Pleno de Investidura de D. Marco Janer Guzmán

Señor Presidente del Congreso, Sr. Presidente en funciones del Gobierno, excelentísimos miembros de la Cámara, señoras y señores invitados;


Me persono ante ustedes a propuesta de Su Majestad el Rey de España para solicitar su confianza y presentar lo que será mi programa de gobierno para esta legislatura, que será compleja, requerirá que todos demos todo de sí y asumamos posiciones más pragmáticas que ideológicas, con sentido de estado y por responsabilidad ante la ciudadanía. Por ello, he aceptado con orgullo el encargo de Su Majestad, con humildad y asumiendo que requerirá coraje y un esfuerzo continuado por mi parte, pero también, por la de todos los parlamentarios aquí presentes. Porque antes que nuestros intereses políticos existe algo, algo más grande y noble, recuperar la confianza de aquellos a los que representamos, hacerles ver que somos útiles en su camino a la prosperidad y ayudamos a hacer de España un país del que puedan sentirse orgullos.

En estos momentos tenemos una oportunidad, una gran oportunidad, para cambiar una situación insostenible, para resurgir del pozo en el que algunos han intentado hundirnos. Para cambiar la forma en que nos relacionamos con el pueblo español, y cambiarlo para mejor, unidos, con la determinación de quiénes saben hace lo correcto. Tenemos un contexto en el que los partidos constitucionalistas están liderados por personas capaces, que hacen del sentido de estado una realidad palpable, que a pesar de sus diferencias son capaces de asumir con responsabilidad tareas nada fáciles. Es por eso, por eso y por quiénes estamos hoy aquí, por lo que debemos desdeñar nuestras diferencias ideológicas y alzar con orgullo un acuerdo de bases que nos permite activar la legislatura.

Los constitucionalistas lo permitiremos con un acuerdo de investidura que hemos creído beneficioso para los interés de todos los españoles, sin distinción ideológica o territorial, y con la firme creencia de que era el momento, tras años de enfrentamientos.
(La bancada conservadora aplaude a su líder tras las palabras conciliadoras)


En ese sentido, tal y cómo detalla el acuerdo, es, única y exclusivamente, de investidura. Los socialistas han decidido en su legitimo derecho, conformar una oposición leal y constructiva, y así será. Los Conservadores asumimos muchos riesgos al residir en nosotros solos la estabilidad del ejecutivo, lo comprendemos, y aún así, estamos seguros de que es lo correcto. Pues los españoles no pueden esperar más, no pueden seguir viendo como son usadas sus instituciones y como se sabotea su mandato democrático. No podemos esperar a que manifiesten su opinión personas que han considerado más importante otras actividades a lo largo de este mes, o que lo hagan quiénes pretenden dividirnos, no podemos esperar porque si lo hacemos estaremos defraudando a todos aquellos que nos respaldaron con más fuerza el pasado 18 de diciembre. A todos aquellos de quiénes puede depender su único sustento, su pensión o la creación de su negocio.

Los miembros de la "nueva política", como así se denominan, han decidido no participar en el proceso que culminará en la apertura de la XIII Legislatura y dotará de estabilidad a España. Podría entenderse, aunque sea indefendible, viendo su pasado, el problema es que también han tratado de sabotearlo, enfrentándonos y generando un perjuicio real a los españoles. Pero desde aquí les digo, mientras los Conservadores seamos la fuerza política de mayor relevancia, nunca podrán alcanzar sus objetivos, no culminarán su ansias de perpetuar la inestabilidad y fracturar nuestra sociedad.
(Los Conservadores se levantan y aplauden con ímpetu)


La postura socialista es la razonable, la única viable, es la que debió haber tomado en la anterior investidura su antigua cúpula. Supone asumir la corresponsabilidad que tenemos las dos fuerzas constitucionalistas, por encima de rivalidades y principios ideológicos, ambos servimos con dignidad y coherencia a los españoles, y permitir la existencia de un gobierno no lo discute. La refuerza,da esplendor y es coherente con lo que se espera de todos nosotros.

Los socialistas tendrá en sus manos la investidura, pero no el gobierno, ese será un camino que debemos trazar todos, un camino que estará plagado de dificultades, pero que los Conservadores tenemos el orgullo de liderar. Debe hacerse, debe facilitarse la vuelta a la normalidad institucional y el trabajo parlamentario, no será un camino de rosas, requerirá esfuerzo y dedicación, asumir posiciones dialogantes y enfrentarnos a la realidad con coraje. Y sí, los Conservadores, estamos dispuestos a ello.

