EL PAÍS - 16 de julio de 2017 - Héctor Fernández: "Hay que escuchar, pero no fui elegido para gobernar para la izquierda"

CARLOS E. CUÉ. Madrid.

Sin pensar más de tres segundos las respuestas. Así ha respondido el Presidente del Gobierno, Héctor Fernández, a las preguntas de El País en su primera entrevista como jefe del Ejecutivo. El líder del PP asegura no tener razones para la autocrítica respecto al golpe de Estado, cree tener la receta económica que cuatro de sus predecesores fallaron y, además, lo tiene claro: el mandato que le dieron los españoles es lo suficientemente claro como para gobernar sin ataduras. Se ponga como se ponga la Oposición.

Pregunta. Señor Presidente, gracias por recibir a El País en la que es su primera entrevista desde que tomó posesión. ¿Cómodo en el Palacio de la Moncloa?

R. Gracias a ustedes por atenderme. La verdad es que la vida en Moncloa no es algo que me lo tome con excesivo rigor, pues no me gusta estar encerrado al margen de la sociedad, quiero estar siempre en contacto con la gente, por eso siempre aprovecho para hacer cierta vida normal dentro de la que cabe. Si lo que me pregunta es sobre la responsabilidad del cargo que supone residir en Moncloa, lo cierto es que exige mucho de uno mismo, pero lo asumo con tranquilidad y la pasión necesarias para saber actuar con decisión y valentía a la hora de resolver los problemas de la gente.

P. Si omitimos al prácticamente interino Rocamora, usted es el primer Presidente en pisar este despacho después de un golpe de Estado y del asesinato de un jefe del Gobierno entre estas mismas paredes. Usted, además, estaba aquí, y estuvo retenido quince días por los golpistas. ¿Cuáles son sus sentimientos respecto al golpe, Presidente? ¿Cómo llegó España al 22D? ¿Tuvieron los partidos políticos responsabilidades?

R. Fue un momento que me marcó mucho, como al resto de los españoles que le echaron valentía en la calle. Me emociona profundamente, me emocionó en su momento también, ver que los principales garantes de la democracia no son otros que los ciudadanos. Los partidos tuvimos también nuestro papel junto con SM el Rey para parar a los golpistas, pero las calles de toda España se llenaron de personas anónimas para que los totalitarios no tomasen el poder y para que fuésemos los españoles los dueños de nuestro destino. Aprendimos una lección importante, además, que es la de que si nos unimos podemos vencer a un enemigo común. Pero fueron días complicados en los que yo no daba un duro por mi vida.

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"Yo no voy a darle la razón a quien me apuntaba con un fusil de asalto"
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Respecto a las causas, me pregunta usted, algunos intentaron darle una justificación al golpismo. Yo no se la doy, pues un golpista es un totalitario sin más motivación que la de imponer por la fuerza de las armas una voluntad ajena a la votada por los españoles en las urnas de un modo limpio y democrático.

P. Nadie, creo, justifica el golpismo, señor Presidente. Pero eso no es lo mismo que buscar causas. El golpe de Estado se produjo durante una Cumbre que tuvo que convocar el Presidente saliente, un mes después de que el Congreso derribara a su Gobierno y de que nadie hubiera asumido responsabilidades. De hecho usted era quien contaba con más escaños. ¿Por qué se llegó a esa crisis institucional? ¿No cree que existe margen para hacer autocrítica de lo ocurrido aquellas semanas?

R. Ese fue el mismo razonamiento que hicieron los golpistas. Yo, desde luego, no lo comparto y no voy a darle la razón a quien me apuntaba con un fusil de asalto.

P. España, rescatada... otra vez. ¿Es la definitiva?

R. Sí, lo cierto es que lo he dejado claro en muchos discursos a lo largo de este último año y medio. El objetivo de mi gobierno no es sólo resolver la crisis actual, no me conformo sólo con eso, lo que busco es hacer las reformas necesarias para que España no vuelva a caer nunca en una crisis tan brutal como en la que hoy vivimos. Yo gobierno para hacer la transformación económica hacia la libertad que haga que nuestro país jamás vuelva a necesitar pedir dinero prestado a otros para financiar un gasto público inasumible e innecesario y, por ello, para que no tengamos que recurrir nunca más a un rescate económico. Yo no quiero poner un parche en la herida, como otros han hecho, yo quiero cerrar la herida para siempre.

P. ¿Las prestaciones sociales están dentro de ese "gasto público inasumible"? Porque, señor Presidente, hace ocho años que los Gobiernos de nada menos que cinco Presidentes aplican recortes al gasto público: educación, sanidad, congelación de pensiones y salarios de funcionarios, reforma de las Administraciones, reducción de Ministerios, eliminación de organismos, supresión de municipios... Una de dos, o no se recortó tanto, o es que ya no queda nada que recortar salvo el gasto social, que es casi la mitad del Presupuesto...

R. Supresión de municipios creo que es algo a lo que no se llegó de un modo contundente. Pero sí, lo que se pregunta me parece muy interesante. Creo que, efectivamente, no se recortó tanto por la parte del Estado, pues todo lo que se hizo fue por la vía de subir los impuestos a la clase media trabajadora, jamás se afrontó en serio una reforma para eliminar el gasto político, que no público, ojo. El gasto político, que es aquel que soporta las estructuras del Estado o las que buscan crear una red clientelar de subsidios jamás se tocaron hasta la llegada del expresidente Ocampo.

