[ELA-STV] Huelga General vasco-navarra del 28 de enero de 1982

Como se había anunciado en la anterior rueda de prensa otorgada por el Secretario General del sindicato ELA, Oskar Matute, el pasado 30 de diciembre, y tras la aprobación final por parte de las Cortes Generales del Estatuto del Trabajador, las bases de dicho sindicato han resuelto, tras una apresurada semana de consultas y votaciones en asambleas, convocar una huelga general para el próximo día 28 de enero, en la que se pedirá la derogación inmediata de este Estatuto y la creación de un marco vasco-navarro propio de relaciones laborales "con una autonomía plena respecto a Madrid".

Asimismo, Erkizia ha criticado duramente la ausencia del Partido Comunista en la sesión de votación del polémico Estatuto, lo que ha permitido su aprobación. "La ausencia en la votación final sobre un texto tan trascendental para la configuración de los derechos sociales de la clase trabajadora de un partido clave como lo es el Partido Comunista es algo que no se entiende, y que sin duda marca claramente la tendencia al declive de esta formación en los últimos tiempos" ha declarado el líder sindical nacionalista. "Gracias a la ausencia del PCE, este sindicato ha resuelto convocar huelga general, obligado por la inoperancia de un grupo parlamentario que dice representar a la clase trabajadora", ha concluido, indignado por la ligereza con la que el PCE aborda las cuestiones parlamentarias, "porque hay partidos que son más de calle y otros más de despacho, pero los dos son ámbitos que toda formación seria ha de cubrir si verdaderamente desea ser útil para la sociedad".

Aparte de la convocatoria de la huelga en toda Euskal Herria, también se ha presentado el resto del calendario de movilizaciones contra el Estatuto, que incluirán protestas en la calle y en los diferentes centros de trabajo vasco-navarros.

Tal y como se presagiaba tras la convocatoria realizada por el sindicato nacionalista ELA, durante la jornada del 28 de enero ha amanecido en un denso ambiente de huelga en toda Euskal Herria. Ya desde primera hora, con los principales establecimientos e industrias cerrados, se auguraba un día caliente, a pesar del tiempo invernal pronosticado. Madrugadores como cualquier otra jornada del año, los trabajadores huelguistas han preparado puntualmente todo el material elaborado en los días anteriores y se han dispuesto a hacer piquetes informativos por toda la geografía de las cuatro provincias. Paralelamente, en cada capital de provincia se han convocado sendas manifestaciones huelguistas, preparadas para que terminasen sus respectivos recorridos en cada delegación o subdelegación de gobierno. Dichas manifestaciones se había previsto que tuvieran comienzo a mediodía, en los lugares céntricos de las ciudades, tal y como la Plaza del Sagrado Corazón de Bilbao o la del Castillo en Pamplona, en las que en las horas previas al comienzo de las marchas se han habilitado mesas informativas por parte de ELA, con carteles, banderas y pancartas en contra no sólo del en vigor ya Estatuto de los Trabajadores, sino también del Proyecto de Ley de Concierto Económico Vasco que el gobierno del estado pretende imponer a la Navarra Occidental, que ha sido tildado de “gamazada” y de “vaciado de la Disposición Adicional Primera de la Constitución”.

A lo largo del día, y mientras avanzaba el mismo, los diversos piquetes y manifestantes han adoptado posturas más activas y han comenzado a realizar una campaña de huelga más intensa, intensificando la labor sindical. A modo de ejemplo, en el polígono industrial de Erandio, cerca de la ciudad de Bilbao, los trabajadores han irrumpido en varias fábricas, algunas de ellas en activo, con la intención de interrumpir su actividad mediante la expulsión de los esquiroles y ampliar la fuerza de sus reivindicaciones. Cosa similar ha sucedido en algunos valles de Gipuzkoa, como en Éibar o Mondragón. Mientras tanto, sobre las 12 de la mañana los cuerpos de las cuatro manifestaciones han partido desde sus respectivos puntos de partido, desplegando una algarabía de pancartas y gritos reivindicativos, que no han cesado hasta después de que las marchas concluyesen y se leyesen los manifiestos finales. Entre ellos se destaca el dado por el Secretario General de ELA, Tasio Erkizia, en la ciudad de Donosti, en el que ha criticado duramente la actual política económica y social del Gobierno de España, especialmente el Estatuto de los Trabajadores y el Concierto Económico con la CAV, y ha demandado “un mayor respeto al autogobierno vasco-navarro por parte de Madrid”. Además, y como ya viene siendo habitual entre diversos sectores del nacionalismo vasco, ha reclamado ferozmente “un marco propio de relaciones laborales para Euskal Herria, como medio para lograr la soberanía económica de nuestro país y lograr la inmunidad a las políticas neoliberales suicidas del gobierno español”.

Después de la marcha, los asistentes se han disgregado para conformar piquetes urbanos, que han proliferado por la geografía de las ciudades vascas, llegando algunos de ellos a ser tan masivos que casi parecían barricadas. Por este motivo, la policía se ha visto obligada a intervenir en algunos casos para mantener el orden público, aunque en ningún caso de forma general ni con acciones relevantes.