Proposición de Ley de Nulidad, Separación y Disolución del Matrimonio (Gobierno)

FELIPE OLIVENZA
Presidente del Congreso de los Diputados

Señorías, buenos días. Se abre la Sesión para el debate de la siguiente Proposición de Ley, presentada por el Gobierno.

Spoiler:

Tiene la palabra para el discurso inicial el Ministro de Justicia y Administraciones Públicas, D. Fabián de la Torre.

Muchas gracias, Señor Presidente.

Señorías, subo hoy a esta tribuna para defender un proyecto de Ley en el que el Gobierno ha puesto gran parte de su rédito político. Hoy presentamos ante esta Cámara lo que consideramos que es un derecho irrenunciable e insustituible de todos los españoles: la capacidad para disolver su matrimonio.

Quiero empezar dejando clara que no es intención mi mía ni del Gobierno confrontar a España con la Iglesia Católica. Somos conscientes de que una abrumadora mayoría de los españoles, a los que representamos aquí, son católicos. Muchos de nosotros lo somos. Yo lo soy. Por eso quiero pedir a la Iglesia, desde esta tribuna y en representación de muchos millones de españoles, que no busque el conflicto religioso de quienes, creyendo en Jesucristo, tengan por motivos de fuerza mayor la necesidad de disolver la unión civil que en su día contrajeran con sus cónyuges.

No obstante, creemos que eso no es un obstáculo para que los ciudadanos puedan elegir libremente sobre su vida y sus relaciones personales. El matrimonio, como sacramento, es potestad exclusiva de la autoridad espiritual que lo dispensa, esto es, de la Iglesia Católica. No pretendemos, ni pretenderemos jamás, intervenir como poder Ejecutivo en las competencias de la Iglesia, ni de ninguna otra confesión religiosa. Quiero destacar que la propia Ley respeta de forma explícita y directa la autoridad de la Iglesia sobre el matrimonio religioso, tanto en la nulidad como en el matrimonio no consumado, y que sus decisiones al respecto de los mismos tendrán efecto directo en el marco jurídico. Pero el matrimonio entendido como una unión civil no puede ser imperecedero en un Estado de Derecho en el que las personas son libres.

Señor Presidente, señoras y señores Diputados, creemos que los ciudadanos serán consecuentes con sus actos y su fe, y que si creen en la indisolubilidad del matrimonio, no harán uso de las facultades que esta Ley les otorgará. Pero vemos necesario poner a su disposición una herramienta cuyo uso, vuelvo a recalcar, es voluntario y completamente libre. Un matrimonio en el que la relación sea inviable, por los motivos que fueren (el paso del tiempo, por ejemplo), está destinado al sufrimiento de ambos cónyuges, y al de sus hijos si los hubiere. Por ello vemos necesario dotarles de las figuras jurídicas de la separación y del divorcio.

Espero por tanto las réplicas de Sus Señorías.

Muchas gracias.

JAVIER DEL CAMPO Y NÚÑEZ
Vicepresidente Segundo del Congreso de los Diputados

Gracias, señor Ministro.

Se abre el debate para las intervenciones de los Portavoces de los Grupos Parlamentarios. Muchas gracias.

Señor Presidente, en vista de que no parecen existir réplicas, le ruego dé por finalizado el debate y proceda a la votación.

Muchas gracias.

JAVIER DEL CAMPO Y NÚÑEZ
Vicepresidente Segundo del Congreso de los Diputados

Señorías, finaliza el debate. Se cierra la Sesión.