(13TV) Retransmisión de la Homilía del arzobispo de Sevilla con motivo de la celebración de san Fernando

Con motivo de la fiesta de san Fernando, el arzobispo de Sevilla, Monseñor Rodriguez, ha ofrecido una Santa Misa en la catedral de Sevilla para los ciudadanos de la capital andaluza y para el Arma de Ingenieros que celebra hoy su día grande.
Queridos Hermanos en Cristo, san Fernando, rey santo donde los haya, conquistador de Sevilla en 1237, es también el protector del Arma de Ingenieros. Pido que elevemos una oración para que este santo nuestro proteja a los soldados españoles que ahora mismo combaten la barbarie del ISIS en la lejana Iraq, pidamos al Señor que les de Misericordia y Piedad, y que les de un corazón fuerte para luchar, y grande para amar. También pido que oremos por aquellos que se ven alienados por la secta islámica, para que puedan entender que la violencia no es el camino y abandonen la lucha armada.
Quería enfatizar que, en una Europa azotada por la barbarie terrorista, los cristianos no podemos consentir que a aquellas personas que profesan la religión islámica desde la libertad y la moderación, y que son buenos ciudadanos, sean manchados con el estigma del terrorismo, el apartheid y el odio xenófobo. En modo alguno aquel que se llame cristiano puede denigrar a otro ser humano, que también es Hijo de Dios, por el color de su piel, el idioma que hable o el Dios al que haya decidido orar. Eso no es cristiano amigos míos.
Me llena de rabia y de impotencia como algunos de los que se hacen llamar buenos católicos, o gente de bien, y se les llena la boca hablando de lo buenos que son, respaldan soluciones totalitarias y claman por la expulsión de aquellos a los que llaman enemigos.
El enemigo no tiene nombre, no se llama Abdul o Mohammed, ni Antonio o Juan, el enemigo está en nosotros mismos, está en ese comentario racista, en ese silencio al ver como discriminan a alguien, ahí está el verdadero enemigo.
Debemos tener el corazón tan tan lleno del Amor de Dios, que no dejemos hueco al odio o al rencor, que nuestros corazones sean puros y amen a las víctimas y verdugos por igual, solo así lograremos vivir en paz sobre esta Tierra que es de todos.