Emmanuel Jané Tejedor

Enmanuel Jané Tejedor nació el 3 de diciembre de 1983 en Mequinensa (Comarca del Baix Marranya); católico; casado y con dos hijas.

Enmanuel nació en una familia compleja, dividida. Por un lado su entorno inmediato, madre, padre y tres hermanos que residían en la deprimida ciudad sureña de Mequinensa luchando contra constantes inclemencias derivadas de la falta de ingresos, el desempleo y la criminalidad.

Por otro, la pesadumbre de ser un miembro de sangre del clan Jané, pero no participar de su fama dada la ruptura de su padre con su familia. Los Jané cuentan con ilustres prohombres entre su genealogía como Ruperto Jané, primer ministro con Josep Ramon I entre 1898 y 1906, la diputada conservadora Elvira Jané, Eduard Jané (abuelo) magistrado del Tribunal Suprem o Marc Jané, su tío, exministro de Hacienda e histórico líder de Demòcrates.

El distanciamiento de su familia paterna y los problemas económicos no mermaron su voluntad de salir de esa situación y ayudar a sus padres y hermanos. Tras graduarse en la escuela secundaria estudio derecho en la Universitat Carles X en Fraga, dónde se licenció en 2005. Uno de los problemas que más sufrió durante su juventud fue el crimen que asolaba el sur de Ribagorza, la convivencia cotidiana con la delincuencia juvenil y las drogas en su entorno marcaron su adolescencia, determinando su vida posterior.

Reprimir las causas iniciales de la delincuencia y desbancar las fuentes de financiación qué se extendían por toda la nación, le llevaron a estudiar la dura oposición a la carrera fiscal que culmino en 2006 al entrar como uno de los primeros de su promoción en el Ministerio Fiscal de la Ribagorza.

Inicio su carrera en la fiscalía en Tamarit de Llitera, pero fue fundamentalmente en Fraga, a dónde recaló en 2010 como un joven pero implacable fiscal de sala, dónde adquirió notoriedad y respeto.

Su llegada a la Fiscalía Especial contra la Corrupción en 2010 se produjo en el marco de actuaciones generalizadas por parte del Ministerio Fiscal que situaban a políticos de Demòcrates y el extinto Partido Aragones en tramas de financiación ilegal en connivencia con el poderoso sector bancario ribagorzano. Causas como Bancacorp, posteriormente conectado con la quiebra del centenario Banco de Comercio (todavía enjuiciado) o el famoso Caso Artischocke que afectaba incluso a una intensa red de lavado de dinero negro procedente de España, fueron sólidas investigaciones iniciadas por Enmanuel Jané que condujeron al cierre de organizaciones criminales que llevaban décadas empotradas en la administración pública ribagorzana.

Aunque la percepción acerca de la corrupción entre los ribagorzanos no era muy elevada hasta la entrada del siglo XXI, lo cierto es que la profunda inspección a raíz de la crisis económica durante la segunda década de los 2000 afloró la distracción, en muchos casos malversación continuada, de caudales públicos durante decenios.

Una calificación, que aún a riesgo de resultar injusta para muchos de los servidores públicos que formaron parte de la administración durante esos años, no dejaba de ser menos real tras la aparición de sonados escándalos a partir de 2012. Una verdad incómoda que nutría el desencanto social como consecuencia de la gravedad de la crisis económica y social que sufría el país.

Jané se cuidó mucho de exponer sus posicionamientos políticos durante sus años en la fiscalía, y no fue hasta su participación en el Congreso Europeo de Seguridad Pública en 2015 cuando se le puede ver involucrado en la vida política. Allí es donde entabló amistad con un funcionario público que conocía de antaño, Martí Giesler, antiguo agente de los servicios de seguridad y exdirector general de prisiones, en ese momento parlamentario por Demòcrates.

Junto a Giesler se consolidó una estrecha amistad que abarcaba más que eso, en 2016 solicito una excedencia en el Ministerio Fiscal y se incorporó a las filas del partido liberalconservador Demòcrates apadrinado por el diputado del ala conservadora. Presentándose a las elecciones y logrando un escaño en las Cortes Ribagorzanas.

Acepto votar a favor de la constitución de un gobierno de coalición junto al Partit Socialista, apoyando la investidura de Alfons Gironel junto a su programa reformista. Aunque pronto observó cómo la vieja guardia del partido, encabezada por su tío el democristiano Marc Jané, asumía una posición demasiado enfocada en el apartado económico obviando la naturaleza perniciosa en el moral y social de la vigente crisis socioeconómica.

En 2018 constituyó un bloque renovador en el partido que fue liderado por Martí Giesler, denominado por la prensa como los halcones. De una marcada posición conservadora y vinculada a la derecha alternativa (alt-right), u ola de nueva derecha, que ya arrasaba en centroeuropa. A finales de año dieron al traste con los presupuestos provocando la ruptura de la gran coalición y la convocatoria anticipada de elecciones por parte del premier independiente Alfons Gironel.

Las aspiraciones tecnocráticas y su carácter economicista, junto a la perdida de soberanía por la cesión al Fondo Monetario Internacional, eran observadas con temor por muchos ciudadanos ribagorzanos. El sector renovador de Demòcrates apostaba por la recuperación de los principios conservadores y la moral cristiana como valores reconstituyentes de la consolidación económica y social de la Ribagorza.

Jané se sumó a la lista de Giesler y ambos lograron la victoria en el Congreso Extraordinario de Demòcrates celebrado en enero del 2019 con su corriente "Nueva Derecha" logrando el apoyo de 34 de los 49 consejeros. Con ese cambio de rumbo se finalizaron más de tres décadas de dominio de los democristianos y liberales en el partido.

Las elecciones de febrero de 2019 fueron muy precipitadas, pero el partido debía asumirlas y Jané colaboró en cuanto pudo. 15 escaños no era el resultado esperado, pero se consideró aceptable de cara a remontar voto perdido y a pesar de no contar con el apoyo de los liberalcentristas. Quiénes lo saborearon como una pequeña victoria con vistas a retomar en el futuro el poder en el partido.

Esos 15 escaños y el apoyo del Partit Nacional permitieron investir a Martí Giesler como Primer Ministro, abriendo una ventana de oportunidad a los recién llegados al liderazgo de la histórica formación del centrodercha.

Jané aceptó la cartera de interior ese mismo año, asumiendo con firmeza la responsabilidad del gobierno en minoría y las inevitables complicaciones que depararían al recién llegado ejecutivo.