Lo haremos porque la lealtad y responsabilidad forma parte intrínseca de nosotros, porque los españoles no tienen porque ver como se desprecian sus instituciones y su noble mandato, porque si somos incapaces de hacerlo seremos incapaces de poner solución a los problemas que ya tenemos, a las amenazas que nos esperan y a todas las reformas que España necesita.

Yo se que no será una tarea simple, no tenemos una mayoría holgada para aplicar todas las medidas que desearíamos, no contamos pues, con el apoyo de una nueva política dedicada a devaluar nuestra condición parlamentaria y a ejecutar la "no-política". Pero aún con todo, las razones para hacerlo siguen siendo superiores. Antes que yo, muchos otros las han asumido, han puesto por delante de sus intereses los de los españoles, y yo, trataré de darle valor a esa actitud, con la ayuda de Dios.
(La bancada conservadora estalla en aplausos)


El acuerdo alcanzado entre las dos fuerzas constitucionalistas, los socialistas y conservadores, es un acuerdo realista, un acuerdo que se basa en la premisa que guiará esta Legislatura, el dialogo y alcanzar posiciones comunes. Tanto ellos, como nosotros, tenemos claros nuestros valores, valores en muchos casos coincidentes, pero ante todo, debemos seguir teniendo siempre interés general por bandera, la unidad de todos los españoles y la fortaleza de sus instituciones.

El acuerdo se basa en dos bloques, que en definitiva son sólo uno, el socioeconómico, y una convicción, que debemos reformar nuestra Carta Magna para garantizar la estabilidad institucional y dar margen de maniobra a los poderes públicos. En definitiva, para tratar de solucionar algunos de los más acuciantes problemas de la sociedad española y para evitar que el espectaculo en el que se ha convertido la política española a lo largo de este año se convierta en un comportamiento habitual de inestabilidad institucional.

El primer Bloque, el denominado económico, se fundamenta en alcanzar una flexibilización de los requerimientos de déficit para dar un mayor margen, progresivo, a España a lo largo de los años siguientes. Para poder corresponder con medios y recursos a las graves amenazas que atañen nuestra sociedad, la seguridad nacional y el conjunto de actuaciones necesarias para dar solidez a la recuperación del empleo.

Los Conservadores hemos asumido en nuestro programa una reducción de la presión tributaria a empresas y ciudadanos, somos conscientes de que la tendencia en toda Europa es hacia la disminución del Impuesto de Sociedades y hacia la reestructuración de la presión sobre la renta y el consumo. Hemos de dotar de un marco estable a nuestro sistema tributario y de garantizar los recursos que necesita la Hacienda Pública. Por ello, hemos acordado la reducción del Impuesto de Sociedades y la consolidación de sus ingresos mediante la creación de un suelo efectivo.

Una de las grandes reformas realizadas durante la anterior legislatura fue la Reforma Laboral, un programa de medidas que condujeron a la creación sostenida del empleo y la flexibilización del rígido mercado de trabajo español. Los Conservadores creemos que un mercado laboral flexible, y así lo demuestra en todas sus aplicaciones, es capaz de generar empleo y de dotar de seguridad en el futuro a sus integrantes. Más que requerimientos fijos y barreras a aquellos que se incorporan al mercado, que les condenan a la emigración o a la precariedad permanente como sucedía con el antiguo marco laboral.

Propuestas incluidas en nuestro programa electoral, como la creación de un sistema de detección y actuación frente a impagos mediante la respuesta temprana en la concesión de créditos blandos a PYMES. Un mecanismo cuyo diseño se justifica en la necesidad de actuar de manera anticipada ante los primeros signos de recesión económica, señalados específicamente con la morosidad que afecta a las empresas.

Esas no son las únicas medidas, uno de los grandes retos que nos esperan es garantizar nuestro sistema de pensiones. Los españoles hemos de asumir una reforma consensuada de nuestro sistema, debemos dotarle de estabilidad y viabilidad futura, y para ello, los Conservadores tenemos propuestas.

Debemos entender que la viabilidad del mismo depende tanto de los ingresos como de los gastos de la Seguridad Social, por ello de manera preventiva y cuando se agote el Fondo de Reserva en julio de 2017, la Administración General del Estado concederá prestamos a la Seguridad Social para que pueda afrontar sus problemas de liquidez, para garantizar que nuestros mayores reciben su pensión.

