Conferencia de J.M. Abascal como profesor de invitado en la Complutense

Queridos Amigos: Respeto y admiro a los exploradores, desde Cook hasta Magallanes, desde Colón hasta el Doctor Livingstone, desde Adminsen hasta Neil Armstrong... Gracias a ellos el mundo ha avanzado, la sociedad ha construído y crecido y todos nos hemos enriquecido en lo más importante: En ideas y en valores. Y sin embargo, creo que no es la política constitucional un terreno en el que explorar. No sobre todo cuando los tiempos son como son y los sables siguen resonando en algunos cuarteles, como todo el mundo sabe y nadie quiere admitir.

Llámenme conservador si lo desean, pero en el mundo ha habido y hay modelos de paz social, de democracia, de libertad, de convivencia republicana en los valores de libertad, igualdad y Fraternidad. No hablo de lejanas montañas, o de profundos mares; ni de islas alejadas a miles de kilómetros de aquí. Hablo de un país con el prestigio de Francia, una segunad patria para mí y para cientos de miles de exiliados como yo. ¿Por qué no recuperamos el buen sentido y nos comprometemos con el estado providencia que jamás ha dejado de lado a la libertad e empresa o de comercio?.
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Y no hablo sólo de economía, sino también de reforma del estado: Permítanme que les diga que no comparto en absoluto la previsión autonómica que establece nuestra Constitución. Creo que es algo que redundará en el caos administrativo, en el sobrecosto y en la mala gestión; y yo, como hijo de un regeneracionista, de un amigo del país, de un jovellanista de pro, no puedo dejar que eso caiga en saco roto... No se me malinterprete, no creo en el centralismo y en las delegaciones provinciales, pero sí en un sistema de prefecturas y subprefecturas en las que existiese un órgano consultivo y otro ejecutivo derivado del poder local; en lugar de establecer un poder "regional" que creo que redundaría en el fin de la igualdad entre los españoles. Si España necesita contrapoderes, si España necesita un sistema de balances, que el lugar de éste sea el parlamento, que se contemple la posibilidad de hacer elecciones presidenciales a la jefatura del estado y se rompa ese vínculo ejecutivo-legislativo de una vez por todas... Ése y no otro, es, a mi juicio, el camino a seguir.
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Por último, y aunque el último ejercicio fiscal vaya bien encaminado, creo que la constitución es ambigua y en absoluto clara en lo relativo a la dirección económica de este país: Creo que hace falta una política económica fuerte y dirigida con energía, sabiduría y flexibilidad desde el gobierno central; una economía que no deje a nadie atrás, pero que se comprometa completamente con la libertad de empresa, el libre mercado y la circulación de personas, productos y capitales. Sólo la inversión extranjera y la libertad de empresa podrán sacar a España de la crisis... Jamás la deuda y el déficit, jamás de los jamases.
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También creo que es hora de que nuestro país empiece a estar junto a las democracias, de forma inquebrantable, es por eso que nuestra política exterior debería ejercerse sin tolerar ningún tipo de chantajes ni por parte de los EEUU ni mucho menos de la URSS. España tiene que ser europeísta, atlantista y soberana. España no puede dejar atrás al Sáhara Occidental y debe ejercer su legítima soberanía en él sin cortapisas. Es por ello que rechazo una revisión de la españolidad de las plazas africanas, es por ello que rechazo el Tratado de No Proliferación y es por ello que rechazo que sigamos estando fuera de la OTAN y de la Comunidad Europea; pues son ellos nuestros sitios naturales y los espacios que nos devolverán el orgullo perdido y la dignidad robada por esta larga noche de lágrimas secas que la dictadura ha sido.