[PALACIO DE LA MONCLOA] El Presidente del Gobierno Fabián de la Torre envía un mensaje a la Nación

Buenas tardes.

Es mi deber, y lo cumplo con gozo, anunciar en primer lugar que acabo de recibir del Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, don Nicolás de Cotoner, la noticia de que don Juan Carlos abrió los ojos hace varias horas y responde correctamente ante estímulos tales como frases orales y fotos familiares. Los facultativos que le atienden afirman que Su Majestad está fuera de peligro, pero padece las lesiones propias de la gravedad de su percance. En palabras del Marqués de Mondéjar, “tiene reducida la capacidad del habla, de modo que le cuesta articular de manera espontánea y fluida aunque sí puede repetir frases bastante largas. Además, le costará mucho acompañar gestualmente lo que quiera decir. En un principio no hay nada más y los médicos me confirman que en un par de días podríamos estar de regreso a España con el monarca.” Es una noticia que el Gobierno no puede más que celebrar.

Ante esta noticia, que llegaba más o menos al mismo tiempo que el fin de la Sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados, determina el fin de la necesidad constitucional de establecer una Regencia. Pese a que la Jefatura del Estado ha permanecido una  semana vacante de facto, no será necesario declarar la inhabilitación propuesta por el Gobierno. Queda resuelta así la última crisis institucional; una más de las que ha tenido que resolver este Gobierno; una vez más, en soledad.

Sin embargo, los hechos acaecidos en el país en las últimas horas deben, forzosamente, conducir a una profunda reflexión. El Gobierno, arrastrado por la Ley, sólo tomó una decisión propia, que fue proponer en un primer momento un Regente civil. Todo el resto de hechos concatenados obedecen a la Constitución; el Gobierno no decidió la inhabilitación del Rey sino que viene exigida por la Carta Magna; el Gobierno no decidió la regencia civil sino por lealtad para con la decisión de la Familia Real; el Gobierno no decidió la Regencia de la Reina sino por imperativo constitucional en palabras del Tribunal Supremo. Con todo, y como no pude ser de otra manera, como Presidente del Gobierno asumo plenamente la responsabilidad de estas decisiones, todas ellas avaladas y de probada solvencia.

En estas horas aciagas, la totalidad de las fuerzas de Oposición han tenido por conveniente unirse en un no rotundo no sólo al Gobierno, que sería lo natural; sino también contra la Justicia y contra la Corona de España. Lamento profundamente y observo con aflicción este comportamiento egoísta y confrontador. La compleja situación a la que nos hemos enfrentado ponía de relevancia la capacidad de liderazgo de cada uno, y los ciudadanos, últimos jueces, deberán resolver la contienda desatada.

Ante la crispación generada que a nadie beneficia y sólo perjudica a España, considero no sólo una opción, sino mi más estricto deber llamar a la Oposición a asumir responsabilidades por su actuación ante esta crisis. Es por ello que, recibida la confirmación del estado de Su Majestad, he hecho llegar a la Embajada de España en Pretoria un Real Decreto,  informado en Consejo de Ministros, por el que se disuelve el Congreso de los Diputados y se convocan de inmediato elecciones generales.

La Legislatura que finaliza hoy no puede ser calificada sino como el mayor éxito de acción de gobierno desde el advenimiento de la democracia en 1977. Hemos sido el Gobierno más trabajador de cuantos han pasado por este Palacio y los datos se pueden contrastar en el Congreso y en el Boletín Oficial del Estado. Hemos aportado estabilidad política a España, hemos atajados las intentonas golpistas que han amenazado a todos los Gobiernos de la democracia, hemos consolidado el ordenamiento jurídico español con un desarrollo constitucional completísimo y hemos puesto a España en una privilegiada posición internacional tras el desastre de la anterior Administración. Hemos cometido errores, como toda obra humana, pero hemos aprendido de ellos. Pero sobre todo: en estos años hemos superado momentos difíciles, quizás los más graves en décadas, y de todos ellos hemos salido victoriosos y fortalecidos como país, como Nación y como pueblo.

Nuestra labor gubernamental viene avalada por un amplio respaldo ciudadano contrastado por medios de comunicación de todo signo y estudios demoscópicos de todo el territorio nacional. Sin embargo, este Gobierno no trabaja para conseguir encuestas sino para obtener resultados. Superados los tres años de mandato, unas circunstancias políticas de extrema agresividad nos obligan a ser coherentes y poner el bastón de mando, una vez más, en las manos de los ciudadanos, que tendrán que decidir entre los modelos que desde hace años vienen sucediéndose en el Gobierno de la Nación.

Quiero decir que este Presidente no tiene, ni ha tenido, la menor intención de aferrarse a su cargo. He manifestado en muchas ocasiones que mi intención era culminar el mandato constitucional de cuatro años para el que fui elegido, pero dadas las circunstancias considero que presto un servicio a España disolviendo el actual Congreso y convocando las elecciones. La desmesura de la Oposición parlamentaria tanto en sus palabras como en sus actos, totalmente injustificada en las delicadas horas que hemos pasado, invita a pensar  en un año convulso y plagado de crispación que no beneficiará a los españoles. Hacerles pasar por ese calvario con un Monarca enfermo no me parece oportuno, y mi deber como gobernante es garantizar el bien de la Nación por encima de mis intereses particulares. A nadie escapa que lo que más conviene a este Gobierno es continuar ejerciendo su labor sin atender a provocaciones como ha hecho hasta ahora mientras la Oposición, recién salida del letargo, se enroca en su “no, nunca” sin propuestas y sin consensos; pero el desgaste de la sociedad sería alto y es mi deber ahorrar semejante trance en los momentos actuales. Por eso sin ningún reparo y con total confianza dejo mi cargo a disposición de los españoles una vez más.