Esta es una medida temporal, una medida destinada a concedernos el tiempo suficiente para determinar la reforma de nuestro sistema de pensiones, un sistema que requerirá reestructurar los gastos de la Seguridad Social, a reformar nuestra legislación para que podamos decidir cuando nos queremos jubilar percibiendo proporcionalmente en función de ello, a informar de manera continua a la población sobre la tasa de sustitución y la previsión de pensión futura, a aplicar el factor de sostenibilidad, a reformar las cotizaciones de empleados a cuenta ajena y autónomos, pero también, a asumir un debate en el que se presenten propuestas alternativas como la capitalización individual y los sistemas mixtos.

Hemos de ser conscientes de que la realidad es tozuda, actualmente el 35% del coste salarial de un trabajador por cuenta ajena lo representa exclusivamente las cotizaciones sociales. Eso nos debe llevar a plantear porque un trabajador que percibe 1.000 euros netos al mes, de los cuáles 350 euros a mayores, van a parar a un sistema, que aún así, no es viable. Ante eso las soluciones exclusivamente pensadas en aumentar los ingresos son inoperantes, inoperantes porque la tendencia de los gastos va siempre al alza por nuestro comportamiento demográfico, y por tanto, sacar y no meter, es menguar y no crecer.
(La bancada conservadora aplaude las palabras de su candidato)


Ahora bien, esa no es la única reforma de calado que los españoles nos demandan, y España necesita. El Desempleo, según el CIS, es la principal preocupación de los españoles, una preocupación real, España todavía se encuentra a niveles insostenibles. Niveles que deben seguir disminuyendo con las medidas adecuadas, con la flexibilización del mercado laboral, con la renovación de nuestra política industrial, con la recuperación del crédito, la desburocratización de la administración, la adopción de un sistema electrónico completo antes de 2020.

Pero también, con la asunción de un mecanismo único de prestaciones sociales, una renta asistencial diseñada para ayudar a aquellas personas que por las circunstancias laborales, familiares o sociales, puedan quedar excluidos del continuo desarrollo de la sociedad. La adquisición de complementos de renta y rentas asistenciales es un debate real que está transcurriendo en el resto del mundo occidental, y es, un debate que los parlamentarios españoles debemos presentar.

La racionalización de las prestaciones sociales y subsidios. en toda la nación, en torno a un único instrumento asistencial que provea a los ciudadanos españoles de seguridad en sus momentos más delicados. Fiscalizando las partidas de gasto mediante una central presupuestaria única, esta única reforma nos puede hacer ahorrar 10.000 millones de euros en trámites administrativos y duplicidad de prestaciones. La gestión y concesión debe ser descentralizada, pero la fiscalización, y el propio instrumento, debe operar como un único mecanismo a nivel nacional. Una cuantía única, para todo el territorio, y no 17 diferentes, 17 sistemas de prestaciones que siguen motivando la diferencia territorial y cada día alejan más a unas comunidades de otras en niveles de renta.

Por eso, porque la fiscalización del gasto debe ser contundente, todas las AA.PP. debemos comprender y asumir nuestra responsabilidad, realizar un esfuerzo intenso y duradero para reducir un monto anual de 20.000 millones de euros. En 2015 el gasto total de las administraciones públicas incluida la Seguridad Social alcanzo los 470.000 millones de euros, lo que supuso un 43,6% del PIB, inferior al máximo de 2012 (48,10% y 500.000 millones de euros) pero por encima de los objetivos de viabilidad de nuestra Sociedad del Bienestar.  

Al presentar una flexiblización de los objetivos de déficit, debemos reconocer que el importe disponible es para áreas concretas, para solucionar problemas sociales y sustentar planes futuros, no para seguir manteniendo estructuras de gasto insostenible. Y por ello, el esfuerzo debe ser combinado, debemos colaborar entre todas las administraciones para recuperar la disciplina presupuestaria y hacer ver a los contribuyentes que su dinero se gestiona de forma eficaz.
(Los Conservadores ovacionan a su líder)


Las graves y reales amenazas a las que se enfrenta nuestra sociedad no son exclusivamente el desempleo o la viabilidad de nuestro sistema de pensiones, la necesidad de mayor operatividad y recursos en seguridad, justicia y prisiones, garantizar la expulsión de delincuentes extranjeros, y dotar de medios a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y nuestros miembros de las Fuerzas Armadas será una prioridad absoluta. Estamos en guerra con aquellos que pretenden destruir nuestra forma de vida, con quiénes se infiltran en nuestra sociedad y matan a inocentes en el nombre de un Dios que no es el nuestro. Estamos en guerra porque somos demócratas, porque defendemos la libertad y asumimos nuestros compromisos como garantes de ella, por eso no debemos decaer, no debemos postrarnos, sino defendernos y hacerlo de manera contundente y para ello necesitamos estar juntos.

