Mensaje del Presidente del Gobierno

Mensaje del Presidente del Gobierno, Salvador Prim, a través de Radio y Televisión pública

Salvador Prim, Presidente del Gobierno

Buenas noches a todos.

Esta década que vivimos ocupa ya su lugar en la historia de España. Desde el año 2008, una enorme crisis económica y social saquea España y destruye empleo, destruye el estado del bienestar... y destruye vidas.

En este momento, tras ocho años en los que el adjetivo duro ha quedado corto, es el momento de pararse a reflexionar. Porque estamos viviendo momentos difíciles, pero si algo hemos demostrado como pueblo, y como estado, es que siempre, y digo siempre, salimos adelante. Y salimos adelante de la mano, haciendo fuerza, tirando juntos hacia el futuro. Salimos adelante por el esfuerzo de cada ciudadano de España que, fuerte, arrastra los sueños y las esperanzas de todo un país.

En nombre del Gobierno de España, y a título personal, quiero expresar mi más profunda gratitud a todos vosotros. A todos los españoles que, incansables, nos levantamos cada día para seguir adelante. Que incansables nos levantamos cada vez que caemos. Que incansables seguimos adelante con responsabilidad y sentido del deber.

Y ahora, España necesita más que nunca la ayuda de todos. Porque cada vez que se hablan de datos macroeconómicos no son cifras las que representan los números. No son ingresos, pérdidas, gastos, déficits, importaciones, o cualquiera de estos conceptos. Son personas. Personas con nombre, con ojos, con sonrisa, con seres queridos. Son vidas de gente a la que no podemos dar la espalda en los peores momentos. El Estado tiene grandes dificultades para mantener el enorme sistema de bienestar que, desde hace años, permite a quienes tienen más dificultades, dejar de luchar para sobrevivir. Que nos permite ser a todos iguales, y nos ennoblece tanto.

El Gobierno de la Nación ha estado tomando, toma y tomará todas las medidas a su alcance para garantizar el estado del bienestar y los servicios públicos. Todas las medidas que pudieren ser tomadas serán tomadas, para que José pueda seguir caminando, para que Laura pueda seguir levantándose, y para que la sonrisa de María nunca quede helada.

Pero no es suficiente que sea yo, sea mi Gobierno o sea el Congreso de los Diputados quien adopte todas las medidas que pueda. Porque no es ninguna de estas instituciones la que mueve España. Porque España es de los españoles, y es la hora de demostrarlo.

Como he dicho, es la hora de hacer un balance, pero más importante es hacer una elección en los caminos. Ahora mismo tenemos dos vías ante nosotros: la vía de la resignación y la recesión, y la vía del progreso y la fuerza.

En una mano, podemos elegir perder todo lo conseguido con tanto esfuerzo. Perder la memoria de nuestros padres y abuelos, perder esta España que hemos construido entre todos. Podemos seguir golpeando con picos los pilares de este gran edificio tratando de conseguir oro. Y en ello derrumbaremos las esperanzas y no nos podremos levantar.

En la otra mano, existe la vía de abrir los ojos y combatir. Existe la elección de no abandonar a la familia, y de renunciar un poco de lo que tenemos para recordar que el pueblo de España es pueblo solidario, que el pueblo de España es el faro del compañerismo y la camaradería, que el pueblo de España es la luz de la fraternidad y que en ninguno de los casos dejaremos que un solo de nuestros hermanos caiga. Un camino que no puedo prometer que sea fácil ni sencillo, pero si justo y ecuánime. Un camino que comportará caer muchas veces, pero ello significa que comportará que tener que levantarse muchas veces.

Hoy, mi mensaje es claro. La elección está en manos de cada ciudadano. E, independientemente de la opción que cada uno tome, me gustaría que, en defensa de los valores y en respaldo de la alianza que nos une, hiciéramos un voto de confianza a este segundo camino.

Me gustaría que hoy, todos los españoles nos diésemos las manos para asestar a nuestros problemas un duro golpe. Que en sinceridad y con una sonrisa, todos diésemos algo más de lo que damos, que todos diésemos un poco del brillo de nuestros ojos para ayudar a aquellos que de ellos solo pueden brotar lágrimas.

Es la hora de estar en la calle, con un brazo debajo los hombros de aquellos a quienes les cueste caminar. Es la hora de ser respaldos para aquellos que no tienen donde apoyarse. Y es la hora de que, con la fuerza de nuestro corazón, combatamos.

Este gobierno pide a los españoles calma en este momento de apuro, y pide un compromiso ante la dificultad. Es la hora de pensar en que pasado hemos tenido, en como podemos ayudar en este presente y en que futuro nuestros hijos recibirán nuestra herencia.

Muchas gracias. Buenas noches y buena suerte.