Precampaña del Partido Comunista

Aquí.

Localidad: Madrid
Lugar: Sede del PCE
Fecha: 1-06-2013
Interviene:Feliciano Sarasa

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Hola, preciosos. Me llamo Feliciano Sarasa y soy el responsable del diseño de la campaña europea del PCE. Debo aclarar que no soy miembro del partido -¡uy, he dicho "miembro"!- sino que soy un profesional y he aceptado el encargo. Les explicaré por qué.

Contemplando el panorama político español me di cuenta de que había demasiado rencor, demasiadas trifulcas y enfrentamientos personales. Que si Ferrer es fea -tiene un pelo divino- o Acebes es malo -las corbatas le favorecen un montón- pero de política... más bien poco. Sin embargo los comunistas se mantenían al margen de estas polémicas y se centraban más en el debate ideológico. En ese momento lo tuve claro: ¡qué tostón! Y me dije "Feliciano, a éstos les falta venderse un poco". Veo sonrisillas maliciosas: no me refería a vender sus principios sino a vender el producto.

Durante muchos años -tal vez toda su historia- el PCE ha sido un partido para convencidos, por mucho que alcen la bandera del laicismo, sus militantes son auténticos creyentes, fieles de verdad. Por eso este partido no ha hecho mucho esfuerzo por mostrarse como una opción atractiva, como si no compitiera con el resto, como si fueran los únicos "auténticos".

Un día coincidí con Lenina Marx y le expliqué esta necesidad de venderse un poco mejor, de entrar en el mercado y competir con el gran aparato -¡uy, cómo estoy!- publicitario de PP y PSOE, o el que se espera de AES. Ella me habló de su idea de ofrecer una alternativa a la actual Unión Europea y nos pusimos a trabajar sobre ello.

Empezamos por el programa. En otras elecciones la mayoría de los programas electorales eran un folleto informativo. Si queríamos ser una alternativa, teníamos que hacer algo más, y en efecto lo hemos conseguido: nuestro programa es un contrato con el elector. Con las firmas de todos los candidatos en la lista del PCE, el incumplimiento de algún punto del programa conlleva el abandono de los escaños en la Eurocámara. Ni transfuguismos ni traiciones al electorado.

El programa se presenta en un formato de tríptico desplegable, con el color rojo característico del partido y un degradado del mapa de Europa y las estrellas de la UE. Pretende transmitir frescura y seriedad al mismo tiempo: por eso los diferentes puntos no aparecen alineados sino descolocados, pero, al mismo tiempo, se extienden en la explicación. El interior se reserva para estos puntos programáticos pero los dos últimos se dejan para la última página, para hacer llegar la idea de programa extenso, que desborda y va más allá de lo que nadie podía esperar.

Los vídeos electorales buscan enganchar al público, que los espectadores los vean con más interés que el meramente informativo. En el que sirve de presentación a la candidata se busca la intriga, mostrando esa imagen tan divina que tiene Lenina y que a nadie deja indiferente. Luego, una vez ganada la atención y, probablemente, el respeto que las mujeres no tienen adquirido en la política, necesitamos presentar a esa otra Lenina que también es posible, como esa otra Europa posible del lema: para ello suelta su melena para dar una imagen más femenina y saca ventaja de su dulce acento canario. ¡Quién puede oírla y no encandilarse!

En el vídeo de presentación de la campaña existe un afán didáctico, para que los espectadores conozcan qué es la Unión Europea, por qué se creó... El aspecto documental otorga credibilidad. Pero no se quiere ser sólo creíble sino rupturista: recordemos que es otra la Europa que se defiende desde el PCE. Para ello nada mejor que una pequeña gamberrada que rompa los esquemas del público. En colaboración con asociaciones y colectivos comunistas de toda Europa se sitúan en los lugares más emblemáticos de las principales capitales unos grandes altavoces desde los que suena la "Internacional". Perfectamente sincronizados, por un momento toda Europa es partícipe del sueño comunista; esos breves instantes son la semilla para esa otra Europa que es posible. La alternativa puede germinar en estas mismas elecciones.

En el resto de vídeos se insiste en la lucha obrera, la defensa de los derechos humanos, la ecología... son todos temas amables y que el espectador más neutral percibirá como agradables. Apenas hay referencias al resto de partidos e ideologías -creo que recordar que una al liberalismo económico, pero también de forma muy delicada- y se busca una estética atractiva.

