Proyecto de Ley Orgánica del Estatuto de Autonomía de Galicia

Señor Presidente, señorías, los galegos llegan a esta cámara a defender su autonomía, autonomía que se refleja en el estatuto que hoy nos convoca. Galicia es una región con una gran historia, una región que cuenta con una trayectoria lingüística y tradicional de siglos. Lo que hoy es Galicia se debe a lo que fuimos en el pasado, somos lo que hemos sido, y ese ha sido uno de los espíritus que nos ha acompañado a la hora aprobar este estatuto. Estamos en esta Cámara nacional para defender ante todas sus señorías el proyecto que los galegos nos hemos dado, la norma básica para cimentar nuestra tierra en una base sólida. Nuetsro estatuto autonómico presenta un articulado respetuoso con la Constitución y a su vez consciente de la realidad histórica de Galicia.

Nuestra región, al igual que la vasca y la catalana, cuenta con una serie de características que nos permiten reclamar una serie de competencias más extensas que otra región con un sentir menos regional. La España de las autonomías se creó para hacer honores a regiones que como Galicia tienen el ánimo de vivir con autonomía responsable y suficiente. Nuestro estatuto fue aproado por el parlamento galego con gran consenso y votaron a favor las principales fuerzas políticas galegas, lo cual es un logro al conocer que son éstas de ideologías tan distantes.
El Estatuto reconoce a nuestra región como nacionalidad histórica, lo cual a mi parecer... es un punto que Galicia no podía no tener, dado que somos una región con una lengua propia, se declara por tanto el galego lengua oficial de Galicia junto al castellano, un paso fundamental, y también un derecho civil propio reconocido por la Constitución, y ahora por este Estatuto. El desarrollo de un derecho civil propio es una reclamación de nuestra tierra que hoy se une a nuestras vidas y cuya tarea será implicación de todos. En materia de símbolos, nuestra tierra tendrá bandera, himno y escudo. Es decir, señorías, Galicia tendrá un reconocimiento pleno de su autonomía y libertad.
El plano institucional recoge lo que se le exige a cualquier estatuto de autonomía: una Xunta, un Parlamento, una justicia, un Presidente así como la relación de todos estos cuerpos. Así mismo, el plano municipal corresponde con nuestra historia así como con las necesidades reales de Galicia, les hablo sin duda alguna del reconocimiento a las parroquias y comarcas galegas, lo que es un punto importante para nuetsra forma de entender la autonomía de Galicia.

En definitiva, señorías, lo que buscamos en esta cámara es su apoyo, un apoyo que vendrá a acompañar al apoyo que el texto recibió en el parlamento galego. Nuestro estatuto es reflejo de la autonomía y la historia de Galicia y respeta a la Constitución en todo su redactado, tal y como se puede esperar. Señores diputados, como Presidente de la Xunta de Galicia pido el respaldo de sus señorías al Estatuto de Autonomía de Galicia. Muchas gracias.

Lo primero de todo, buenos días. Me congratula enormemente haber sido uno de los elegidos para representar a los gallegos en el Congreso de los Diputados y presentar para su posterior debate y votación el Estatuto de Galicia, su norma básica. Un Estatuto que pretende ser de todos y para todos los gallegos y no sólo para los oriundos sino también para aquéllos que eligen nuestra tierra para vivir y para quedarse.

Galicia bebe de todas las ambiciones que existen en las regiones españolas. Esta sed de autogobierno se manifiesta en el articulado de esta norma que hoy defendemos. Este Estatuto es, asimismo, respetuoso con la riqueza cultural existente en su territorio y con la Constitución dejando claro que en Galicia existen dos lenguas propias y, por tanto, de común uso, como son el gallego y el castellano; estas lenguas son, por lo tanto, oficiales y gozan de las mismas condiciones y protección.

Las instituciones de autogobierno de que se dota Galicia pretenden reflejarse en el Estatuto como “amigas” tanto de la autonomía como de la eficiencia de las Administraciones a la hora de prestar servicios públicos. Esto puede parecer un maremágnum de ideas, un conjunto de ideas contrapuestas pero no, los gallegos seremos capaces de demostrar que la autonomía es compatible con la prestación de unos servicios públicos de calidad como, espero, sepan demostrar fehacientemente el resto de regiones.

