Conferencia de Jorge J. Churchill- “El pago por consignación como salida social a la crisis”

Gabinete de Comunicación de la Universidad de Murcia

El pasado 19 de diciembre de 1978 tuvimos el honor de tener entre nosotros al Excmo. Sr. D. Jorge Juan Churchill Ayala que estuvo en la Facultad de Derecho impartiendo una conferencia titulada “El pago por consignación como salida social a la crisis”.

A continuación les ofrecemos un breve extracto de la charla.

Buenos días. El acto para el que se nos ha congregado aquí nos va a servir para reflexionar acerca de una cosa más que importante en estos tiempos de crisis. Desde las tribunas, nosotros, los políticos o, mejor dicho, algunos políticos, apuestan por elevar el número de ingresos mediante los impuestos; otros, por las privatizaciones. Lo que yo he venido a proponer aquí es algo muy diferente y revolucionario: es una actuación sobre el capítulo de ingresos pero que no compromete a nadie en particular y beneficiaría a todos en general. Se trata de dar una salida social a los pagos hechos por consignación no reclamados por los acreedores en un largo período de tiempo.

Lo primero de todo será situarnos en qué es eso del pago por consignación y en qué contexto normativo y social se desarrolla. El Código Civil regula esta figura en los artículos 1176 y siguientes. Consiste, básicamente, en la custodia por mandato judicial de una cosa, generalmente dinero, que tenía que ser entregada por el deudor al acreedor pero que este último rechaza. Entonces, para “curarse en salud", el deudor deber consignar judicialmente el objeto de pago para evitar los posibles efectos nocivos de una eventual acción posterior del acreedor contra el deudor por falta de pago. Por lo general, el presupuesto para la consignación es el ofrecimiento de pago por el deudor, aunque cabe, en ciertos casos excepcionales, la consignación directa.

Una vez realizada la consignación, y como generalmente lo consignado es dinero (hay veces que no lo es pero si no lo fuera, la cosa se complicaría), el dinero objeto de la misma va a parar a una cuenta asociada al juzgado o tribunal en cuestión y allí queda almacenada generando intereses hasta que el deudor quiera reclamar la cantidad consignada […].

Pero os preguntaréis, ¿qué pasa con el dinero consignado que nunca es reclamado por ningún acreedor? Y yo os respondo: nada, sencillamente nada (el dinero está rentando permanentemente sin que nadie pueda utilizar tal dinero). Y pensaréis, ¿y cuánto dinero nos podríamos ahorrar en pedir impuestos a los ciudadanos si incluyéramos ese dinero “muerto” a los ingresos de las cuentas del Estado? La respuesta es mucho, se cree que algo más de diez mil millones de pesetas al año, es decir, mucho.

Por eso, mi partido está estudiando una propuesta para elevarla al Congreso para su eventual estudio y aprobación y que podamos así aliviar los efectos de la crisis económica […].

No les quiero entretener más con mis palabras y sí agradecerles su presencia. Espero que les hayan sido fructíferas mis palabras. Gracias. (Aplausos)