Entramos en los carteles. Los de precampaña basan su fuerza en la estética, con un toque soviético pero adaptados a los nuevos tiempos, y en ellos se reitera la conexión del PCE con los obreros. Es una forma de animar a sus tradicionales votantes, a despertarlos para que se contagien del optimismo de la campaña y del proyecto.

Los de campaña, sin embargo, insisten en la alternativa. Son sobrios, con mensaje, una estética completamente diferente de los de precampaña, menos barrocos, porque ahora ya no se pretende llegar al corazón sino que se apela a la razón -bien es cierto que muchas veces de modo emocional- y siempre en negativo. Por eso los carteles tienen el marco negro, para dar la sensación de que las cosas no deberían ser así. Todos plantean un problema, una mala actitud, y cierran con la coletilla "si no, vota al PCE". Reforzamos de nuevo la idea de que otra Europa es posible; una muy diferente de la ahí representada.

De los clásicos con el candidato no hay mucho que decir: son ya como una obligación y a mí no me aportan nada nunca. Por eso voto en blanco.

La acción de los mítines se completa con la venta de merchandising: desde camisetas hasta pins. Al PCE le interesa que su imagen esté en la calle, que su alternativa sea vista como real, como algo que traspasa el ámbito de la televisión o internet.

Del resto de asuntos de la campaña no me dejan hablar, pero como tampoco son responsabilidad mía, no pienso decir ni "pío". Muchas gracias por su atención.

Localidad: Madrid
Lugar: Sede del PCE
Fecha: 2-06-2013
Intervienen:Iñaki Iniesta y Lenina Marx

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(Habla Iñaki Iniesta)
Señoras y señores, el PCE celebra esta rueda de prensa para presentar nuestra candidatura a las elecciones europeas. Me acompaña la persona que encabezará nuestra lista, la compañera Lenina Marx. Lenina, al igual que el resto de compañeros que configuran esta candidatura, ha sido elegida democráticamente y cuenta con el respaldo de toda la militancia, que la ha considerado la persona idónea para darle un rostro a nuestro proyecto europeo. Proyecto europeo que ella misma pasará a explicar. Lenina, todo tuyo.



(Interviene Lenina Marx)
Gracias, Iñaki. Y gracias a todos los que habéis venido a este acto de presentación de las elecciones europeas. Unas elecciones a las que, por desgracia, no se les otorga suficiente importancia, y es un error pues, cada vez más, las distancias se acortan y los contactos con el resto de nuestros vecinos son mayores. Esta Unión Europea que nació como una alianza económica ha ido progresando y avanzando hacia otro tipo de relaciones -desde mi punto de vista mucho más vivificantes- como pueden ser las culturales, por ejemplo. Sin embargo, esta Unión Europea que podría haber sido una unión de pueblos solidarios los unos con los otros, una caída de las barreras, una eliminación de las fronteras... se nos ha quedado a medio camino. ¿Por qué? Porque se ha mirado más por los intereses empresariales y de la banca que por los de los ciudadanos. Por esta razón nuestro lema de campaña es "Otra Europa es Posible".

Queremos una Europa en la que no haya xenofobia. A mí me duele ver a los centroeuropeos o a los italianos, hasta hace nada pueblos empobrecidos y que se veían obligados a emigrar, mostrarse tan agresivos con esa pobre gente cuya única intención al abandonar su país es ganarse el pan. No podemos aceptar las medidas de Berlusconi, denigrantes para el género humano.

Tampoco queremos una Europa subordinada a los Estados Unidos, con bases todavía en nuestro continente. Me parece vergonzoso que permitamos eso a los mismos que desprecian los derechos humanos en Guantánamo, los mismos que llevan décadas con un bloqueo sobre el pueblo cubano...

Del mismo modo, nos oponemos a los recortes en los derechos obreros por los que tantísimo se luchó durante buena parte del siglo pasado y en los que, de forma alarmante, se ha ido retrocediendo en unos pocos años. Queremos una reducción de la jornada laboral, la conciliación de trabajo y familia (o no familia), el respeto por las condiciones en las que muchos obreros desempeñan su labor.

Proponemos una Renta Básica que cubra las necesidades básicas -esto es, la subsistencia- de todos los ciudadanos. Es posible: como otra Europa. Con esta renta cambiarían las condiciones de negociación en el mercado laboral, igualando en poder a contratante y contratado.

Igualmente, y cambiando la tendencia de esta Europa que no queremos, apoyaremos la creación de redes de empresas públicas en Europa que beneficien a toda la ciudadanía ofreciendo servicios de calidad. Hay asuntos tan importantes que cederlos a la empresa privada es conferirles todo el poder, y como vivimos en una democracia, el poder debe ser del pueblo: de todos.

