pusimos al Partido Socialista para conseguir nuestro apoyo, condiciones a las que se negarón. Bien, luego su candidatura fue solemnemente rechazada por mayoría absoluta en la primera votación del Congreso, siendo su primer toque de atención. Pero, parece que nada han aprendido de ello, pues una vez más el gobierno ha decidido ponerse entre la espada y la pared. Ellos sabrán lo que están haciendo, pero por ahora parecen a punto de perder la Moncloa.

Y, como es evidente, nosotros apoyaremos la moción, pues el tono con el que el gobierno nos ha tratado en éstos meses, en particular el Ministro de Economía, ha sido lamentable. No creo que haga falta que sea más preciso.

Milesker.

Señor Vicepresidente del Congreso. Señorías:

Nos encontramos debatiendo la primera moción de censura del período constitucional. Eso podría contemplarse con cierta normalidad… de no ser porque hace apenas cinco meses desde que se constituyó esta Cámara. Desde entonces hemos asistido a tensos debates, a intercambios de acusaciones que nos han trasladado al escándalo más absoluto, a medidas de carácter meramente partidista. Fuera de esta Cámara, cuyo prestigio han ensuciado algunos de sus miembros, ha habido, de igual modo, descalificaciones, burlas a la prensa, falta de diálogo. El Gobierno que usted preside, señora Torres, podía elegir entre gobernar plácidamente o gobernar en soledad. En contra de lo que indica el sentido común, eligieron esta última opción. Los responsables de esta moción de censura, aunque no acepten a reconocerlo en público, son ustedes. Es usted, señora Presidenta, y es su Gobierno. Y creo sinceramente que usted es plenamente consciente de eso. Nada hemos escondido a la ciudadanía acerca de nuestra opinión. Nada le hemos ocultado a usted. Tanto frente a los españoles, como en la conversación privada que mantuvimos, nuestra posición y nuestros argumentos fueron los mismos. Nuestras quejan no cambiaron. Usted sabe que lo que le dijimos anoche, ya se lo habíamos dicho antes a los españoles. Pero sabe, del mismo modo, que se lo habíamos advertido usted en el momento en que esta Cámara debatía su investidura. Poco sentido tiene que repitamos, pues, aquello que hemos venido diciendo últimamente. No es cuestión de aburrir a los miembros del Parlamento ni a los millones de españoles que con atención y preocupación siguen esta extraordinaria sesión.

Señor De la Torre. Usted es el mismo candidato que no logró convencer a una mayoría simple de los españoles. Ahora pide a esta Cámara una confianza difícil de definir. Igual que hizo en su momento la señora Torres, no presenta un programa ni una línea de acción para un Gobierno que debe durar, según sus propias palabras, más de medio año. Usted no solamente ha sido víctima de las descalificaciones a las que hace referencia. En este mismo hemiciclo, su grupo también se ha dedicado a elevar la tensión del contexto diario político. A día de hoy, este Congreso no ha debatido, salvo la presente moción de censura, ninguna medida presentada por su partido. De las medidas votadas, han votado a 3 en contra y a tres a favor; se han votado trece medidas. Son, seguramente, el grupo parlamentario más abstencionista. A veces, eso ha hecho posible que se aprueben medidas presentadas por el Grupo Parlamentario Laborista, es cierto. Pero no por ello deja de preocuparnos que el partido que aspira a Gobernar sea, a la vez, el que más abstenciones, probablemente, deje atrás. No es tranquilizador, reconózcalo, Señoría.