No me satisface terminar la Legislatura sin culminar los proyectos en los que el Gobierno seguía trabajando. Se encuentran aprobados varios Proyectos de Ley que deseábamos tramitar antes del final del mandato, pero igualmente renunciamos a afianzar el cumplimiento de las últimas promesas hechas en mi Investidura en favor de otorgar la palabra a la Nación.

Quiero remarcar, con tranquilidad pero contundencia, que los hechos acaecidos en los días precedentes son muy graves y la Oposición, que se ha enfrentado no sólo al Gobierno, sino también la Cámara, a la Justicia y a la Corona, llegando a amenazar con “remover los cimientos del Estado”, tendrá que responder ante la ciudadanía de su actuación. No aspiro a tener siempre la razón porque ningún ser humano la tiene por entero, pero en este caso no voy a dejar pasar como si nada lo sucedido. Nos han acusado de impedir el debate, de atropellar su libertad y de violentar la Constitución. Pues bien, aquí está el mayor debate de la democracia, el mayor ejercicio de libertad y la mejor muestra del orden constitucional: enfrentemos nuestros proyectos ante la audiencia de la ciudadanía.

No se puede ejercer política sin perder las formas, incumpliendo el respeto institucional y faltando a la verdad. No construiremos una democracia fuerte y robusta mediante los ataques entre poderes y las acusaciones que se quedan sin probar. Ejerzamos nuestros deberes con corrección, argumentemos los desacuerdos y resolvamos las diferencias con cordura y sensatez en el Parlamento, y no en la calle o los Tribunales. Sólo así construiremos una democracia plena.

Invito a todos los ciudadanos a que comparezcan en esta llamada a las urnas para otorgar un mandato claro que permita a quien me suceda en este cargo gobernar de acuerdo al proyecto que obtenga el respaldo democrático del pueblo. Nada me importa más que España y su futuro, y es por eso que de nuevo dejo éste en manos de su legítima propietaria: la soberanía nacional.

Buenas tardes.

Mejor tarde que nunca.

Termina así un capítulo de la historia de España marcado por los excesos del gobierno, como el intento de meter a España en la OTAN o el proyecto de liberalización farmacéutica; al que los españoles hemos tenido que decir que no.

Pasqual Prim escribió:Mejor tarde que nunca.

Termina así un capítulo de la historia de España marcado por los excesos del gobierno, como el intento de meter a España en la OTAN o el proyecto de liberalización farmacéutica; al que los españoles hemos tenido que decir que no.

El Vicepresidente Aliaga

Lo dice usted, miembro de un partido cuyo Presidente está huido de la Justicia siendo el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Qué escándalo.

Esta convocatoria es el mayor ejercicio de responsabilidad hecho en democracia. La Oposición tiene todo por explicar. El Presidente ha hablado claro.

Fabián de la Torre escribió:El Vicepresidente Aliaga

Lo dice usted, miembro de un partido cuyo Presidente está huido de la Justicia siendo el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Qué escándalo.

Esta convocatoria es el mayor ejercicio de responsabilidad hecho en democracia. La Oposición tiene todo por explicar. El Presidente ha hablado claro.

El presidente del PSUC so yo, amigo.

Pasqual Prim escribió:

Fabián de la Torre escribió:El Vicepresidente Aliaga

Lo dice usted, miembro de un partido cuyo Presidente está huido de la Justicia siendo el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Qué escándalo.

Esta convocatoria es el mayor ejercicio de responsabilidad hecho en democracia. La Oposición tiene todo por explicar. El Presidente ha hablado claro.

El presidente del PSUC so yo, amigo.

Aliaga

Cierto, disculpe el lapsus. Obviamente me refería al prófugo Müller...

No ostenta ningún cargo en el partido.

Pasqual Prim escribió:No ostenta ningún cargo en el partido.

Aliaga

Sólo fue su candidato, su Diputado y sigue siendo Presidente de la Generalitat en Funciones en tanto no haya nueva investidura. No se desentiendan tan rápido, hombre...

Ese hombre es mi presidente y el de todos los catalanes.

Pasqual Prim escribió:Ese hombre es mi presidente y el de todos los catalanes.

Por poco tiempo.

Un ejercicio de responsabilidad y compromiso con la ciudadanía.

Pasqual Prim escribió:Ese hombre es mi presidente y el de todos los catalanes.

Puede estar usted muy orgulloso de ello sin duda, los Calatanes no creo que tanto, son ustedes una fugaz mancha en la historia de Cataluña.

Ahora le tocará hablar a los ciudadanos.

Pasqual Prim escribió:Ese hombre es mi presidente y el de todos los catalanes.

Ese hombre ha sido cazado mientras intentaba huir de Catalunya. Si le quedaba algo de dignidad por razón de cargo, la ha perdido totalmente.

Ramon Ridao escribió:

Pasqual Prim escribió:Ese hombre es mi presidente y el de todos los catalanes.

Ese hombre ha sido cazado mientras intentaba huir de Catalunya. Si le quedaba algo de dignidad por razón de cargo, la ha perdido totalmente.

Usted es un buitre que para justificar su intento de comerse al President intenta hacer creer a los catalanes que está muerto.

Tómeselo como quiera.

No está muerto, Prim. Está en el calabozo. El PSUC no tiene nada que comentar respecto a que lo atraparan intentando huir del país?