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Alberto Rodríguez Conde
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Columna Opinión ABC: Alberto R. Conde. Empty Columna Opinión ABC: Alberto R. Conde.

Dom 23 Mayo 2010 - 12:40
Primera Columna:

Gruñón el enano, y los 7 Blancanieves.

Lo material de un sentimiento que les hace crecer como personas es en la mayoría de los casos algo que se esfuma con el tiempo. La idea de sentir a lo grande que se es el dueño del mundo, es seguro, y si no, añadamos el “casi”, una vía rápida de que sus mentes se vuelvan con demasiada niebla y escasa visibilidad dentro del camino hacia la cordura. Al mismo tiempo, y cuando se siente, es algo tan adictivo y engañoso, que les hará pensar sin dificultad en que sus miembros han doblado su tamaño. Que su imagen ese día ante el espejo es si cabe mucho más atractiva y juvenil que ayer, cuando, basta añadir, no habían sido aún nombrados nada. Cuando el poder, sí, cuando el poder, aún no había llegado a sus manos. Invito a todo aquel que lea esta humilde columna, a observar alguna vez lo que sucede si un animal rodea ese plato que tanto desea, y otro pretende formar parte de la velada. Como humanos, ¿no nos distinguía la razón de las bestias?.. Me temo que tengo que convencerme de que hay más monos defendiendo plátanos en despachos guiados por el instinto y deseo de poder, que en la propia selva. En este plano, queridos animales de corral, pueden olvidar a sus amigos, pueden olvidar a sus familias, pueden olvidar que sus miembros son pequeños de verdad, pero nunca, nunca, que están ahí por el respaldo de unos compañeros y que además, y más importante, que han sido elegidos por aquellas personas que les observan al otro lado de las rejas, que les lanzan comida a través de los barrotes de cuando en cuando para ver como reaccionan. El poder es limitado, y nadie es imprescindible. Hay más monos en la selva a los que colocarle una corbata. O, en este caso, en la casa de Blancanieves. Por el bien de este país, recemos a dios, al papa, o por rezar, incluso a un árbol, para que algunos de los macacos que nos representan sean de la ideología que sean, aprendan a besar la parte de atrás del ciudadano de la misma forma que se lo harían ellos mismos contra el espejo si tuviesen las posaderas en la cara. Alberto R. Conde.

FDP: Comentarios en la edición del Ágora. Gracias por leer.
Alberto Rodríguez Conde
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Columna Opinión ABC: Alberto R. Conde. Empty Re: Columna Opinión ABC: Alberto R. Conde.

Miér 26 Mayo 2010 - 11:51
A grandes males, peores remedios.

Es cuanto menos gracioso que se use el término experiencia para justificar los méritos que una persona tiene que recibir dentro de cual sea la organización que se rija por esos, cuanto menos, arcaicos pensamientos o valores. Antigüedad, ¿justifica el saber hacer?, ¿quiere decir que quién lleve 30 años en un puesto de trabajo, siempre va a saber realizar mejor sus labores que alguien que acaba de entrar?. Bueno, no es fácil responder a la pregunta. Antes tendríamos que detenernos a mirar de qué manera la persona ha obtenido su trabajo, y después, toser o aprobar. Ejemplo 1: Fulanito el azul ha entrado al puesto por haber apoyado a menganito el verde. Menganito sabrá recompensarlo. En este caso, toso mucho. Ejemplo 2: Fulanito comienza desde abajo, se esfuerza, y no pide nada porque sabe que tarde o temprano ese esfuerzo se tiene que ver recompensado. O eso dice la ciencia. En este caso, apruebo, apruebo. Hoy es religión el arte de la “pelotería” para escalar en la montaña que sea, olvidando el casco y el arnés. Estos artilugios en este tipo de montañas son innecesarios, se tiene algo mucho mejor, algo infalible, algo mágico: la lengua. Lametraseros de sin-hueso enmerdada que disfrutan saboreando hasta la más pequeña viruta de desperdicio, de hez, de precipitado anal, de mierda, para que todos nos entendamos. De todas formas, no culpemos del todo a estos lamedores. La culpa, siempre, está en quienes disfrutan de ser lamidos. Aquellos incapaces de pensar que un “brote verde” puede ser más fructífero que un “brote podrido y enchufado”, aquellos que piensan que su peluquero tiene que estar cortando desde los 5 hasta los 75, aquellos que si hay un incendio, prefieren morir a no ser que el bombero acredite 60 años de experiencia mínima en la puntería de dirigir la manguera del agua contra la llama de sus egos. Los hay y muy trabajadores, los hay que llevan cumpliendo muchos años con su trabajo y además de una forma excelente. Pero también los hay a las puertas de esa misma empresa haciendo de recoge abrigos cuando estoy seguro de que podrían demostrar muchas cosas si se les diese la oportunidad. Claro, la excusa es que sus lenguas no están preparadas. Después de todo, hay algo peor que dejarse lamer, dejar que lamedores escalen, o dejar que los no lamedores ni si quiera huelan lo que no han lamido. Lo peor es que ese mismo cacique que tanto apela por la experiencia, cuando prefiere introducir a su lado a un lamedor de buena talla (de lengua, digo), en la mayoría de los casos ni si quiera saber hacer la o con un canuto. Sonríe, se mantiene erguido, y cuando abre la boca es para soltar frase a frase y todas son peores que las que diría un niño de 6 años. ¿Es peor el remedio que la enfermedad?. Señoras y señores, todo se basa en una norma a seguir, como dijera una farandulera ladrona hace algunos años, “dientes, dientes, que es lo que les jode”. Alberto R. Conde.
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