Azcárate: "Tiendo la mano a la ministra de Asuntos Sociales para buscar soluciones"

En primer lugar quisiera agradecerles la asistencia a este primer acto oficial como secretaria de Política Social. Como ya comenté el día de mi toma de posesión, se trata de un reto importante, porque de este modo puedo aportar a Ribagorça todo el conocimiento y la experiencia atesorados en mi experiencia en altas instancias internacionales.

Como todos sabéis, los servicios sociales de Ribagorça se han visto mermados por la coyuntura económica, y aunque el Govern ha hecho un gran esfuerzo por mantener el gasto social, éste se ha incrementado en el total del presupuesto público hasta alcanzar un porcentaje preocupante. El mayor problema al que nos enfrentamos, de hecho, es que el peso del gasto social en el presupuesto público fagocite otras partidas necesarias para el funcionamiento del país y acabe dificultando la recuperación económica.

No obstante, es evidente que un recorte del gasto social ahora mismo parece inviable. A pesar de que Demòcrates siempre aspira a reducir la presión fiscal y el presupuesto público para no asfixiar a los ciudadanos, en estos momentos reducir la política social supondría dejar a la deriva a una parte importante de la población, algo que pondría en serios apuros no sólo la economía del país, sino la credibilidad del futuro de Ribagorça y las oportunidades de las futuras generaciones.

Es por ello que nuestra voluntad es la de fomentar la política social desde el crecimiento económico. Nuestra posición como partido es la de primar la protección social desde el empleo y la generación de riqueza, y actuar después allí donde la economía no llega para evitar que la población ribagorzana se vea en situación de exclusión.

Mi partido ve con buenos ojos las intenciones del Govern, aunque siempre intentaremos ir un paso más allá y procuraremos que el sello de Demòcrates esté presente en todas y cada una de las medidas que se aprueben, bien en forma de decretos, bien en forma de leyes. Quiero recordar, como ya han mencionado otros compañeros, que la actual situación es excepcional y exige de un esfuerzo conjunto de toda la sociedad y de un trabajo leal, tanto gubernamental como parlamentario y extraparlamentario, lo que no quita que nuestras convicciones ideológicas deban verse representadas en aquellas medidas que puedan ser incorporadas.

En lo referente a la política social, trabajaré desde Demòcrates para instar al Govern a mantener una política que proteja a las clases más desfavorecidas, sin que la acción social del ejecutivo interfiera en el mercado ni en las obligaciones de carácter financiero.

La economía de mercado lleva bastante mal que existan numerosos actores incapaces de participar en ella, y por eso es imperativo que los desempleados que han perdido todo ingreso tengan alguna forma, incluso excepcional, de participar de la economía, lo que implicará que el Govern adopte soluciones imaginativas y a la vez pragmáticas. En ese sentido, como secretaria de Políticas Sociales tiendo la mano al Govern y a la ministra de Asuntos Sociales para trabajar conjuntamente en este asunto y buscar soluciones viables y estructurales.

También me preocupa la situación de la Sanidad. El Sistema Ribagorçano de Salut se lleva casi un 10% del presupuesto del Estado y su cobertura no deja de ser un servicio de mínimos, lo que reabre el debate sobre la eficiencia, y aún peor, la eficacia de la sanidad pública. En contraposición debemos mirar las cifras de la sanidad privada, tanto en éxito sanitario como en satisfacción de los usuarios. Por supuesto, una de mis preocupaciones es la escasa cobertura geográfica de la sanidad privada, algo en lo que estamos trabajando para aportar mejoras sustanciales en la cobertura sanitaria de este país.

Por cierto, al hilo de la sanidad, quiero aprovechar para expresar mi más profundo repudio por las palabras pronunciadas por el señor Xabier Ibarruri, quien exhibió una gran muestra de desprecio hacia las víctimas del cáncer al comparar a este Govern, nacido de una situación excepcional, con la terrible enfermedad tumoral que tantas personas padecen a lo largo del mundo y que tanto dolor provoca. Y lo peor no es eso; lo peor es que el señor Ibarruri no sólo no está arrepentido sino que ha usado a las familias de enfermos oncológicos como escudo humano para justificar sus palabras. A estas horas, además, Iniciativa per la Franja no se ha pronunciado sobre las palabras de Ibarruri ni este las ha retirado.

Me gustaría que los políticos de este país se tomen más en serio la Sanidad, como hacemos nosotros, reserven los chascarrillos y las comparaciones desafortunadas para sus círculos privados y se expresen con el respeto que este gran país se merece. Si de verdad queremos revalorizar la política debemos comenzar por usar un lenguaje acorde a las posiciones que ocupamos.

Quiero terminar enviando un mensaje de unidad a todos los partidos políticos. Como bien sabemos, Ribagorça se encuentra en una situación excepcional y eso exige medidas excepcionales. Nuestro mayor deseo es el de normalizar la situación cuanto antes y poder trabajar sin condicionantes financieros ni institucionales, pero mientras las circunstancias sean las actuales es conveniente que rememos todos en la misma dirección.

Eso es todo. Quiero agradecer a los periodistas su asistencia y quedo a su disposición para las preguntas que quieran realizar en relación con este asunto.