Palacio Nacional de Loera | Mensaje del Líder Supremo al gran Estado Nacional

"Bendito pueblo, camaradas campesinos, hermanos militares, valientes mujeres, compañeros del Partido y obreros de toda la nación, todos, pobladores del Estado Nacional de Loera a vosotros es a quién pertenece el honor de esta conmemoración.  El orgullo que siento por llevar las riendas del Estado tras 35 años  solo es comparable a la admiración que me embriaga cada vez que recorro todo cuánto hemos construido juntos: un país prospero, estable y destinado a alcanzar todas sus metas.  

La prosperidad no ha sido  fácil, nos ha llevado mucho sudor, y también mucha sangre, una sangre  que invadía nuestros corazones de tristeza pero ante todo, nuestros campos de cereal.

Una estabilidad duradera, un firme presente y un más que esperanzador futuro.

Unas metas, que juntos, trabajando duramente para dar firmeza a nuestra patria, seguridad a nuestras familias, pan a nuestros hijos y apoyo a nuestros camaradas, se alcanzarán más rápido que nunca.

(...)


Treinta y cinco años son muchos, más de los que muchos hombre viven más allá del estrecho, pero todos y cada uno de ellos han sido gratificantes, me han provisto de las herramientas necesarias para hacer grande a nuestra nación. Nuestro Dios Todopoderoso me ha conferido salud, pero la fortaleza no es eterna. Algún día todos nos reuniremos con él, a su vera, y solo se recordarán las grandes hazañas dejadas tras nosotros. Es por ello que para nuestra patria deseo la misma fortaleza que la que manifiesta nuestra firme sociedad. 

Siempre he dispuesto del trabajo y colaboración de hombres sabios, de camaradas fuertes y súbditos leales, pero ha llegado el momento compensar la lealtad y el cariño del pueblo. 

Es por ello que he decidido dotar a nuestra nación de normas básicas, de compartir la inconmensurable labor de guiar a la nación hacia su esplendoroso futuro. Estas normas concederán a los hombre leales, a los habitantes valientes y ejemplares de nuestra maravillosa patria, en los timoneles del Estado.

Para ello he nombrado como Canciller del Estado Nacional a Cornelio Draco, un gran camarada, un viejo colaborador y líder del partido que ha construido nuestra patria. Le he trasladado, con la mayor agilidad posible, la promulgación de una normativa especial para designar de entre los más valiosos para nuestra nación, a los más leales, trabajadores y sabios, para que formen parte de un Consejo del Pueblo, que junto al Comité Central, actúen de canal de comunicación directo entre mi pueblo y su líder. Norma que complementará a las Leyes Fundamentales que entrarán en vigor mañana.

Cuando se disponga de tan necesaria normativa, convocaré la primera sesión del Consejo del Pueblo, en el que mis consejeros seleccionados por la ciudadanía, se encarguen conjuntamente de diseñar las normas necesarias para garantizar la seguridad, estabilidad y prosperidad de nuestra nación.


Camaradas, poned en práctica mi voluntad sin más demora.

Manifiesto para la mejora del orden del Estado Nacional:

Esta acción del Líder supremo supone sin duda una consolidación del Estado aún mayor y la concesión a los ciudadanos de derechos de reunión y asociación así como participar en el Consejo del pueblo lo que ha provocado una reacción positiva en la ciudadanía que ha estado totalmente atenta al mensaje del Líder supremo.

Desde el Diario oficial del Estado les ofreceremos toda la información sobre estos avances.