Una de las grandes banderas de nuestro programa electoral, y también, de los socialistas, es la reforma constitucional. Ambos hemos asumido la necesidad de separar efectivamente el ejecutivo y legislativo, de garantizar su elección directa y aumentar la representatividad de nuestro sistema electoral. Este año nos ha enseñado lecciones que nunca debemos olvidar, que deben guiar nuestra acción legislativa y hacernos entender que los españoles no pueden permitirse la inestabilidad crónica, la devaluación de sus instituciones y que se silencie su mandato.
(La bancada conservadora estalla en aplausos)


No puedo dejar de referirme al gran debate de nuestra sociedad, a la necesidad de recuperar la sostenibilidad como nación, por ello debemos dirigir las políticas públicas al incentivo de la natalidad y el apoyo a las familias, nuestros hijos son el futuro y nuestro mayor valor. Apoyar a las familias, respaldar la maternidad y acompañar la crianza es nuestro deber como sociedad, es un deber al que todos debemos responder, y por eso, lo lideraremos con honor.

Tampoco puedo dejar de hacer mención a la lucha contra la corrupción y a la democratización de los partidos, nosotros hemos asumido como propias ambas medidas en el seno de nuestro partido, celebrando un Congreso Extraordinario y detallando la senda que nos llevará a la elección directa de nuestra cúpula y la consolidación de las corrientes ideologicas internas. Creemos en la fortaleza de nuestro partido, pero sobre todo, en la fortaleza de nuestra sociedad, y por ello, seremos siempre ejemplares y promoveremos medidas destinadas a frenar la corrupción en la escala territorial local y autonómica, los peldaños más afectados por esa lacra.

Este deseaba ser un discurso de concordia, de detalle de las medidas que España necesita y para las que nos hemos puesto de acuerdo tantos, siempre quedarán aportes, como la necesidad de intensificar nuestras relaciones con nuestros vecinos portugueses y franceses, de potenciar nuestro vínculo con Iberoamérica, de seguir promoviendo el potencial de las mujeres en el que es, sin género de dudas, el siglo en el que demostrarán todas sus capacidades, la reforma pactada del sistema educativo o la defensa sin fisuras de la unidad de todos los españoles.

Todas ellas medidas clave de nuestro programa electoral, y metas, por las que trabajaremos incansablemente esta legislatura. Pues estas propuestas no podrán hacerse solas, necesitarán un trabajo parlamentario contundente, que todos los miembros de esta noble Cámara den todo de sí, asumamos posiciones diversas, reconozcamos nuestro mandato imperativo y nos esforcemos, juntos, por salir de esta situación. Recuperemos el orgullo de toda la ciudadanía, y respondamos, con valor, a sus exigencias.

Los Conservadores estamos comprometidos con este reto para España, un complejo escenario repleto de amenazas a la integridad social y económica de la Nación, a nuestra sociedad y el estilo de vida que defendemos, pero también, a la oportunidad de reformar el sistema constitucional, perfeccionar nuestro sistema electoral y preservar para siempre la integridad de España, nuestro proyecto común y la estabilidad y seguridad de los españoles del futuro. Por nuestros hijos y nietos, nuestros padres, hermanos, nuestras familias de sangre, y por nuestros compatriotas.

Cómo dijo el Presidente Suárez, aquel al que nunca podremos reconocer todo lo que hizo por nosotros:
"Agradeceré busquen siempre las cosas que les unen y dialoguen con serenidad y espíritu de justicia sobre aquellas que les separan."

Pues esa será, en síntesis, la XIII Legislatura que hoy contribuiremos a que de un paso más.

Tenemos proyecto y tenemos principios que lo respaldan, la nuestra no es una apuesta contra la banca, es un pacto con la ciudadanía. Un pacto que honraremos, porque esa es nuestra única obligación. Serviremos, con lealtad y honestidad, trabajando con unidad y valentía.

Pues hoy es el día de estar juntos, de mostrarnos unidos, colaborar y enorgullecernos de nuestra función, de nuestra nación, mirando al mañana con esperanza.

Por todo lo dicho anteriormente, y con la fé de quién se presenta honestamente para servir a los españoles independientemente de su condición social o convicción ideológica, les  solicito, señorías, la confianza de la Cámara.

Y por descontado, que Dios les bendiga a todos en estas fechas tan señaladas.
(El Grupo Parlamentario Conservador agradece con una ovación cerrada el discurso de investidura conciliador del candidato Janer)

28 Diputados del Grupo Parlamentario Socialista votan SÍ.

Los 76 Diputados restantes votan NO.