Comparecencia del Ministro de Economía

Introducción

La actual situación es compleja y complicada. Estamos viendo en estos últimos trimestres cómo la economía española está sufriendo un constante y paulatino deterioro después de haber venido del período de expansión más dinámico de toda su historia. Esta situación actual viene producida, principalmente, por la decisión de los países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (O.P.E.P.) de subir el precio de crudo, provocando por tanto las inflaciones que actualmente estamos padeciendo, llegando incluso a superar la cifra del IPC el 100% durante el primer semestre del año 1977.

Dicha inflación está siendo una constante agresión al poder adquisitivo de la sociedad española, afectando por consiguiente al consumo. Los productores españoles, además, ven como el incremento del precio del crudo imposibilita mejorar la competitividad de sus productos y manufacturas, agravando aún más la situación española e imposibilitando la exportación de estos al exterior. Por lo tanto, y dadas estas circunstancias, es obvio que la situación empeore aún más en los próximos trimestres del año siguiente, como ha venido ocurriendo en el presente.

La economía española, ante la imposibilidad de poder absorber dicho encarecimiento de los bienes y los servicios como nos demuestra la desaceleración continuada de la producción y la subida galopante del desempleo, precisa de un parón para que se reestructure ,y por consiguiente los precios se revalúen, antes que el ritmo de destrucción de empleo, ya de por sí alto, aumente hasta cifras preocupantes y, por consiguiente, haya riesgo que la población por debajo del lindar de la pobreza aumente también.

La política que deberá aplicar en consecuencia el gobierno de España deberá servir para reducir drásticamente la inflación y así evitar un empobrecimiento generalizado de la población. La política que pretende aplicar el gobierno, que se refleja en el presente documento, pretende enfriar la economía española mediante la política monetaria, la disminución de la intervención del estado en la economía nacional y la disminución de la renta disponible mediante la subida temporal de tipos de interés del Banco de España y subida de los impuestos. También contemplamos una subida de impuestos para conseguir disminuir la demanda de aquellos productos que son responsables de la inflación, como es el caso de los hidrocarburos.

Estas medidas no son estimuladoras, sino todo lo contrario. Por lo tanto, en los próximos trimestres experimentaremos una recesión, pero cuya magnitud no será preocupante y servirá para encarar con fuerza el nuevo período de expansión, y poder llegar a una cifra de crecimiento necesaria para crear empleo y para garantizar en el futuro nuestro desarrollo.

Pero lo anteriormente presentado no es lo único que contempla este plan, que además de querer atajar la inflación pretende también salir de la recesión que sin lugar a dudas provocará y ahondará este plan. Presentamos para la salida de esta recesión el modelo de la exportación y el fomento del consumo de productos nacionales. Estas medidas se explican en el Punto Segundo, equilibrar la balanza de pagos y mejorar la competitividad, donde el gobierno presenta una disminución del tipo de cambio peseta-dólar, una línea de crédito a cargo del Banco de España enfocada para la contratación de sociedades para mejorar su competitividad en el mercado exterior, y la optimización –y aumento- de los recursos presupuestarios del estado destinados a la Investigación y el Desarrollo (I+D).

El Ministerio de Economía presenta este texto para que sirva de patrón para elaborar los textos legislativos pertinentes para conseguir los objetivos que el gobierno se ha marcado para los próximos tres años, que es la durada que se pretende que tenga este plan.

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Primer Punto. Reducción de la inflación.

El Partido Liberal Demócrata entró en el gobierno cuando España tenía una tasa de inflación superior al 100%. Era un escenario dramático donde los precios se doblaban al año. A día de hoy, gracias a las medidas que se adoptaron, ha descendido la inflación al 20%. La tasa sin lugar a dudas continúa siendo extremadamente alta por lo que el Ministerio de Economía presenta las siguientes medidas para devolver la inflación a una tasa razonable y alejarnos del dañino efecto de ésta.

