La estrategia de la UPG ante los desafios de la transición y el camino hacia la ruptura democrática

Discurso pronunciado en el cierre del III Congreso de la Unión do Povo Galego todavía clandestina, en una zona indefinida del Norte de Portugal

Compañeras y compañeros,

En esta tierra que ha vivido recientemente una revolución democrática, que ha supuesto la independencia de sus colonas con el apoyo del pueblo portugués, tenemos que aprender de su experiencia y coger fuerzas y aliento, para el duro trabajo que nos espera en el interior.

Después de 1936, nuestro pueblo ha sido incapaz de crear una nueva sociedad civil como la de aquella época, ya que el fascismo español asfixió sus ánsias de libertad, sepultando a la disidencia al ostracismo de la vida solitaria y familiar, o a los caminos arriesgados de la lucha clandestina. Incapaz de articular un movimiento de masas férreo, consistente y capaz de encuadrar los diferentes inconformismos, a día de hoy nos encontramos con que esta pequeña y humilde organización fundada en 1964 por un reducido grupo de estudiantes es capaz de soportar el peso del combate nacionalista y socialista en nuestra patria.

Lo hemos hecho a pesar de la represión, a pesar de la falta de brazos, de la traición de un culturalismo nacionalista enano, y de una izquierda españolista incapaz de entender que sin la soberanía nacional nuestra lucha no tiene sentido. Hoy más que nunca, delante del cadáver todavía caliente de nuestro camarada Moncho Reboiras, debemos recordar y recordamos el ejemplo de la Revolución Cubana triunfante, que tan bien ha sabido acercarse a una comprensión sin igual del socialismo, del nacionalismo, y de la cultura popular de su pueblo. Cuba fue la tumba del Imperio Español, y Galiza será su sepultura.

No es menos cierto que buena parte de nuestro nacionalismo sigue los postulados revisionistas, europeistas y anti-marxistas empuñados por la Generación de Galaxia; y que buena parte de los sindicalistas que defienden nuestros puestros de trabajo, empuñan la bandera tricolor y tienen esperanzas en el que un día fue el partido de nuestro gran Henrique Lister, gallego dirigente de los ejércitos soviéticos en su lucha con el nazismo alemán. Es por eso, que desde este exilio prolongado, hacemos un llamamiento para la creación de un Bloque Nacional gallego, abierto al nacionalismo, independientemente de su condición, de su ideología, de sus convicciones; no nos reservamos ningún privilegio, ya que la lengua de Rosalia no nos perterece en exclusiva, tal vez si nos pertenece el combate por ella. Y tendemos nuestra mano para establecer una proyección estratégica con la izquierda española, partiendo siempre del reconocimiento del derecho de autodeterminación.

Sin más camaradas, esperamos la pronta legalización de nuestra organización de liberación nacional, y nos despedimos con la esperanza en que una salida pacifica pueda llevar a su fin el gran objetivo colectivo de la República Gallega. Por ella murieron tantos, pero hoy su espíritu sigue con nosotros, porque los claveles puestos en las armas de los militares portugueses nos recuerdan que la guerra no vendrá únicamente por una decisión nuestra, pero no nos debe de temblar el pulso en defender que si no somos legalizados, que si no nos permiten presentarnos en sociedad, que si nos impiden editar nuestra prensa de forma legal, seguiremos el largo sendero de nuestros mártires, porque la nación gallega no está en venta.

¡Viva la Unión do Povo Galego!
¡Independencia y Socialismo!
¡Adelante el Estado Gallego!

Maria Penas
Secretaria General de la UPG