Por último, recordar que, a pesar de que Galicia sea una de esas autonomías de las denominadas “históricas”, al haber plebiscitado en el pasado afirmativamente un Estatuto de Autonomía, hemos creído que es hora de abrir en España un verdadero proceso autonómico que parta de un mismo punto para todas las regiones desde una serie de contextualizaciones históricas. Sólo así podremos crear un proyecto común en el que toda la sociedad se sienta a gusto y, con su conformidad, genere en esta tierra una sociedad de progreso y de futuro. Muchas gracias.

(La bancada demócrata se levanta en pleno y aplaude a Fregeiro)

José Castrillo Díaz, Portavoz del Partido Demócrata Popular en el Congreso de los Diputados:

Señor Presidente, señoras y señores diputados:

Hoy como cada día que esta Cámara se ocupa del desarrollo de la actividad legislativa, de la articulación del Estado, asistimos a un día muy importante para toda España en general, para Galicia en particular. Cierto es que no podría entenderse Galicia sin el conjunto de España, pero también es verdad que España no sería la misma sin Galicia. Ambas son, por lo tanto, algo más que dos entidades administrativas. Son una región y un país que hoy reafirman su unión -indisoluble, de acuerdo con la Constitución de la Nación- mediante el otorgamiento de la norma básica de autogobierno de la Comunidad Autónoma de Galicia.

En el día de hoy, los diputados aquí presentes realizamos una apuesta en firme por el Estado de las Autonomías y por la integración de Galicia en el mismo. Una integración que, para lograrse, ha requerido de la elaboración minuciosa de un texto que estuviera a la altura de las circunstancias. Me consta que el trabajo en el Parlamento gallego por parte de los representantes políticos de los vecinos gallegos ha sido duro, constante y -qué duda cabe- brillante. Ha sido un ejercicio de consenso ejemplar, del que todos los demócratas debemos tomar buena nota, que espero revalidemos en esta institución, depositaria de la soberanía nacional española.

No tengo ninguna duda de que los gallegos, y los españoles en general, nos sentimos muy satisfechos de la norma cuya aprobación hoy debatimos. Aprobar el Estatuto de Autonomía de Galicia significa la asunción de competencias por la Comunidad Autónoma, no en aras de saldar ningún tipo de deuda histórica ni en busca de ninguna revancha remontándonos a épocas pasadas: sino con el objeto, único y exclusivo, de mejorar la eficacia en la prestación de servicios por parte de las Administraciones Públicas. Unas Administraciones Públicas que, espero, sepan delimitar con acierto sus competencias, pues lo contrario violaría flagrantemente los principios en los que se inspira la Constitución y podría provocar un caos burocrático sin precedentes en la Historia de Galicia y de España.

Como ustedes saben, el Partido Demócrata Popular forma Gobierno en la Comunidad Autónoma de Galicia junto al Partido Liberal. Desde esta tribuna me gustaría mostrar mi más firme convicción de que ese Gobierno, esa Xunta de Galicia, va a estar a la altura de las circunstancias. Va a estar a la altura del Estatuto de Autonomía de la región. Un Estatuto que en sus términos no ofrece lugar a dudas. No genera malentendidos ni ambigüedades de ninguna índole. Es claro en su expresión, minucioso en su redacción y escrupuloso en los procedimientos. ¿Podría ser mejorable? Sin duda. Siempre es mejorable. Siempre se puede mejorar. Con todo, y como ya he dicho, el trabajo de los legisladores ha sido brillante, y han hecho un Estatuto quizá no perfecto, pero sí demandado por Galicia, necesario para Galicia y de gran rigor jurídico.

Señorías, mi intervención no tiene otro fin que no sea la defensa sin fisuras del Estatuto que el Parlamento gallego ha aprobado con contundencia y con consenso. Les pido a todos los que tienen la gentileza de escuchar estas palabras que apoyen, como hará este grupo parlamentario, un texto que no sólo es positivo para una región: sino que es positivo para toda la Nación. Nada más, y a todos ustedes por su atención, muchísimas gracias.

Finaliza el tiempo de debate. Les emplazo a acudir a la votación. Se levanta la sesión.