Martiño Serén-Portas visita El Bierzo y Ourense para explicar las ventajas del dominio Punto.gal

En el actual marco de la sociedad moderna, lo que no está en internet, no existe. La comunidad gallega en el mundo, con más de 4 millones de personas (Galiza no llega a 3 millones), nuestra lengua y nuestra cultura precisan de una marca propia con la que identificar todos los contenidos que generamos en la red y, así, hacernos más visibles dentro de este espacio de comunicación global.

El .gal es un dominio que nos debe corresponder como comunidad con fuertes raíces lingüísticas, culturales, históricas y sociales. Una especie de sufijo con el que identificar en internet las páginas escritas en gallego y que, teniendo en cuenta nuestra dispersion por el mundo, no se circunscriba a un ámbito territorial concreto. La propuesta, técnicamente favorable, y apoyada por A MESA pola Normalización, es viable social, lingüística, cultural y economicamente hablando, como numerosos estudios han demostrado.

La creación del .cat en 2005, primer y único dominio de tipo cultura reconocido por la ICANN, abrió una puerta para las aspiraciones del punto.gal, así como para otras como .eus o .cym... Tres años después, en Punto.Cat ya son más de 36.000 los registrados.

Para conseguir el .cat fue fundamental la suma de voluntades de la sociedad civil y empresarial, así como de las autoridades catalanas. Ahora nos toca hacer lo mismo a nosotros. Abierta la puerta con la concesión del .cat, los gallegos y gallegas también tenemos derecho a exigir el .gal, y poder circular por la red con nuestra propia matrícula, avisando al mundo entero de quien somos y qué hacemos.