Como digo, en los pocos meses de esta primera Legislatura constitucional, las disputas entre el Partido Liberal y el Partido Socialista, lejos de transmitir la imagen que habría sido idónea, han trascendido por dejar de lado lo que verdaderamente importa. Permítanme, Señorías de ambos partidos, recordarles que les separa una diferencia de apenas doce Diputados y que son, ustedes, los grupos con mayor representación en esta Cámara. Señorías, deberían obligarse mutuamente a entenderse. Tanto uno como otro grupo deberían aprender de esta situación. No es normal, ni positivo para España, que la primera moción de censura de este período democrático se lleve a cabo tan solo cinco meses después de haberse constituido este Congreso de los Diputados. Les pido, en nombre de los que decidieron entregarnos su confianza, pero también, estoy seguro, en nombre de los votantes socialistas y liberales, que acerquen posturas, que se entiendan, que se escuchen y dejen a un lado las disputas personales o meramente políticas. Una vez somos designados Diputados, somos representantes institucionales, más que políticos, y a eso debemos dedicarnos con todo nuestro espíritu y esfuerzo.

Señora Torres, Señor De la Torre:

El discurso que estoy pronunciando, es probable, no sea a gusto de ninguno de ustedes dos. Irremediablemente, el voto que ejerzamos favorecerá más a uno que a otro. Han escuchado mi intervención. Sabrán las dudas que sobre ambos tengo, y tiene todo mi grupo. No podemos votar a favor de la continuidad de la Señora Torres, por tanto, no nos opondremos a esta moción de censura. Tampoco podemos votar a favor de la investidura del señor De la Torre, por tanto, tampoco podemos votar a favor de esta moción. Las cosas no son sencillas, pero solamente nos queda la abstención. Y sé, señor De la Torre, que usted preferiría que apoyáramos esta moción, pues en la práctica, y aunque no sea nuestra intención, este voto favorece antes a la señora Presidenta que a su candidatura. Pero debe tener presente, y de ello debe tomar plena conciencia la señora Torres, de lo que acabo de decir: no podemos votar a favor de su continuidad.

Señora Presidenta, Señor De la Torre:

Nuestra abstención no produce un resultado automático. Las consecuencias de esta moción dependen, también, de otros Grupos Parlamentarios. Sin embargo, me dirijo a ustedes, por ser uno de ustedes el que ocupara la jefatura del Gobierno o la seguirá ocupando. Le pido al Presidente de lo que queda de Legislatura que se distancie de la actitud que ha caracterizado en los últimos tiempos a las dos principales formaciones.

Señor De la Torre:

Si usted resulta investido, puede contar con el hecho de que mi partido seguirá ejerciendo la misma oposición responsable que, humildemente, creo que venimos haciendo. Deberá gobernar recordando que su partido no es el Grupo con mayor representación en esta Cámara. Deberá gobernar desde la más estricta moderación hasta la convocatoria de nuevas elecciones que determinen una nueva composición del Congreso. No será fácil, pues las dificultades son muchas y su elección habrá sido atípica.

Señora Presidenta:

Si usted no es relevada por esta Cámara deberá cambiar, ya antes de que finalice esta sesión, la actitud de su persona y de algunos miembros de su Gobierno. Deberá remover a los Ministros que no fueran responsables en su cargo y deberá sentarse a dialogar con el resto de partidos más que para salvar una moción de censura. Como le hemos dicho, si usted no es relevada, y ofrece un comunicado a este respecto, esa intervención debe ser conciliadora para con todos los grupos. En esa intervención no aceptaremos ningún ataque a ninguna formación de la oposición, pues usted es la principal responsable de esta moción. Deberán cambiar muchas cosas, y deberán cambiar rápido.

Señorías:

Este es, podríamos decir, nuestro veredicto: el Gobierno de la señora Torres, en caso de seguir, tiene hasta que se cumpla un año de la constitución de esta Cámara para convencer. De no ser así, nosotros mismos impulsaremos una moción de censura, promoviendo al señor De la Torre como candidato, y de modo que se celebraran inmediatas elecciones.

Señorías. Señor Vicepresidente del Congreso.

Fabián de la Torre
Candidato a la Presidencia del Gobierno

Gracias, señor Presidente. Señorías, buenas noches.

Señorías, a la vista de las intervenciones de todos ustedes, que he aguardado y escuchado con suma atención, debo felicitar a la Presidenta del Gobierno porque no ha perdido la Presidencia del Gobierno.

