Ley de Derogación de los Derechos de Emisión (Gobierno)

Emilio Lemos

Señorías,
dice la ley que propone el Gobierno, que estos derechos de emisión no son más que un pretexto para cargar a nuestras empresas industriales con más impuestos para poder recaudar más, y esto nos parece totalmente falso ya que como muy bien ha señalado la Sra. Sabanés estas empresas industriales generan esta externalidad y debe ser gravada como es debido ya que el medioambiente también se deteriora, y no se trata de averiguar qué factor es el principal causante del cambio del clima sino de ajustar el modelo impositivo a las necesidades actuales de producción, con un modelo más ecológico, pero no esto, que solo beneficia a quien ya sabemos.
Desde CA esperamos que esta ley no salga adelante de ninguna de las maneras.
Gracias.

Señores diputados,

En primer lugar voy a responder al Sra. Inés Sabanés. Habla de externalidades, de pigou, etc... No hay nada más inútil que el Estado intentando arreglar una externalidad supuestamente negativa. Porque lo hemos podido comprobar incluso en nuestro país, España, como el gobierno socialista luchó contra el tabaco con impuestos y como fracasó y de manera notoria. Porque señores, papa-estado siempre ha demostrado ser una mala niñera

Pues lo mismo ocurre en este caso que nos ocupa, por mucho que intenten fusilar a impuestos a las empresas contaminantes, éstas no van a cesar su actividad, es más los únicos perjudicados de todo esto van a ser los trabajadores. Porque si la empresa registra pérdidas los primeros en pagarlos van a ser los más débiles los trabajadores, no van a parar de contaminar, porque eso significaría dejar de producir.

Como en tantas y tantas ocasiones, los impuestos lo único que favorecen es el aumento de la pobreza.

Por eso les pido a los distintos grupos parlamentarios que reflexionen y piensen que esta medida es positiva. Que debemos pensar en las familias y a la vez en el medio ambiente a través de medidas que fomenten a ambas. Que no vamos a dejar de lado nuestra política ambiental, pero que debemos afrontar este reto que tanto beneficiará a nuestros ciudadanos.

Sin más muchas gracias.

Inés Sabanés

Que usted desconozca lo que son las externalidades no quiere decir que no existan, y más cuando todo el mundo reconoce la contaminación como una extrenalidad negativa, no me voy a ponerle a explicar aqui un capítulo entero de teoría de la economía pública, estoy saegura de que ya se lo contaron en la Universidad, tal vez faltó a esa clase...

Señor Gallardón, si alguien aqui está demostrando incoherencia en sus planteamientos ese es usted, nos dice por un lado que quiere reducir la contaminación, y por el otro nos pide que retiremos los impuestos que gravan la contaminación y que tratan de ponerle freno.

Es absurdo decir que una multinacional puede cerrar la empresa porque tenga que pagar unos impuestos de 100.000 €, cuando su resultado antes de impuestos ha sido de 100 millones de €.

Señor Gallardón, vuelve usted a incidir en una incongruencia al decir que el Gobierno socialista trató de poner freno al consumo del tabaco con impuestos, no era eso lo que principalmente se pretendía; lo que perseguíamos era tratar de resarcir el coste social que estaban generando los fumadores en la sociedad, y qué mejor manera de hacerlo que cobrandoles por ello.

Es muy simple de explicar señorías, coge a una persona que odie el tabaco y pregúntale por cuánto dinero estaría dispuesta a que un fumador se sentara a su lador, algunas concederían el favor por 20€, otras por 200€ y otras no lo concderían; pues bien, esto es un mero ejemplo, pero es esta simplificación lo que establece el caso que hoy estamos tratando. Nosotros no queremos que se dejen de producir zapatos, ni que se abandone la producción de cemento, que contaminan ambas empresas, pues claro que si, y como no podmos impedir la función de las mismas lo que hacemos es gravar el perjuicio que provoca en nuestra sociedad, es decir, que les concedemos la capacidad de emitir gases a cambio de que nos paguen un dinero a cambio.

Muy simple señorías, ellos dañan nuestra salud y se lucran por ello, y nosotros les pedimos impuestos para construir hospitales que sanen a la población afectada.

Una vez más vuelvo a pedir el apoyo a toda la cámara, para poner fin a este despropósito que intena el Ministerio de Fomento, y sobretodo porque por encima de todo esto sobrevuelva un oscuro tufillo, ya que da la casualidad que las empresas que más contaminan son las de los grandes representantes de la CEOE, esa a la que en un pasado algunos diputados del PP formaron parte...

Esta medida no entiende de derechas ni de izquierdas, que no les compren su voto con la demagogia que exhibe el señor ministro de las familias, la pobreza y el medio ambiente, un discurso totalmente contradictorio. Voten ustedes con sentido común y si no les parece un atropello que las empresas más contaminantes de este país se vayan de rositas, entonces voten a favor, si por el contrario opinan que el conjunto de la sociedad debe de recibir algo a cambio de esa contaminación, digan NO, NO, NO Y NO.

Muchas gracias señorías.

Fernando Abril Martorell

Desde UPyD, nos negamos a aceptar semejante propuesta. Suprimir dichos impuestos sería darles carta blanca para contaminar tanto como quisieren, y además eliminaríamos cualquier beneficio que pudiere sacar la sociedad de ello, es decir, les dejaremos que nos sigan perjudicando, pero además eliminaremos toda compensación para los ciudadanos.

Además, señor Gallardón, ¿De verdad confía en que lo que ahorren las empresas con la supresión de este impuesto favorecerá a los trabajadores? Los empleados no verán ni un céntimo, no si pueden repartirselo entre los directivos.

En fin, como ha comentado la Sra. Sabanés, eliminar este impuesto sería hacer la vista gorda y dejar que estas empresas contaminantes, estos criminales, salgan impunes de sus agresiones a la naturaleza.

Gracias, señorías.

Finalizado el tiempo de debate, se procede a la votación.