Palacio de La Moncloa: comparece el Presidente del Gobierno

· SALA DE PRENSA ·
PALACIO DE LA MONCLOA


Elena Díaz de Mendoza, Secretaria de Prensa de La Moncloa

Buenas noches a todos,

El valor de las ideas, de la iniciativa y de la verdad es inquebrantable. Hoy me dirijo a todos con el objeto de explicar lo que esta sucediendo en el seno del partido al cual pertenezco, el Partido Popular. Es de público conocimiento los sucesos que se están acaeciendo en el mismo. Pero ante todo decir y trasmitir a la ciudadanía que La Moncloa está a muchos, muchos muchos metros de distancia de la sede central del PP, en Génova 13: no hubo, no hay ni habrá interferencias en este Gobierno por cuestiones netamente intrapartidarias. La responsabilidad que tengo, y que tienen todos quienes conforman este Gobierno, se mantiene intacta. Ningun farsante, ningun totalitario ni allegado a la corrupción tendrá lugar en este Gobierno.

Aclarado esto, quiero expresar mi profunda tristeza ante los terroríficos actos que se han vivido en un partido democrático, un partido que reformamos y unimos basamentado en la democracia y el debate interno, un partido fundado en un proyecto, en una visión de entereza y convicción.

Fui Presidente Nacional del Partido Poular durante casi tres años, hasta que decidí en las vísperas de 2017, por voluntad propia, apartarme de los cargos de la Ejecutiva Nacional del partido. Decisión que se basa en varios factores, pero el más importante es sin duda la necesidad de separar ambos cargos, no solo para el fortalecimiento institucional, también para evitar que el peso del desgaste recayera en una sola persona, vale decir, que la cantidad de responsabilidades que implica la Presidencia del Gobierno conlleva una inversión de tiempo plena, lo cual dificulta la atención hacia cuestiones de coordinación interna en el partido, coordinación que debe ser efectuada mediante la voluntad democrática, mediante el consenso.

Con la enfermedad de Fabián de la Torre, quien fue mi sucesor en el cargo de Presidente Nacional del Partido Popular, surgieron vaivenes internos, y por omisión de muchos, la ejecutiva hasta hace un día, presidida por el Presidente de Castilla y León, Héctor Fernández, sin méritos propios y a causa de un grave error, fue quien intentó conducir al PP. Allí nació el problema, allí se fundó el caos a posteriori.

Es evidente que la gran pregunta es ¿Por que ha sucedido todo esto? Pero la respuesta también tiene varios ejes, y hablaré sin medias tintas y sin tapujos, porque es lo que merece la ciudadanía. El primero, es la pésima gestión de Hector Fernández al frente del PP. Una gestión que ha fracasado en su intento de crear una red de marionetas, bajo el método de la dedocracia, como líderes supuestos en las presidencias regionales del partido. No solo es un fracaso desde su matiz inmoral, también desde su matiz pragmático: pérdidas electorales, y gobiernos autonómicos tras gobiernos autonómicos. Fernández ha intentado saquear al Partido Popular, y hablamos de saqueo por su forma de violación sistemática a los Estatutos y al Ideario y al Proyecto político del Partido Popular. Ha ido en contra de todo, ha intentado cargarse todo, pero ha fracasado, no lo ha logrado y mientras exista un foco de resistencia democrática, no lo conseguirá. Me duele profundamente tener que decir esto, profundamente, pero no es un dolor banal y electoralista, es un dolor de ver como ese partido transformado y regenerado que obtuvo sus cotas más altas de consenso, ha caído en las manos de quienes intentan llevarlo a un crepúsculo.

A todos los militantes del PP decirles que el Partido Popular que soñamos y que hicimos sigue en pie, firme y consolidado. No será derribado por las intentonas ultraconservadoras, arcaicas y viejas del caudillismo de Fernandez. El caudillismo no tiene nada que ver con el liderazgo. Y no porque en su mente quisiera transformar al PP se ha hecho realidad. Este sigue siendo un partido moderno, liberal y reformista, un partido de dialogo, un partido de convicciones y de proyectos. Fernández no se ha detenido en ese intento fallido, sino que ha buscado el control total de nuestra organización. Ese control, ese totalitarismo, se ha manifestado de las formas más horrorosas, desde amenazas de muerte, desde intentonas de expulsión unilaterales, desde la decisión de quien ingresa y quien no ingresa como nuevo militante -tambien bajo el método de la dedocracia- hasta la puesta de condicionantes a la entrada de nuevos miembros, condicionantes que llegan al punto de controlar y supervisar y coartar las opiniones y posturas libres e incluso la decisión libre de presentarse o no en cargos publicos y partidarios.

Muchos creen que hay dos PP, pero no hay dos PP, hay uno, y es el que todos eligieron, un partido de convicciones, de serias convicciones, pero de voluntad democrática, de amistad, de hermandad, de creencia en una España nueva, en una España más libre, en una España moderna. Este PP ha sufrido la intentona de saqueo, no la intentona de generar un debate interno. Por eso, aquellos que quieren hacer creer que tienen sustento no deben creerlo, pues su único proyecto es el poder, el poder por el poder en sí mismo. No representan más a que un grupo de fundamentalistas, de autoritarios y autocráticos. El Congreso Extraordinario que se celebra, no ha sido ajeno a toda esta suciedad, y claro está, se ha visto manchado por la compra de votos, por personajes que han estado desaparecidos desde hace años, y que regresan misteriosamente para emitir un voto a favor de quien nos imaginamos.

Pero quiero dejar en claro que no hay un PP ultraconservador y un PP liberal, hay UN solo Partido Popular y es por ese proyecto que yo estoy aquí, por ese proyecto que vosotros habéis elegido que nosotros estamos aquí. Los farsantes y los antidemocráticos, no son más que eso, que buscan mediante máscaras engañar a muchos, incluso a políticos de la oposición, venderse como moderados, pero el objetivo final de ello es el poder, el poder por sí mismo.

No debemos caer en discusiones banales, y tampoco en mentiras. Por ello digo esto, pero no solo como Presidente del Gobierno de España que con mucho orgullo y honor he intentado llevar estos cuatro años para alcanzar al menos algunos de esos sueños de ver una España nueva, una sociedad más libre, más justa y más feliz. Tambien lo digo como ciudadano, y claro, finalmente como militante fiel del Partido Popular.

El límite de sostener las discusiones internas dentro del partido se ha destruido, y es por el hecho de que ya no contamos con la seguridad de ver un proceso democrático interno limpio y legal. Pero no vamos a dar por finalizada esta resistencia, somos y seremos, populares por la libertad no vamos a permitir el saqueo y la mentira, y mientras yo siga en pie, así como Fabián de la Torre, León Miralles, Clara Soto y todos los miembros del Partido Popular no dejaremos que la autocracia pueda vencer.

Muchas gracias.