Obispo Mollalerca (Ibiza): Ibiza debe retomar el rumbo de la fe y la dignidad.

El obispo se dirigió a las familias en la plaza central de Ibiza con el siguiente mensaje:

Que le ha pasado a este hermoso pedazo de arcilla, anclada en el mediterráneo, construida por gente motivada por la fe y por gente humilde, que le paso a las tradiciones familiares en Ibiza?, que le sucedió a la juventud, que se demuestra rebelde e impetuosa? que sucede con la fe de Ibiza?!.

Creo que es mi deber, asumir esta responsabilidad, tomar el correcto rumbo de la Fe en Ibiza, que se ha desfigurado y convertido en perversión bohemia y dejado atrás los ideales de Amor y Fraternidad de la Iglesia, por la juerga y el pecado.

Vengan hermanos! Sea nuestra la tarea de corregir el rumbo del amor y el pan, la fraternidad unirá nuevamente a las familias de Ibiza y atrás dejaremos, el mal rumbo que ha tomado.

Padre Mollalerca, Ud. que ha demostrado tanta lucidez en el pasado me sorprende siendo incapaz de dar respuesta a sus propias preguntas. ¿Qué ha pasado?Seguramente muchos no hemos estado a la altura. Cuando la juventud da la espalda a las convenciones sociales es porque estas ya no responden a sus necesidades. Es porque la Iglesia es demasiado rígida en sus preceptos que se produce esta fractura. Las jerarquías parecen haber enterrado el Vaticano II y el mandamiento de adaptarnos a los nuevos tiempos.

La Iglesia no puede pretender que el mundo no cambie, y tampoco puede mantenerse al margen del mundo. Debemos dar nuevas respuestas a las nuevas preguntas. Estoy seguro de que el obispado de Eivissa estará a la altura de lo que esperamos de él, que no es poco.

La tierra es lo que los ciudadanos quieran hacer de ella, ni más ni menos.

Arnau Capdevila escribió:Padre Mollalerca, Ud. que ha demostrado tanta lucidez en el pasado me sorprende siendo incapaz de dar respuesta a sus propias preguntas. ¿Qué ha pasado?Seguramente muchos no hemos estado a la altura. Cuando la juventud da la espalda a las convenciones sociales es porque estas ya no responden a sus necesidades. Es porque la Iglesia es demasiado rígida en sus preceptos que se produce esta fractura. Las jerarquías parecen haber enterrado el Vaticano II y el mandamiento de adaptarnos a los nuevos tiempos.

La Iglesia no puede pretender que el mundo no cambie, y tampoco puede mantenerse al margen del mundo. Debemos dar nuevas respuestas a las nuevas preguntas. Estoy seguro de que el obispado de Eivissa estará a la altura de lo que esperamos de él, que no es poco.

A lo que me refería mi estimado Arnau, era que nosotros queremos transformar a través, precisamente, de la dignidad social y moral, transformar a Ibiza mediante las obras de caridad y apostólicas que hemos fundado recientemente, guiar a los necesitados, guiar a los jóvenes y no le decimos que no al progreso, si no, que este sea moderado y no carcoma las tradiciones de nuestra Ibiza.