El Arzobispo de Barcelona también quiere excomuniones

FDP: Este hilo es continuación de uno anterior, en el que el Obispo de Vitoria, por una parte, y los de Salamanca y Ciudad Rodrigo, por otra, anunciaron procesos canónicos contra los diputados elegidos por sus respectivas provincias.

El Arzobispo de Barcelona, el Excmo. y Rvdmo. sr. don Luis Gispert, comparece ante los medios de comunicación para solicitar que se abra otro proceso canónico contra los diptados de la provincia de Barcelona:

Buenas tardes. Me reuno hoy con todos ustedes para hacer saber mi opinión sobre el futuro canónico de los diputados elegidos por la provincia de Barcelona. Como es sabido, tras la reciente aprobación de la Ley 3/1978, varias diócesis han resuelto incoar procesos penales en el orden canónico contra diputados elegidos por sus territorios. Mencionadamente, mi hermano de Vitoria, por una parte, y los de Ciudad Rodrigo y Salamanca, por otra. Varios otros prelados han manifestado su aprobación a estas medidas.

Yo soy de la misma opinión que estos ilustres señores, y quisiera ordenal a mi tribunal metropolitano que iniciase la pertinente investigación. Sin embargo, me topo conque mi diócesis sólo cubre una parte del territorio de la provincia de Barcelona. Y lo mismo ocurre con las otras diócesis catalanas. Es por ello que hoy hago un llamamiento a todos los obispos catalanes para que nos reunamos y resolvamos abrir el oportuno proceso canónico contra los diputados catalanes.

Espero que mis compañeros concuerden conmigo, y pronto se estén practicando diligencias judiciales. Nada más. Se abre el turno de preguntas.

FDP: Me he emocionado...como echaba de menos esto (y jugar al sim también)

DDP: Ustedes siguen en sus trece oiga!

FDP: Pues venga, publica tú algo propio.

DDP: Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

Excelencia, no contaba con verle por aquí. Adelante, adelante, no se quede de pie.

Le ruego comprenda mi posición. La actitud que presenta la clase política española es, desde un punto de vista estrictamente pastoral, absolutamente inaceptable. Si fueran Vds. personas particulares, sus opiniones no trascenderían y todo quedaría en el fuero sacramental. Pero siendo Vds. personas públicas, es mi deber como pastor de la Iglesia advertir a los fieles de lo erróneo de su postura, y señalar esto claramente. En otro caso, daría la impresión de que tolero su decisión. Y eso no puedo hacerlo.

Además, excelencia, de que conviene apartar al pecador irredento de la comunión eclesial para que reflexione sobre su actitud. Es lo que los penalistas denominan, con cierto tinte germanizante, "prevención especial".

Comprendo perfectamente su posición, pero también comprenda la mía. Venimos de una dictadura basada en el nacional catolicismo, que expectuando los años finales, la Iglesia ha intervenido de forma activa en la vida política y social del país.
Si queremos ser un país democrático y moderno, debemos de impedir eso, es decir, separar de forma clara Iglesia y Estado, cada uno en su ámbito y nada más, que pueda opinar sí, que pueda influir en las decisiones de los políticos representantes del pueblo soberano, no.

Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

La Iglesia católica, excelencia, ha participado activamente en la vida política y social, y lo seguirá haciendo, lo mismo que tantas y tantas fuerzas vivas de lo que se viene en llamar "sociedad civil". Y ello porque la Política no es patrimonio exclusivo de la clas política, sino que todas las agrupaciones de ciudadanos pueden participar, cada una a su manera en esta noble tarea. Sindicatos, patronal, universidades, etc. intervienen por derecho propio en la configuración del poder temporal.

En ese sentido, los Romanos pontífices de los últimos tiempos han ordenado que la intervención de la Iglesia en la vida política y social se limite a su acción pastoral y a su Magisterio moral. Eso intentamos.

No me malinterprete S.E. Arzobispo de Barcelona, no quiero quitar la libertad de expresión de la Iglesia, pero por las razones que he dicho anteriormente, no veo bien las excomuniones, según mi opinión es una forma de entrometerse en la política y en la vida privada de sus representantes, una forma de presión, vamos.

Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

Ciertamente, excelencia, la excomunión tiene entre sus fines ejercer presión sobre el fiel. Fin que comparte con la columna periodística, las manifestaciones y concentraciones en la vía pública, las huelgas, etc. Y es que resulta que la actividad de las fuerzas políticas está sujeta al control (parcial y limitado, pero control) de la sociedad civil.

Pero ustedes no hablan desde la ciudadanía católica, hablan desde una Institución aparte de la sociedad civil, como quien dice.

Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

No veo por qué nos separa de la sociedad civil.

Jose Trotsky escribió:Comprendo perfectamente su posición, pero también comprenda la mía. Venimos de una dictadura basada en el nacional catolicismo, que expectuando los años finales, la Iglesia ha intervenido de forma activa en la vida política y social del país.
Si queremos ser un país democrático y moderno, debemos de impedir eso, es decir, separar de forma clara Iglesia y Estado, cada uno en su ámbito y nada más, que pueda opinar sí, que pueda influir en las decisiones de los políticos representantes del pueblo soberano, no.

+1, completamente de acuerdo con usted.

No creo que vaya a pasar nada. Palabras, nada más.

Jorge J. Churchill escribió:No creo que vaya a pasar nada. Palabras, nada más.

Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

Lo cierto, excelencia, es que por mi parte haré todo lo posible para que se abra el oportuno proceso canónico. Llamo y sigo llamando a mis hermanos de Tarragona, Solsona, Tortosa, Vich, Lérida, la Seu de Urgel y Gerona.

Timoteo Valcárcel escribió:

Jorge J. Churchill escribió:No creo que vaya a pasar nada. Palabras, nada más.

Luis Gispert, arzobispo de Barcelona:

Lo cierto, excelencia, es que por mi parte haré todo lo posible para que se abra el oportuno proceso canónico. Llamo y sigo llamando a mis hermanos de Tarragona, Solsona, Tortosa, Vich, Lérida, la Seu de Urgel y Gerona.

Me remito a la tensa relación entre el Papa S. S. Pablo Vi y Franco. Pablo VI lo amenazó más de una vez con la excomunión y, al final, nada.