[PSE-EE] Idoia Mendia: "El futuro de España pasa por Euskadi"

Compañeros y compañeras:

La situación del Estado Español ha llegado a niveles límite como no se había vivido desde la recuperación de la Democracia. El país en conjunto atraviesa una crisis en la que el calificativo de económica se ha sustituido por global y donde el caso vasco no solo no es una excepción sino que la gravedad es mayor si cabe. El futuro de España pasa por Euskadi, porque los socialistas vascos no aceptaremos que se celebren elecciones generales si Vizcaya, Guipúzcoa y Álava van a quedar al margen, sea ya por la intransigencia de los poderes vascos o por la presión de los partidos que solo miran por su propio interés. Es algo que todas las formaciones, tengan o no presencia en las instituciones vascas, deberían secundar. En primera instancia, la unidad y la presión política no debe ir encaminada a la convocatoria de elecciones, que también, sino a recuperar la situación previa al golpe de Estado, tanto en el País Vasco como en el resto de España.

Hace poco más de un mes, la mayoría independentista del Parlamento aprobó una Declaración Unilateral de Independencia. Los que conozcan mínimamente nuestra historia sabrán que este suceso no es nuevo; durante las Guerras Carlistas del siglo XIX la zona carlista funcionó como un auténtico estado independiente de facto, mientras que en los primeros años de la Guerra Civil, hasta que el ejército sublevado tomó Euskadi en su totalidad, también ocurrió algo parecido. La DUI no es irreversible, sino que debe entenderse como la respuesta a un ataque contra la legitimidad democrática y si esta se restablece debe anularse. Por eso yo suscribo el mensaje de consenso y diálogo que mencionaba Lara Pérez a fin de normalizar la situación política del País Vasco.

En este sentido, quiero expresar mi disposición a todo acuerdo y opción de diálogo con el resto de formaciones, pero especialmente con el lehendakari. Yo espero que el jefe del gobierno vasco sepa estar a la altura de las circunstancias y podamos trabajar para recuperar la normalidad, pues los ciudadanos no merecen políticos que luchen por quimeras románticas sino por solucionar los problemas del día a día; la precariedad laboral, las desigualdades sociales y la falta de oportunidades.