The Economist: ''España es una bomba de relojería''

España ingresó hace pocos meses a la Comunidad Económica Europea, un acierto importante para los españoles que a priori tendrían créditos más baratos pero un error importante para toda Europa que deberá cargar con un lastre significativo. España ingresó a la Comunidad Económica Europea tras fuertes turbulencias internas, pero no debemos engañarnos, quien dio el visto bueno fue la socialdemócrata Alemania y el entonces Primer Ministro laborista británico, amigos íntimos del Partido Socialista Obrero Español, que alejado hace tiempo del socialismo abrazó las nuevas tesis socioliberales y tercerviarias del SPD y del Labour Party. Ha sido esto, y no las gestiones diplomáticas anteriores y posteriores, las que han garantizado el ingreso de una España rural y atrasada a la Comunidad Europea.

El acierto para España, entonces, se lo deben a las amistades carnales entre el PSOE -hoy en la oposición- y el SPD -gobernante en Alemania- y el LP -también en la oposición en Reino Unido-. Las turbulencias posteriores, los errores diplomáticos y el ascenso de los tories al poder parecían dinamitar ese ingreso que finalmente se llevó a cabo, y también por exclusiva orden de Alemania para acelerar ese proceso de integración europea -esa integración que tanto detesta el conservadurismo británico y francés, y que solo observan a la CEE como un simple mercado común donde poner sus exportaciones-.

España, al ingresar a la CEE ha relegado parte de su soberanía económica, sus cuentas son fiscalizadas, sus presupuestos observados y su política fiscal y monetaria debatida en ese círculo de tecnócratas del ECOFIN -como llaman al Grupo de Ministros de Finanzas de la CEE-. En esas auditorías, se demuestra desde hace tiempo lo que es una verdad harta conocida y que nadie quiere decir para evitar la vergüenza: España es una bomba de relojería.

Su inestabilidad política es brutal. Desde 1977 han pasado 5 presidentes, y es cada día más evidente la nula preparación de sus partidos políticos para la alternancia política y el juego de la democracia representativa. Son nuevos en esto, es cierto, pero su talante y su puesta en escena absolutamente fuera de la realidad es impactante. No son una bomba de relojería por esto, pero suma al desastre económico que se esconde como secreto a voces.

Más de un Ministro de Finanzas europeo, excepto el de Alemania, afirma que la España actual está mucho peor que hace un año. ''Se prometían reformas estructurales pero no han hecho nada'' afirma un alto funcionario belga. Ahora su economía se ve cada vez más vulnerable. Es cierto que España aún tiene muchos puntos fuertes, pero sus debilidades se han puesto al descubierto por la crisis energética y de deuda. "Durante años ha ido perdiendo competitividad, han recurrido al gasto público y el déficit a pesar de los esfuerzos de los últimos tiempos. Sin los procesos de privatizaciones su Seguridad Social estallaría por los aires en cualquier momento", explica Alfredo Schwartz, economista de la Universidad Complutense de Madrid.

La economía está estancada, el país puede entrar en recesión y apenas crecerá el próximo año. Más del 12% de la población activa y más del 25% de los jóvenes están desempleados. En pocas palabras, el Gobierno está viviendo más allá de sus posibilidades. ¿Harán las reformas estructurales que deben hacer, o seguirán mirando como pasa el tiempo?

El actual Jefe del Gobierno español se muestra muy poco entusiasta en sus obligaciones. "En vez de afrontar la gravedad de los problemas económicos de España, el Sr.De la Torre sigue pareciendo poco entusiasta y a menos que demuestre que está realmente comprometido a cambiar la ruta de su país, España perderá la fe tanto de los inversores como de Alemania", concluye un diputado socialdemócrata alemán.

Carlos Lerner a la salida del Congreso

El esfuerzo realizado por España y por el Gobierno socialista de Sofía Torres nos permitió a día de hoy formar parte de una alianza europea que demuestra al mundo nuestra evolución y alcance de cara al futuro. El camino comenzado en la legislatura pasada debía ser el que se siguiera en la próxima, pero el Partido Liberal Demócrata lucha para marcar siempre la nota discordante y si para eso se tienen que llevar por delante la credibilidad de España en el resto del mundo, lo harán. Este país está estancado, porque no hay soluciones a los problemas y porque no se ha presentado ni una sola solución económica. Hemos dado un paso atrás que en nuestras circunstancias no nos lo podíamos permitir.