La Vanguardia Del País - El discurso del Presidente

Buenas tardes a todos. Les agradezco su asistencia. Es la primera vez en veinticinco años que bajo un mismo techo se reúnen los líderes del 90% del Congreso de los Diputados, y para lograrlo he tenido que recurrir a una treta impropia de una democracia robusta: evitar que ninguno de ustedes supiera a qué ha venido. Espero que de ahí saquen la primera conclusión.

Damas y caballeros, les he convocado porque el país se encuentra en la situación más crítica desde el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Por si no están al corriente, desde el día de la caída de mi Gobierno en el Congreso de los Diputados España se encuentra al borde del precipicio de la bancarrota. El resultado de la votación arrojó trescientos puntos, todos seguidos, a la pirma de riesgo, y eso que España lleva meses fuera de los mercados de deuda porque no podemos pagar sus intereses. Ni que decir tiene que el descalabro del Ibex fue descomunal.

Mientras tanto, ustedes, el Congreso de los Diputados, han decidido abrir un período de consultas con ustedes mismos, con sus amigos, con Su Majestad el Rey o con el bedel más próximo, no lo sé; pero han sido incapaces de alcanzar acuerdos para lograr investir un Gobierno, el cuarto de esta Legislatura que tiene, me permito recordarles, un año y medio de vida. Mis últimas noticias eran que el PP se negaba a asumir su responsabilidad de partido mayoritario y el PSOE decidía que esta crisis de Estado era el mejor momento para proceder a renovar el liderazgo. Al parecer en las últimas horas se han producido contactos con vistas a una investidura; hasta yo los he hecho. Pero es demasiado tarde.

Desde la mañana de hoy se han producido sendos conatos de rebelión en las ciudades de Madrid y Barcelona. A esta hora, el Gobierno ha ordenado el corte al tráfico de medio Madrid ante la presencia de varias decenas de miles de manifestantes, algunos de los cuales portan armas y otros artefactos con los que enfrenta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Análoga situación en Barcelona y con posibilidades de reproducirse en Zaragoza o Valencia.

Les informo de que a consecuencia de estos hechos, he ordenado la activación del nivel 4 del Plan de Prevención Antiterrorista, he puesto en alerta a las Fuerzas Armadas y he convocado un Consejo de Ministros para proceder a declarar el Estado de Alarma.

Señoras y señores, mi Gobierno roza la ilegalidad tomando estas medidas puesto que está en Funciones, porque ustedes así lo han decidido. Les diré algo, ya que lo que aquí se diga no saldrá por esas puertas; yo he jurado por mi conciencia y honor desempeñar fielmente este cargo, y hace muchos años juré también defender a España. Ha querido el destino que en estos momentos me toque a mi presidir el Gobierno, pero les aseguro que no voy a dejar que mi palabra se convierta en papel mojado

Hoy están aquí para formar un Gobierno. Debería avergonzarles que en la situación dramática que atraviesa el país tenga que venir un magistrado a reprenderles como a escolares, castigándoles a hacer las paces y darse la mano, pero parece que no son conscientes de la situación por la que atravesamos. Hasta el señor Fernández se atreve a pedir generales anticipadas, es decir, tres meses de locura y perdidos. Por el amor de Dios, seamos serios, todos nosotros sabemos que no conviene a nadie un adelanto electoral, que supondría el fin del país tal y como lo conocemos.

Damas y caballeros, este país les ha elegido hace menos de un año y medio para que gobernaran el país durante cuatro y lo único que han hecho es destruir Gobiernos en el momento en el que la mínima sacudida causa un alud. Les exijo como Presidente y como ciudadano que asuman su responsabilidad, dejen de lado su interés electoralista y hagan el favor de acordar la formación de un Gobierno que evite el caos que se avecina.