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elPeriódico: "Que cada uno lave los trapos sucios en su casa"
Vie 24 Mayo 2013 - 0:05
elPeriódico
QUE CADA UNO LAVE LOS TRAPOS SUCIOS EN SU CASA
por Toni Alcántara
Más de 100 muertos, ataque a instituciones democráticas, vulnerabilidad en las fronteras, conflicto internacional.
Son frases que no estamos acostumbrados a oír como propias en el mundo desarrollado en periodo de paz. Periodo de paz fría el que estamos viviendo, sí, paz fría, porque la mayor parte de la población del primer y el segundo mundo no son sufridores de esa guerra en carne propia. Dos bloques, los cuales se dedican a luchar en el tercer mundo, sin importarles los daños, llamados por ellos, colaterales.
En esta masacre España se ha sentido del tercer mundo. Hemos podido ver como Navarra y, con menos consecuencias, Euskadi eran el terreno donde uno de estos dos bloques ha decidido actuar, aprovechando la desconformidad interna de un sector de la población local con ganas de hacer su guerra sin importarle los medios. Una España que, debates aparte sobre el tema, está posicionada a favor de un bloque, pero a la cola, como país recién salido de una dictadura que retrasó un progreso que hubiera sido clave para ser ahora punteros en Europa. Y ya se sabe, la primera gacela que cae en las garras de las leonas son las pequeñas o las cojas. Y este país, por ser pequeño, se ha quedado cojo, con su democracia tocada y con incidentes que no sucedían desde que, hace décadas, aconteciera uno de los peores episodios de la historia de este país.
Por su parte, las investigaciones oficiales, aunque inconclusas, ya pueden identificar culpables y cómplices, ya podemos saber quién es quien en esta aberración. Ya sabemos que Marruecos, Libia y la URSS son instigadores y proveedores de los culpables, ciertos sectores del pueblo navarro, que tenían la intención de hacer cumplir sus deseos por el medio más vil posible. También tenemos las víctimas, trabajadores de las fuerzas de seguridad y, perdónenme, pero también los muertos del bando de los levantados, en un país sin pena de muerte nadie merece la misma, y el error de haber formado parte de los grupos agresores les hace culpables de todo este asunto, pero no les hace menos víctimas, de algo que no tenía que haber ocurrido. Y otras víctimas, el resto de los españoles, que vemos cómo no podemos estar seguros en un país en el que las fronteras no funcionan y, en cualquier momento, cualquier gobernante loco y con cualquier excusa, puede decidir introducir armas y promover una guerra.
Todo atado y analizado, sin entrar en mucho detalle, sí, pero es un resumen adecuado de lo sucedido, de los protagonistas.
Pero, ¿qué pasa con los que podrían ser protagonistas y no lo son? ¿Qué pasa con los que se esconden?
De esos quiero hablar, de los que no se muestran, de los que no consideran importante un asunto en el que se han vulnerado tantos derechos fundamentales, ¿recuerdan las frases del inicio del artículo? Cualquiera se estremecería al oírlas e intentaría ayudar a quien sufriera esos males.
Pues nada de eso, según informaciones oficiales, todos los países de la CEE apoyan a España y critican la actitud de los países instigadores, pero no van a romper relaciones diplomáticas con ellos. Asimismo, el Presidente galo ha decidido entrevistarse antes con los dirigentes marroquíes con los que tienen estrecha relación. Aparte, desde Alemania se quejan de que no les ha llegado información suficiente desde la CEE al respecto de este asunto, sin olvidarnos de Portugal, que ha reforzado su seguridad territorial, temiendo que este tema les salpique. Por último, desde los Estados Unidos de América no se pronuncian, no parece ser tema de su incumbencia.
“Que cada cual lave los trapos sucios en su casa”, decía mi abuelo, el cual era un hombre respetable, pero educado en un sistema en el que no era positivo mostrarse ni vincularse a nada que no fuese fútbol y toros. Qué cada cual lave los trapos sucios en su casa, dice la CEE, en la cual, se supone, que España acaba de entrar, se supone que somos de su grupo pero, ante un ataque claro de este tipo, no responden con autoridad. Qué se puede esperar de una institución que no informa a sus países de lo sucedido de manera clara, como ha denunciado el Ministro de Exteriores alemán, único país que, parece ser, quiere hacer algo por España. Qué se puede esperar de unos países miembro de una institución de este tipo que no rompen relaciones con los que han instigado una desgracia de este tipo en un territorio que, desde hace poco, es compañero de viaje. Donde sólo Miterrand va a poner de su parte para intentar mediar, pero sólo mediar, no defender los intereses de España, su país vecino. El resto de países de la CEE a verlas venir. Según las últimas informaciones, no mueven ficha y seguirán teniendo relación con Marruecos, Libia y la URSS. Qué podemos esperar de un país vecino que, en vez de interesarse e intentar colaborar, cierra las fronteras, exclamando un claro “pegaos en vuestro patio, en el nuestro no entréis”, como ha hecho Portugal. Y lo más grave, ¿qué podemos esperar de la conjunción de los Estados Unidos de América? Esos de los que somos aliados, esos a los que apoyamos y seguimos, los líderes del bando en el que, según muchos, ya estamos, aunque no sea oficial. EEUU está en silencio, no quiere hablar, no quiere actuar, está expectante. ¿Se imaginan que en vez de en España esto hubiese ocurrido en California? ¿Estarían callados los dirigentes del país norteamericano? ¿Serían tan “prudentes” como lo están siendo en este caso?
“Que laven los trapos sucios en su casa”, deben estar pensando todos ellos de España, mientras se frotan las manos, pensando que España ya tiene enemigos comunes a los suyos, ya no hará falta convencernos de que “son el bando bueno”.