No obstante, quiero dejar clara una cosa, Señorías. De todas sus intervenciones, salvo la obvia excepción del Partido Socialista, se desprende que no apoyan ni el pasado de este Gobierno ni el futuro que con él se augura. Todos lo han dicho: no podemos seguir así.

Señorías, señores Presidentes de los Grupos Parlamentarios, en pocos minutos ustedes votan a favor o en contra de una moción de censura. Y lo hacen, Señorías, porque yo como líder de la oposición carezco de otros métodos para exigir la responsabilidad del Gobierno. No es plato de mi gusto postularme para presidir un Gobierno en la cuerda floja y sometido a la siempre voluble y cambiante opinión de esta Cámara. Pero es que no hay otra opción que me permita tener la conciencia tranquila.

Porque yo tendré la conciencia tranquila. Ayer el señor Valladares hacía un llamamiento a la oración; yo lo hago a la reflexión, pero sobre todo a la coherencia. Señorías, la verdad es transparente y meridianamente clara. Quienes hoy, por acción o por omisión, den al Gobierno la posibilidad de seguir adelante, lo estarán legitimando. En otras palabras, quedan desacreditados para pedir responsabilidad alguna al Ejecutivo fuera de las urnas.

Señorías, en mi primera intervención les hablé de sacrificio. Les dije que estoy haciendo un sacrificio político y personal, y no eran palabras vanas. Yo les aseguro que lo que más conviene a mi partido es que el PSOE siga gobernando tres años más. Les aseguro que lo más cómodo y fácil para mí es ocupar este escaño granate y no ese azul, Señorías. Pero creo que España merece mi sacrificio, por supuesto, y no sólo lo merece sino que lo necesita con urgencia. Ustedes lo rechazan y, en algún caso, me emplazan a estar de nuevo aquí, dentro de un año. Sin embargo, Señorías, las cosas no funcionan así. Entre otras cosa, señoras y señores Diputados, porque quizá dentro de un año yo no esté aquí dispuesto a ofrecer de nuevo la otra mejilla. Hoy el PLD les ha dado una oportunidad, como muchos han dicho desde aquí, “buscada por el Gobierno”. Si la desperdician, el culpable no será el PLD pero la perjudicada será España.

Repasaré ahora las intervenciones de los Grupos, Señorías.

Señora Presidenta, empiezo por usted. Usted ha comenzado, para variar, removiendo el pasado. Lo más triste es que lo hace engañándose a sí misma (que me preocupa bien poco) pero intenta engañar a los españoles.

Jamás quise decir estas palabras, pero usted ha repetido ese mensaje una y otra vez y no estoy dispuesto a seguir tolerándolo. Señora Torres, usted miente al decir que el Gobierno de Concentración fue una obligación, usted miente cuando dice que fue fruto de nuestra iresponsabilidad y usted miente cuando dice que yo no he sido legitimado. Señora Torres, usted y toda España saben que fui yo quien convocó a los líderes para formar un Gobierno de unidad cuando nadie apostaba por él. Usted y toda España saben que fui yo quien decidió poner fin al Gobierno de Esteban Armada. Y usted y toda España saben que nada me obligaba a hacerlo, señora Torres. ¡Nada me obligó a hacerlo pero lo hice, señora Torres, usted lo sabe y no puede negarlo! ¡¡Ustedes lo saben, así que dejen de engañarse a sí mismos!!

Señora Presidenta, usted no da muestras de cambio porque sigue diciendo, y le cito a usted, que soy un “hipócrita y un falto de escrúpulos”. Usted, señora Torres, es la hipocresía personificada, que prometió guardar las deliberaciones del Consejo de Ministros. Usted, señora Presidenta, tiene una obvia falta de escrúpulos manteniendo en su cargo a una Ministra que se ha reído de mí en una rueda de prensa y ha humillado a una periodista.