1. Subir paulatinamente el tipo de interés rector del Banco de España hasta el 5% a finales del mes de julio de 1978.
   
   
2. Establecer el coeficiente de caja de las entidades financieras al 15%.
   
   
3. Congelar la oferta monetaria durante un mes. En cuanto finalice este mes, aumentarla a ritmos ligeramente inferiores a la demanda estimada.
   
   
4. Subir temporalmente los impuestos directos a las personas físicas y sociedades, y los impuestos indirectos a los hidrocarburos con el fin de reducir la renta disponible.
   
   
5. Liberalizar los sectores de la economía más intervenidos por el estado y fomentar la competencia.
   
   
6. Hacer un plan para reducir la dependencia de la economía española con el petróleo, principal causa de la alta inflación que estamos padeciendo.
   
   
7. Reestructurar el sistema energético español para evitar que dependa del mismo grado que a día de hoy del petróleo. Invertir en energía nuclear e hidráulica.

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Segundo Punto. Equilibrar la balanza de pagos.

La economía española viene de un sistema autárquico que hace que se caracterice por la falta de competitividad que tiene ante los mercados exteriores. El resultado es una balanza donde las importaciones son muy superiores a las exportaciones, y este déficit comercial está en aumento. Esta situación es totalmente negativa para la economía del país, que no solamente no puede exportar por la falta de demanda interna, sino que se ve afectada por el aumento del consumo de productos no nacionales, llevando consigo un descenso de la producción y un aumento del desempleo. Los siguientes puntos detallan las soluciones que presenta el gobierno de España para mejorar la competitividad de las empresas y equilibrar, por consiguiente, la balanza de pagos.

1. Devaluación del precio de la moneda hasta alcanzar el valor de 90 pesetas por 1 dólar estadounidense. Esta devaluación se llevará a cabo en cuanto la inflación llegue a límites por debajo del 4%.
   
   
2. Creación de una línea de crédito, a cargo del Banco de España, a las sociedades que necesiten invertir para mejorar su competitividad. Los funcionarios del Banco de España estudiaran las demandas de este crédito y los concederán según la viabilidad. El tipo de interés real al que se concederán puede oscilar entre el 1% y el 5%, según el riesgo que suponga para la institución, cifra que valuarán los funcionarios del Banco de España.
   
   
3. Aumentar los recursos presupuestarios destinados a invertir en investigación y desarrollo (I+D).

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Tercer Punto. Equilibrar los presupuestos estatales y reducir el déficit.

El estado debe poder afrontar el futuro y para ello necesita emprender reformas de calado en la economía nacional. Para ello precisa de un sistema fiscal que le permita obtener los recursos necesarios para realizar dichas reformas, y éste se presenta en el tercer punto de este plan, que contempla subidas de impuestos; optimización de los recursos, para gastar en aquello que sea necesario y no despilfarrar la hacienda pública, y la congelación del gasto público, indispensable para reducir el déficit a medio plazo y garantizar la sostenibilidad en el futuro del ente público. Este tercer punto consta de los siguientes subapartados:

1. Establecer un nuevo sistema fiscal que restablezca (o cree) las tasas impositivas de los siguientes impuestos: IRPF, IVA, Impuestos sobre las Sociedades, Impuesto sobre los Hidrocarburos (IH), Impuesto sobre el uso de los Hidrocarburos en Turismos y Utilitarios (IHTU), Impuesto sobre Bienes e Inmuebles (IBI).
   
   
2. Optimizar la administración.
   a. Reducir todos los gastos innecesarios y fusionar cargos de responsabilidad.
   b. Hacer un control exhaustivo de la eficiencia de los empleados públicos.
   c. Priorizar la recolocación de los empleados públicos en cargos que se precisen activos antes que la captación de más funcionarios.
   
   
3. Congelar el gasto de todos los ministerios, exceptuando Administraciones Públicas y Presidencia, que se reduce el 10%. La congelación se contemplará en los Presupuestos Generales del Estado de 1978, y la reducción del gasto en estas dos áreas, en los Presupuestos Generales del Estado de 1979.

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