QUE CADA UNO LAVE LOS TRAPOS SUCIOS EN SU CASA
por Toni Alcántara
Más de 100 muertos, ataque a instituciones democráticas, vulnerabilidad en las fronteras, conflicto internacional.
Son frases que no estamos acostumbrados a oír como propias en el mundo desarrollado en periodo de paz. Periodo de paz fría el que estamos viviendo, sí, paz fría, porque la mayor parte de la población del primer y el segundo mundo no son sufridores de esa guerra en carne propia. Dos bloques, los cuales se dedican a luchar en el tercer mundo, sin importarles los daños, llamados por ellos, colaterales.
En esta masacre España se ha sentido del tercer mundo. Hemos podido ver como Navarra y, con menos consecuencias, Euskadi eran el terreno donde uno de estos dos bloques ha decidido actuar, aprovechando la desconformidad interna de un sector de la población local con ganas de hacer su guerra sin importarle los medios. Una España que, debates aparte sobre el tema, está posicionada a favor de un bloque, pero a la cola, como país recién salido de una dictadura que retrasó un progreso que hubiera sido clave para ser ahora punteros en Europa. Y ya se sabe, la primera gacela que cae en las garras de las leonas son las pequeñas o las cojas. Y este país, por ser pequeño, se ha quedado cojo, con su democracia tocada y con incidentes que no sucedían desde que, hace décadas, aconteciera uno de los peores episodios de la historia de este país.
Por su parte, las investigaciones oficiales, aunque inconclusas, ya pueden identificar culpables y cómplices, ya podemos saber quién es quien en esta aberración. Ya sabemos que Marruecos, Libia y la URSS son instigadores y proveedores de los culpables, ciertos sectores del pueblo navarro, que tenían la intención de hacer cumplir sus deseos por el medio más vil posible. También tenemos las víctimas, trabajadores de las fuerzas de seguridad y, perdónenme, pero también los muertos del bando de los levantados, en un país sin pena de muerte nadie merece la misma, y el error de haber formado parte de los grupos agresores les hace culpables de todo este asunto, pero no les hace menos víctimas, de algo que no tenía que haber ocurrido. Y otras víctimas, el resto de los españoles, que vemos cómo no podemos estar seguros en un país en el que las fronteras no funcionan y, en cualquier momento, cualquier gobernante loco y con cualquier excusa, puede decidir introducir armas y promover una guerra.
Todo atado y analizado, sin entrar en mucho detalle, sí, pero es un resumen adecuado de lo sucedido, de los protagonistas.
Pero, ¿qué pasa con los que podrían ser protagonistas y no lo son? ¿Qué pasa con los que se esconden?
De esos quiero hablar, de los que no se muestran, de los que no consideran importante un asunto en el que se han vulnerado tantos derechos fundamentales, ¿recuerdan las frases del inicio del artículo? Cualquiera se estremecería al oírlas e intentaría ayudar a quien sufriera esos males.
Pues nada de eso, según informaciones oficiales, todos los países de la CEE apoyan a España y critican la actitud de los países instigadores, pero no van a romper relaciones diplomáticas con ellos. Asimismo, el Presidente galo ha decidido entrevistarse antes con los dirigentes marroquíes con los que tienen estrecha relación. Aparte, desde Alemania se quejan de que no les ha llegado información suficiente desde la CEE al respecto de este asunto, sin olvidarnos de Portugal, que ha reforzado su seguridad territorial, temiendo que este tema les salpique. Por último, desde los Estados Unidos de América no se pronuncian, no parece ser tema de su incumbencia.
“Que cada cual lave los trapos sucios en su casa”, decía mi abuelo, el cual era un hombre respetable, pero educado en un sistema en el que no era positivo mostrarse ni vincularse a nada que no fuese fútbol y toros. Qué cada cual lave los trapos sucios en su casa, dice la CEE, en la cual, se supone, que España acaba de entrar, se supone que somos de su grupo pero, ante un ataque claro de este tipo, no responden con autoridad. Qué se puede esperar de una institución que no informa a sus países de lo sucedido de manera clara, como ha denunciado el Ministro de Exteriores alemán, único país que, parece ser, quiere hacer algo por España. Qué se puede esperar de unos países miembro de una institución de este tipo que no rompen relaciones con los que han instigado una desgracia de este tipo en un territorio que, desde hace poco, es compañero de viaje. Donde sólo Miterrand va a poner de su parte para intentar mediar, pero sólo mediar, no defender los intereses de España, su país vecino. El resto de países de la CEE a verlas venir. Según las últimas informaciones, no mueven ficha y seguirán teniendo relación con Marruecos, Libia y la URSS. Qué podemos esperar de un país vecino que, en vez de interesarse e intentar colaborar, cierra las fronteras, exclamando un claro “pegaos en vuestro patio, en el nuestro no entréis”, como ha hecho Portugal. Y lo más grave, ¿qué podemos esperar de la conjunción de los Estados Unidos de América? Esos de los que somos aliados, esos a los que apoyamos y seguimos, los líderes del bando en el que, según muchos, ya estamos, aunque no sea oficial. EEUU está en silencio, no quiere hablar, no quiere actuar, está expectante. ¿Se imaginan que en vez de en España esto hubiese ocurrido en California? ¿Estarían callados los dirigentes del país norteamericano? ¿Serían tan “prudentes” como lo están siendo en este caso?
“Que laven los trapos sucios en su casa”, deben estar pensando todos ellos de España, mientras se frotan las manos, pensando que España ya tiene enemigos comunes a los suyos, ya no hará falta convencernos de que “son el bando bueno”.
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