Juicio oral del Caso "Gabriel Castellano contra María Penas"

Gabriel Castellano escribió:Mi Ilustrisima, mi abogado ha creado un informe con todos los datos se lo adjunto;

Con la venia, señoría ilustrísima:

Segun consta en autos, ante la noticia de que d. Santiago Carrillo, secretario general del PCE, había muerto de forma violenta, mi representado anunció su intención de manifestar su conmiseración a la familia y de acudir a los actos fúnebres en honor del político fallecido. Puntualizó, además, que acudiría como ciudadano y no como militar, pues ese es el sentido que debe dársele a la expresión "a título particular".

A renglón seguido, la querellada estalló: "¿Quieres ver si tu presa todavía está caliente? No me lo puedo creer, que falta de humanidad..." De estas palabras se deduce claramente una imputación calumniosa. Y ello por lo que sigue: la palabra "presa", en este contexto de retórica mediática, viene a significar "cadáver cuya muerte ha causado alguien"; unida al posesivo "tu", señala indefectiblemente una imputación de la muerte del sr. Carrillo. El carácter delictivo de los hechos imputados es indudable, pero se refuerza por declaraciones previas y posteriores de la querellada, en las que da por supuesto que la muerte del sr. Carrillo constituyó asesinato (valga como prueba de lo que digo el comunicado del Comité central de la UPG, emitido a causa de la noticia de la muerte del sr. Carrillo).

Queda por último comprobar si la querellada tenía conocimiento de la falsedad de los hechos imputados o si actuó movida por un temerario desprecio hacia la verdad. Afirmar la primera opción supone una falsedad, porque la sra. Penas no ha investigado los hechos. Pero precisamente porque no se ha molestado lo más mínimo en fundamentar su acusación cabe entender que actúa movida por temerario desprecio hacia la verdad.

Concurren pues, todos los elementos del delito de calumnias. Pero este tribunal ha de valorar también que mi representado es General del Ejército de Tierra y Jefe del Estado mayor de la Defensa y que las expresiones comentadas se produjeron en su presencia. Por tanto, y ante la concurrencia de estos elementos adicionales, nos encontramos ante un delito de desacato del art. 240 del Código Penal.

En su virtud, y dado que el delito imputado es grave, solicitamos las penas de prisión menor y multa de 25.000 pesetas.

Esto es todo por parte de la acusación, señoría ilustrísima

María Cristina de Laínez escribió:¿Quiere alguna de las partes hacer un última intervención? Si no se registra intervención alguna, se concluye la vista oral.