Acto contra el terrorismo en Donostia (PNV)

Acto contra el terrorismo en Donostia

Doy las gracias a los presentes por estar hoy aqui y depositarnos vuestra confianza, en general a todos los políticos democrátas y trabajadores que vivimos con conciencia de que todavía hay esperanzas contra estos desalmados que se atreven a llamarse libertadores. Queremos llamar la atención de la hipocresía de estas personas y reconsiderar seriamente su calidad moral. Adulan un régimen de insolidaridad ilegitimado que se estableció en el Estado español y atacó a la sociedad en general de la forma más vil y sanguinaria, destruyendo nuestros derechos y libertades, como bien sabrá el Sr. Celaya, aquí presente. Cuando por fin este gobierno tocó a su fin, y la cordura, el sentido común y sobretodo la humanidad estableció nuestra actual democracia, estos terroristas entran en escena. Entre sus planes se encuentran arrasar lo que ha propiciado su caída, y a los que no piensan como ellos. Su idea de libertad es la de un país libre de: comunistas, socialistas, liberales, nacionalistas vascos y catalanes, en general todo aquel que se oponga a su forma de pensar. Aquí es cuando empezamos a cuestionarnos el verdadero significado de la palabra libertad: ¿es sólo libertad la nuestra propia o por el contrario la de todo ser humano? Cuando somos capaces de razonar esto, es cuando nos diferenciamos de las bestias.
Esta gente antepone su proyecto a la vida humana. Este es el momento en el que dicho proyecto pierde toda validez, toda razón y todo derecho. Sin embargo muchos otros políticos no permanecemos impasibles ante estas escenas perturbadoras puesto que no las olvidamos con facilidad. El verdadero proyecto no es el que posee como fundamento un fin determinado ajeno al ser humano, sino el que tiene como fin fundamental al ser humano.
Por ello el pueblo ha de levantarse contra este tipo de afrentas y lanzarse a la calle en defensa del estado de derecho, que hemos construido y seguimos construyendo, aunque otros se opongan a todo lo que suponga avance, sabremos ponerlos en su sitio. Estos son sólamente, como dijo Unamuno hace cuarenta años y digo yo hoy, inválidos que disfrutan al ver cómo se multiplican inválidos a su alrededor. ¡Y tal como él mismo dijo es inutil pedirles que piensen en España! Nosotros hoy y en esta ocasión debemos olvidar diferenciadores de cualquier tipo para enfrentarnos a la amenaza fascista y antisocial que han pensado tanto en su país que creen ser ellos España. No pretendemos separar al pueblo español, sino simplemente separar el odio del sentido común, que nos impide decidir sobre un destino agradable para todos en el futuro.