Diario 16//La Voz de Domingo: ¿Futuro incierto?

¿Futuro incierto?

A 3 años de la muerte de Franco ¿que sucederá tras la aprobación de la Constitución? ¿Están los partidos políticos preparados para los nuevos tiempos?

La crisis económica, el fortalecimiento del terrorismo, las presiones internacionales y una Constitución que se atrasa cada día más parecen ser una mezcla que podría estallar en cualquier momento. El Rey Juan Carlos, con un gran sentido de responsabilidad legitima un Gobierno de concentración, impulsado por el anterior Gobierno que acorralado por las circunstancias y el paso al costado de Armada, necesitaba ser legitimado en Las Cortes Generales.

Hay cosas muy positivas. Podemos hablar de que esa ''tensión'' permamente entre el PLD y el resto de los partidos políticos, en especial el PSOE, ha disminuído considerablemente, a pesar de los pequeños rifirrafes entre el Presidente del Gobierno y la Líder de la Oposición, si bien podrían ser considerados normales porque la realidad es que ambos tienen un objetivo claro que es ganar las próximas elecciones tras la aprobación de la Constitución.

¿Está nuestra dirigencia política, preparada para los retos del mañana?

Es difícil contestar esa pregunta. El Partido Liberal dirige el Gobierno, podríamos decir que ''están acostumbrados'' a la acción gubernamental, pero la realidad es que no han cumplido con su plan de gobierno y saben demasiado bien que las reformas a realizar, tanto para sanear la economía como en otros ámbitos políticos puede desgastar rápidamente su permanencia en La Moncloa. Suárez y Armada lo saben muy bien, cada uno ha durado un año, y ''La Transición'' le ha golpeado a ambos con dureza.
Como todos conocemos los Gobiernos deben tributar sus errores con menos misericordia desde el electorado.

El Partido Socialista, es evidente, ha entrado en un proceso de reforma desde hace mucho tiempo. ¿Podrán hacer frente a los problemas reales de Gobierno? Es una pregunta que no tiene respuesta hasta que no lleguen a La Moncloa. Sí es importante decir que la alternativa al PLD, ha dejado de ser un temor para la monarquía, para las empresas, para el mercado, para la clase media, de hecho todo lo contrario, y su ''socialdemocracia moderna y moderada'' (Sofía Torres dixit) puede ser la llave para abrir la puerta al gobierno. El PSOE se ha recibido de responsable y su moderación discursiva es una evidencia de que se están preparando con seriedad para disputar el poder y para dar un cambio.

El Partido Comunista también se encuentra en un proceso de reforma, han pasado del marxismo revolucionario que obligó al ex Presidente Armada a decretar su inhabilitación tras la desobediencia a la justicia, a un eurocomunismo reformista, y hoy su líder es Ministro de Agricultura. Su moderación discursiva también es responsabilidad, y evidencia empírica de que quieren disputar el poder.

El resto de los partidos políticos aun no ha logrado desplegar su potencial. El PDP tiene muchas dificultades para mostrarse diferente al PLD, y no sería descabellado pensar en una posible fusión. El PSD, ahora Nuevo Centro, ha sido un partido un poco ambigüo, rechazado por la izquierda dura en etapas primigenias y paralelamente abrazo por el PLD. Luego, su ruptura con el Gobierno y las claras diferencias entre unos y otros han puesto al partido de Aznar en una dificil situación. Tampoco podría descartarse una fusión, el socioliberalismo del ex PSD podría coincidir perfectamente al actual PSOE, quien también necesita consolidar todo el voto de centro-izquierda para triunfar en las elecciones generales.
Los partidos nacionalistas han adoptado esa moderación que está en el aire, y no buscan independencia sino autogobiernos justos y representativos. Es muy probable que sean determinantes en la formación de gobierno y su influencia será trascendental a la hora de hablar de competencias y autonomía.

Concluyo entonces con una mirada optimista. Nuestra dirigencia política sí esta preparada para esta nueva etapa, pero aun no hemos observado la 'realpolitik', el solucionar los problemas de todos los días, y eso hace imperante el valor del pragmatismo.

Por Iñaki Domingo.