Señorías, señora Torres, no quiero caer una vez más en su espiral de insultos y descalificaciones. Usted vive de eso, de su chulería y su prepotencia. Hasta cuando ha visto peligrar su puesto ha sido incapaz de dialogar, cuando el mandato de los españoles fue inequívoco. Usted no está capacitada políticamente para ocupar su cargo.

Señor González Núñez, quisiera matizar una cuestión sobre la sanción de las leyes por parte de Su Majestad. El artículo 91 de la Constitución dice literalmente “el Rey sancionará las Leyes aprobadas por el Congreso de los Diputados”. La cosa no está en lo importante de la firma física, sino en que el Gobierno incumple la Ley. El Ministro de la Presidencia es quien está encargado del BOE, y si publica en él textos sin sancionar está incurriendo directamente en una violación de la Constitución. Como bien dice usted, señor González, es una muestra más de la dejadez del Gobierno.

Señor Barrio, usted ha puesto de manifiesto aquí algo que ya sabíamos: que el Gobierno al que nos enfrentamos es incapaz de negociar, de dialogar y de acordar. Me pregunto yo cómo van a sacar adelante las leyes de desarrollo constitucional que requieran, por ejemplo, 3/5 partes de la Cámara...

Señor Valladares, señor Portavoz de ULE, con usted he hablado largo y tendido sobre esta moción. Yo le transmití mis intenciones e impresiones. Usted, las suyas. Ha estado muy acertado al decir que el Gobierno pudo elegir entre el consenso y esta lucha fratricida, y en contra del sentido común eligió la segunda.

Señor Valladares, dice usted que no he presentado un programa de Gobierno. N lo he hecho porque esto es una moción de censura, no un debate de investidura. Yo debo explicar aquí por qué he tomado esta decisión y por qué creo necesario el cambio. No obstante permítame que me remita a mi primera intervención: no es momento de cumplir un programa ni de hacer promesas imposibles porque la situación es dramática. Hay que revitalizar la economía creando empleo, hay que ayudar a los saharauis buscando una solución dialogada con Marruecos y con Mauritania y hay que desarrollar la Constitución porque de lo contrario este país no puede vivir en un Estado de Derecho. Ésas son las líneas guía de mis intenciones, pero yo no puedo prometer ni aceptar compromiso alguno porque no soy, ni por lo visto seré, Presidente del Gobierno.

Señor Valladares, usted y toda España saben que con su abstención hoy libera de la responsabilidad que yo le exijo a la señora Torres y a su Gobierno. Hoy usted va a tolerar que el Partido Socialista siga gobernando, y para su desgracia eso le hace directamente corresponsable de ello. Piénselo bien, porque no es tanto darme el gobierno a mí como permitir que Antonio Blanco siga desafiando todas las normas no escritas de la decencia y el decoro político.

Y este mensaje es el mismo con el que quiero terminar mi discurso mencionando al PCE; al PSOE no pienso replicarle porque su discurso no ha cambiado, y al PLD sólo puedo agradecerle su lealtad incondicional.

Señor Sánchez, con usted ocurre otro tanto de lo mismo que con ULE: sus votos son determinantes en un trámite que requiere la mayoría absoluta. Por lo tanto, asuman desde hoy sus hechos: han permitido que Torres siga haciendo lo que ha venido haciendo hasta ahora.

Y precisamente con una frase del señor Sánchez, que pasará a la historia sin duda mucho más que todos los que estamos aquí reunidos. Señor Sánchez, no puedo estar más de acuerdo con usted. En esta España en libertad pero bajo el mantra constante de los insultos personales; en esta España de pluralismo político y de parlamentos fragmentados; en esta España, en fin, de democracia, es cierto: “Esta no es la democracia por la que miles de personas dieron su vida”. No lo es, señor Sánchez. No lo es, y lo siento. He intentado cambiarlo. Ustedes no me han dejado hacerlo.

Gracias por escucharme, señorías, buenas noches y muy buena suerte.