Primeros arrestos en Italia tras aprobarse la ley de inmigración ilegal

La entrada en vigor de la ley sobre Seguridad del Gobierno de Silvio Berlusconi, que considera la inmigración ilegal como delito y que autoriza las rondas callejeras de ciudadanos voluntarios, ha causado las primeras detenciones, mientras se mantienen las posturas encontradas sobre su aplicación.

Fuentes de la jefatura de policía de Pescara (centro-este), confirmaron que la Policía ha arrestado a dos personas de nacionalidad marroquí en situación irregular en Italia, que serán procesadas el próximo lunes.

A estas detenciones se suman numerosas denuncias durante la noche interpuestas contra inmigrantes ilegales en ciudades como Bolonia, Milán o Sanremo, informaron los medios italianos.

En materia de inmigración, la nueva ley prevé multas de entre 5.000 y 10.000 euros (de entre 7.095 y 14.190 dólares) a los inmigrantes sin papeles, así como un proceso ante el juez en el que las personas en situación irregular podrán ser expulsadas de Italia de forma inmediata.

Asimismo, se amplía hasta seis meses el tiempo de retención de los indocumentados y se fija la necesidad de estar en posesión de documentos en regla para poder acceder a las oficinas públicas.

Precisamente, este punto fue uno de los que generó más polémica cuando el proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de los Diputados, ya que la oposición advirtió del riesgo de que algunas madres no pudieran inscribir en el censo a sus hijos, al carecer de documentos.

La nueva disposición también contempla penas de cárcel de entre seis meses y tres años para aquellos italianos que alquilen una casa a inmigrantes indocumentados y endurece los requisitos para obtener la nacionalidad italiana a través del matrimonio con un ciudadano de este país.

El presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, que hoy se encontraba en Bélgica para conmemorar el 53 aniversario del incidente en una mina en la que fallecieron 136 italianos, declaró que esa experiencia demuestra la necesidad de "respetar al inmigrante" y de "integrarles garantizando la seguridad".

Otro de los puntos que ha causado mayor polémica ha sido la introducción de rondas para vigilar las calles, una medida que muestra la preocupación que la seguridad supone para el Gobierno de Silvio Berlusconi y, sobre todo, para sus socios del Ejecutivo de la federalista Liga Norte (LN), principal impulsora de la medida.

Se trata de una disposición que, en líneas generales, cuenta con mayor apoyo entre los Ayuntamientos del norte del país que entre los del sur.

Así, el teniente de alcalde de Nápoles, Sabatino Santangelo, manifestó hoy que esta ciudad apoya que "la seguridad y la legalidad sean responsabilidad de las fuerzas del orden".

Mientras, el alcalde de Verona, Flavio Tosi, de la Liga Norte, subrayó que, durante los últimos nueve meses en los que se han puesto en marcha una serie de pruebas con rondas ciudadanas en esa localidad, se han obtenido "óptimos resultados".

El portavoz del partido liderado por Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), en la Cámara de los Diputados, Italo Bocchino, señaló que las medidas en materia de seguridad dispuestas por el Ejecutivo "darán óptimos resultados a breve término".

"La presencia del Ejército en las ciudades y de los voluntarios por la seguridad comportarán un descenso de los crímenes, asegurarán la tranquilidad de los ciudadanos y tan sólo asustarán a los delincuentes", afirmó.

Por su parte, el ministro del Interior y uno de los mayores sostenedores de la medida, Roberto Maroni, firmó hoy la reglamentación por la que se regirán las rondas, que no podrán estar formadas por más de tres personas, ni llevar armas, medios motorizados o animales.

Asimismo, el voluntario que desee patrullar las calles de Italia no podrá tener antecedentes penales, no podrá pertenecer a asociaciones que inciten a la violencia o a la discriminación, y deberá superar un curso organizado por las entidades locales.

La nueva ley, conocida como "paquete de seguridad", fue aprobada por el Parlamento el pasado 2 de julio, no sin polémicas, ya que la introducción del delito de inmigración clandestina encajó las críticas de la oposición, de la Iglesia y del presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

Napolitano pide reflexión
Precisamete Napolitano pidió que "se reflexione sobre la plena integración de los inmigrantes".

Napolitano hizo esta petición en un mensaje que fue leído por el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, durante su participación en Marcinelle (Bélgica), en la ceremonia de conmemoración del 53 aniversario de la muerte de 136 italianos en una mina de carbón de la localidad, y que recogen los medios italianos.

"El recuerdo de las generaciones que han vivido el angustioso período de inmigración de las regiones más pobres de Italia y han afrontado condiciones de trabajo extremadamente peligrosas debe constituir un motivo de reflexión sobre el tema de la plena integración de los inmigrantes, así como sobre el de la seguridad en el trabajo", afirmó el jefe del Estado italiano.

