El PNV y el Gobierno Vasco en el exilio buscan el diálogo con los diputados y senadores vascos

-Cómo legítimos y electos representantes del pueblo vasco en el Congreso de los Diputados y en el Senado, creemos tenéis el deber de escuchar a los ciudadanos del País Vasco, en sus demandas de poseer unas instituciones democráticas de autogobierno, que fueron abolidas en 1876, restauradas en forma de Gobierno Autonómico por la II República y de nuevo abolidas por el régimen del General Franco, pero que han tenido siglos de historia y gobierno. Es por ello, que cómo partido más afecto al pueblo vasco y más cercano a sus demandas, y con el beneplácito del Gobierno Vasco Legítimo, y de su cabeza visible, el Excmo. Sr. Lehendakari D. Jesús María Leizaola,

DECLARAMOS

I.- Que se hace necesaria la constitución de Juntas Generales en las Provincias de Guipúzcoa, Álava y Vizcaya, que gobiernen el Territorio Histórico a la manera que lo hicieron durante tantos siglos. Teniendo cómo funciones:

a) Aprobación de normas forales, mediante las cuales se regulen materias incluidas en las competencias ejecutivas que se les atribuyan.
b) Elección del Diputado General, como cabeza del poder ejecutivo del territorio histórico.
c) Aprobación de los presupuestos del territorio histórico.
d) Control e impulso de la actividad de la Diputación Foral Provincial.

II.- Que para Navarra se hace necesaria la creación de un órgano foral semejante, que exprese la voluntad de su pueblo, y vele por sus Fueros.

III.- Que creemos debe ser reconocido por el Gobierno Nacional el Gobierno Vasco en el exilio, encabezado por Jesús Mª Leizaola, otorgándole determinadas competencias ejecutivas, y constituyendo un régimen de autonomía y autogobierno previo a la elaboración y aprobación de un Estatuto de Autonomía para el País Vasco.

IV.- Que llamamos a todos los diputados y senadores electos por provincias del País Vasco a formar una Asamblea de Parlamentarios Vascos que, en uso de sus legítimas facultades representativas, elaboren un proyecto de Estatuto, para tras elecciones democráticas en Navarra y País Vasco, se forme una Asamblea Vasca que le apruebe, y lo someta a referéndum de todos los ciudadanos vascos.

En la Casa de Juntas de Guernica, a 9 de enero de 1978.