Arzobispado de Barcelona: Carta Episcopal "La Iglesia y la política"

"En los tiempos que corren la presencia de la Iglesia es fundamental para que el evangelio no pierda el vigor que los cristianos necesitamos en horas de oscuridad y de confusión. No es misión pastoral intervenir en la designación de gobiernos, puesto que la sociedad se constituye en función de una naturaleza terrenal y necesita la provisión de una autoridad legítima que en el caso de la llamada democracia emerge de la voluntad popular representada por el voto. En tanto la autoridad legítima y el ámbito de su actuación no cuestione la voluntad de Dios, la Santa Madre Iglesia Romana no ejerce acción alguna en los designios humanos para su gobierno terrenal. Sin embargo, la doctrina católica entiende que la política nace para buscar el bien común, y la Iglesia Católica además busca el servicio de la vocación personal y social del hombre. Un miembro de la Iglesia es al mismo tiempo miembro de la comunidad civil. Comprendemos que es sensato y justo buscar ayudar a las instituciones políticas y a la institución religiosa, y esto exige un patrón de comportamiento, un camino de vida, puntos de coincidencia.

La Iglesia representa a millones de fieles que sostienen y predican un estilo de vida semejante al que Nuestro Señor Jesucristo indicó, y esto es superior a cualquier valoración política. Es deber de la Iglesia comprometer su institución, intervenir públicamente en aquellas materias que impliquen un ataque o una ofensa a los valores cristianos o incluso un reconomiento o estímulo a la vida católica. Es un deber como factor social, quizás el más importante para una persona de profunda comunión espiritual.

Porque Jesus dijo: Como vosotros sabéis, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.