Pasqual Prim se une a las protestas

¡Españoles! El Ejército nos ha traicionado otra vez.

Voy a leer textualmente su comunicado:
A partir de la fecha presente, 22 de diciembre de 2016, la Nación española se encuentra bajo el control operativo y general de la Junta de Jefes del Estado Mayor. Se decreta oficialmente la aplicación del Estado de Excepción en todo el territorio, solicitando así a todos los ciudadanos el acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar o policial.
Esta Junta de gobierno de comandantes tiene un estricto estado temporal, deseoso de retornar el poder gubernativo a las autoridades civiles en tanto se logre restaurar la paz interior y la estabilidad territorial, social y económica.

Afirman que van a proteger a las instituciones españolas, que devolverán el poder a los civiles "en cuanto se logre restaurar la paz interior y la estabilidad territorial, social y económica". Señores, ¡Esto es un Golpe de Estado! Hoy, el Ejército ha perpetado una última vejación al pueblo de España. No solo han detenido a los dirigentes de todos los grupos parlamentarios, a excepción de quienes por suerte no nos encontrábamos reunidos con el señor De la Torre (que también está detenido): han ocupado los medios de comunicación, y se encargarán de que la situación vuelva a la de los años cinquenta.

El objetivo del ejército es claro: darán su vida por el concepto de "España" que Franco creó. El señor Izquierdo, un fascista nombrado sorprendentemente por un Presidente fascista, ha hecho lo que mejor se les da a los militares: prohibir la libertad de expresión, de manifestación, de ideología. Han asaltado las corruptas institituciones españolas para establecerse, otra vez en el poder.

Con el mismo argumento del "Generalísimo", afirman que su tarea es temporal y finita: quieren reestablecer los valores de la Una, Grande y Libre, literalmente. Y con el mismo argumento del "Generalísimo" van a establecerse en el poder los militares, los represores, para volvernos a sumir en una dictadura.

Hoy debemos elegir si queremos quedarnos de brazos cruzados, sabiendo que mañana tendremos que saludar a los militares con el brazo alzado; o si queremos hacer como el Portugal: derrocar a este regímen para establecer, ahora sí, una democracia verdadera.

Españoles, nos llama el deber. Nos llama la historia, que llorará si hoy no actuamos. ¡No cesemos nuestra protesta! ¡Que se oiga nuestro cántico por encima de nuestras cabezas, y se oiga también dentro de sus tanques. ¡El pueblo de España no se rinde, y tomará las calles una y otra vez luchando contra la opresión!

¡Viva la democracia!