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"No quiero poner un parche en la herida, como otros han hecho, yo quiero cerrar la herida para siempre"
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Si usted se fija en los datos totales, el gasto del Estado no se ha disminuido a lo largo de la crisis, todo lo contrario, se ha subido, y esa es la clave del cambio político que representamos y que los españoles votaron en las urnas, pues la política que se llevará a cabo es la de una mejor gestión del dinero público, la de gastar en lo esencial y eliminar lo superfluo. Se van a suprimir las diputaciones no forales, se ha reducido contundentemente el personal eventual de la administración, que era el personal del enchufismo y pago de deudas políticas, se va a apostar por una mejor gestión de los servicios públicos, se está apostando por un sistema de pensiones garantista que asegura las pensiones haciendo que el contribuyente se beneficie de ello.

Es decir, todo se trata de saber gestionar mejor lo que se tiene afectando lo menos posible a los ciudadanos para que puedan adaptarse al cambio real y sensato que nosotros defendemos y que fue respaldado mayoritariamente en las urnas.

P. Hablemos de política internacional. España es el problema de la Unión Europea, su quebradero de cabeza desde hace ocho largos años. ¿Contamos algo en Bruselas, o sólo obedecemos?

R. Lo cierto es que sí, actualmente somos un problema para Europa, lo llevamos siendo desde hace casi dos años y eso me preocupa porque quiero que seamos parte de la solución y no parte del problema. Mi objetivo para con Europa siempre ha sido dejar claras mis posturas y las de mi gobierno sin traicionar nuestros ideales, sin mover una coma de nuestro proyecto político y siendo firme en la defensa de nuestra soberanía nacional. Con este último rescate se nos pedían cosas que nosotros no íbamos a asumir, planteamos nuestro plan de reformas, lo contrapusimos al que se nos planteó inicialmente y se aceptó nuestra propuesta. Por lo tanto, creo que el cambio de la actitud tanto de España hacia la UE como de la UE hacia España ha sido titánico: antes Europa mandaba y España obedecía cual cordero sin pensar en los españoles o en la clase media trabajadora, y ahora España marca la hoja de ruta en las relaciones con nuestros socios europeos.

P. Y, exactamente, ¿qué ha provocado ese cambio? Es decir, en qué se diferencia su Gobierno de los anteriores para que a usted le hagan caso y al resto sólo les ordenaran?

R. Sinceramente creo que los anteriores gobiernos se dejaron hacer porque no sabían cómo afrontar los serios problemas por los que atravesaban y atraviesan millones de hogares en nuestro país. El de De la Torre fue un gobierno impuesto e ilegítimo que no respondía a la voluntad del pueblo español. Nosotros somos un gobierno que sale de las urnas, con coraje, que sabe lo que quiere, que es valiente, que le importa la clase media trabajadora y, sobre todo, que no está dispuesto a asumir que se les sigan subiendo los impuestos a los trabajadores y a los ahorradores.

Tener las cosas claras y tener determinación es muy importante. Se trata de un tema de actitud, si quiere llamarlo así.

P. La gran promesa del PP es la reforma constitucional. ¿Está la propuesta en dique seco?

R. Sí, en cierto modo es una de nuestras grandes promesas. Aunque en realidad nuestra gran promesa fue la renovación de la política y de la democracia en España para avanzar hacia una Nueva Política que acerque las instituciones a la gente y que barra de un escobazo la corrupción, los privilegios de los políticos y los negocios poco limpios. En este sentido la reforma constitucional es sólo un medio para conseguir una parte de esas reformas. Pronto habrá una reforma más dura que tenga a los partidos políticos en su objetivo.

P. Presidente, ¿qué contactos ha mantenido con la Oposición desde que ocupa el cargo?

R. Específicamente el de la reforma constitucional que estamos impulsando, donde he querido contar con todos. Pero también ha nivel parlamentario en el día a día de la acción legislativa del gobierno, ha habido contacto creo que con casi todos: Con AL y Euskal Plataforma el contacto es muy frecuente, pues son nuestros compañeros de viaje, pero también ha habido diálogo con el PSOE en varias ocasiones, incluso con FdC algo se habló en los primeros días de gobierno. Con Ciudadanos tenemos menos relación.

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"La reforma constitucional es sólo un medio para conseguir una parte de nuestras reformas. Habrá una reforma más dura que tenga a los partidos políticos en su objetivo"
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Creo que la situación parlamentaria también nos obliga, en cierto modo, a abrir el debate y ser más receptivos a las sugerencias de otras formaciones. Algunas veces dicen y hacen propuestas interesantes y otras no, pero siempre hay que escuchar lo que otros te dicen. No obstante, como ya he mantenido a lo largo de estos meses, yo no fui elegido para gobernar para la izquierda, yo tengo muy claros mis objetivos y lo que quiero para España.

P. De cara a la huelga general, Presidente, ¿ha dialogado su Gobierno con los sindicatos para elaborar la nueva Ley de Huelga?

R. No, evidentemente no hemos tenido en cuenta a los sindicatos, pues no son agentes que nazcan de la voluntad popular. Los sindicatos van a ocupar un papel distinto durante estos años, y es normal que ese nuevo sitio sin mariscadas ni relojes Rolex no les guste a los que viven a costa de los trabajadores. Si quiere una respuesta más contundente se la doy: los sindicatos no van a marcar las políticas de mi gobierno.