Por su parte, Fini pidió "respeto para los trabajadores sin papeles", y apuntó que una vez logrado esto "se pueden tener diferentes opiniones sobre qué políticas son más adecuadas para gestionar el fenómeno de la inmigración".

El Sr Berlusconi ha sido elegido por el pueblo y tiene legitimidad para hacerlo. La sociedad italiana en general está hasta el gorro de la inmigración ilegal, por lo que este tipo de consecuencias son comprensibles.

Como el propio término lo indica... "inmigración ilegal"... "ilegal", pues Señores, algo que es ilegal debe ser sancionado por via judicial o administrativa. No es ninguna tontería.

Juan Lozano Valls escribió:El Sr Berlusconi ha sido elegido por el pueblo y tiene legitimidad para hacerlo. La sociedad italiana en general está hasta el gorro de la inmigración ilegal, por lo que este tipo de consecuencias son comprensibles.

No sé si Berlusconi llevaba eso en su programa electoral, Sr. Valls. Aun así, no es suficiente con ser elegido por el pueblo, ni siquiera por abrumadora mayoría, para que sea legítimo, en el sentido de justo. Y esto es un cúmulo de actuaciones aberrantes, algunas ya vienen de lejos y se hallan implantadas en la mayoría de los países -lo que, de nuevo, tampoco lo convierte en legítimo- y otras son sin duda "valiosas aportaciones" de D. Silvio.

La propia existencia de fronteras ya es algo vergonzoso, ya que se utilizan para diferenciar entre personas y negarles derechos a los que quedan al otro lado de la raya. La inmigración no es más que un movimiento de humanos de una zona a otra, en la mayoría de las ocasiones para poder vivir, sea porque escapen del hambre, de la guerra o de una dictadura, sea por su afán por prosperar. Yo parto de la base de que quien está usando un territorio (cultivando lechugas, pescando salmones o viviendo sin más) debe poder continuar haciéndolo. Entiendo, además, que si no hay suficiente para otros, nadie vaya a desplazar al usuario en cuestión. Si, por el contrario, hay terreno de sobra para que otra persona cultive, pesque o viva, defiendo el derecho de ésta a hacerlo. Y para eso tiene que darnos igual que sea de la zona o que venga de fuera.

Asistimos estos días a una ola de xenofobia promovida por el presidente del gobierno italiano, que ha desatado una jauría humana a la caza del inmigrante. Así, convierte en casi policías -o en policías de Oviedo, por lo que hemos leído recientemente- a ciudadanos que, si hubiera justicia, serían iguales pero no mejores que los perseguidos. En el caso de Italia, nación de emigrantes a lo largo de su historia, resulta aún más sangrante esta persecución que tiene como víctimas no sólo a los inmigrantes "ilegales" -hipocresía máxima, pues son "ilegales" porque la ley redactada por los italianos "legales" así lo dice- sino, especialmente, a los pobres. Esta "limpieza" no acabará con las mafias kosovares o rumanas, sino con los infelices que no tienen valedores ni recursos para escapar de las brigadas ciudadanas. Como contaba Brecht en "Cabezas redondas, cabezas puntiagudas", al final lo único que importa en estas persecuciones es si eres rico o pobre.

Los derechos humanos de la ONU, fuindamentales de la UE y constitucionales de Italia están por encima de cualquier programa electoral xenófobo por muy votado o manipulado que sea.

Esperamos que el Tribunal de Estrasburgo tome cartas en el asunto, no puede ser que los inmigrantes encuentren en Europa un trato peor que en las dictaduras datileras africanas.

Ningún país puede inmiscuirse en los asuntos internos del otro, eso está claro. Podemos opinar y/o argumentar que las medidas de Berlusconi son algo extralimitadas. Pero nadie puede actuar sobre su soberanía política. Italia es un país libre con derecho a legislarse y mientras no incumpla con tratados internacionales que actúen por subsunción en su propia constitución, nada se puede ni se debe hacer.

Si la mayoria de la poblacion italiana considera que la medida aprobada por el parlamento es de su agrado,adelante.Berlusconi posee una mayoria absoluta que le hace capaz de todo siempre y cuando los italianos le sigan dando su apoyo.

¿En serio? ¿Y si la mayoría de los italianos decide quemar a los musulmanes?

ahora es cuando los liberales del PP, dejan de ser tan liberales, vuestro liberalismo solo funciona en un sentido, libre trafico de riquezas de los paises pobres a vuestros bolsillos, pero de libre transito de mano de obra nada? persecucion y violencia, os deseo tener que emigrar y vivir lo que tienen que vivir estas pobres victimas del colonialismo y neocolonialismo.