Y con el Banco Central Europeo pasan tres cuartos de lo mismo: tiene que dejar de favorecer a los de siempre y convertirse en una herramienta útil para lograr el pleno empleo. Por esa razón, en esa otra Europa que es posible, buscaremos un control democrático para esta entidad.

No permitiremos que la fiscalidad se alimente más con impuestos indirectos que directos; los indirectos son injustos, pues le cuestan lo mismo al rico que al pobre. Tampoco dejaremos que los paraísos fiscales continúen campando a sus anchas en el corazón de Europa con sucursales que ayudan a que quienes más tienen tengan más fácil librarse de arrimar el hombro.

Como queremos una Europa libre de especulación impulsaremos la tasa Tobin de modo que los países más pobres consigan algún beneficio de las operaciones financieras. Baste como dato que, con el diez por ciento de lo recaudado en un año en todo el mundo por la tasa Tobin, podríamos conseguir asistencia sanitaria para toda la humanidad. Datos de Naciones Unidas.

En la UE debería haber sólo países que hayan apostado por la verdadera democracia. Lo que voy a decir puede sonar duro pero es real -nunca mejor dicho- y es que nuestro país no entraría dentro de ese grupo. Y no lo hará mientras sigamos con una Jefatura de Estado por linaje, hereditaria, de cuando se atribuía origen divino al gobernante. En la UE sólo debería haber democracias, e igual que se establecen otras obligaciones, ésta tendría que ser una más, tal vez la primera.

En esa otra Europa que es posible, la Naturaleza tiene que ser un punto clave, de ahí que en nuestro programa tengamos marcado como objetivo la protección del medio ambiente y una apuesta por las energías alternativas que aseguren el futuro del planeta.

En resumen, y para ir terminando, esa otra Europa que es posible se edificará sobre la igualdad entre los ciudadanos, sin distinción de razas, sexos, nacionalidades... con derechos fundamentales que deberán ser respetados por encima de cualquier otro. Siento tener que insistir con lo de Guantánamo, pero resulta difícil de digerir que la Unión Europea y sus diversos miembros hayan sido capaces de tragar con esto mientras que por mucho menos han existido sanciones internacionales para países mucho más humildes.

El PCE luchará por conseguir esa otra Europa. Porque sabemos que es posible. Muchas gracias.

Si alguien desea hacer alguna pregunta, estamos a su disposición. Aquí tienen algunos folletos con el Programa electoral del PCE.

Vídeo de presentación de la campaña "Otra Europa es Posible"

Acto de precampaña del PCE en el Teatro Auditorio Municipal de Torrevieja

Hay dos puertas y frente a ellas los miembros del PCE reparten caramelos rojos (fresa) y azules (arándano), y según el caramelo que escojan los mandan entrar a una sala u otra.

Localidad: Torrevieja (Comunidad Valenciana)
Lugar: Teatro Auditorio Municipal
Fecha: 2-06-2013
Interviene: Alejandro Flórez Studer

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Han elegido ustedes la pastilla azul. Acabamos de avanzar hasta 2020. Las teorías neoliberales han triunfado y hoy "Europa-Coca Cola", nuestra nación, es un lugar próspero en el que todos somos libres. Déjenme que me presente: soy Alejandro Flórez y hoy trabajo para "Nestlé" como inspector de higiene. Cuando digo "hoy", es así literalmente. Ayer era envasador en "Salchichas Óscar Mayer". Parece que mi estancia en "Nestlé" va a prolongarse bastante, probablemente hasta finales de semana.

Veo caras de extrañeza. ¡Ah, claro, ustedes no están informados! Con la victoria de los neoliberales la economía ha cambiado y ahora tenemos flexiguridad. Esto consiste, básicamente, en que las empresas pueden contratarnos y despedirnos a su antojo. A cambio, el Estado nos proporciona unos cursillos acelerados de formación para que podamos adaptarnos a las necesidades del mercado. Por ejemplo, esta mañana he aprendido que hay un conservante que es cancerígeno y un colorante que te puede destrozar el hígado, pero ahora no recuerdo sus nombres. Para la próxima semana tengo dos horas de cirugía que, según me han dicho otros empleados que ya lo han hecho, es coser y cantar. Lo cierto es que tengo un poco de aprensión por la sangre pero tendré que hacer de tripas corazón. Si no, ni mi familia ni yo comemos.

¡Ay, mi familia! La quiero mucho; estoy pensando en traerla a vivir conmigo a McDonalds Oeste, que es una ciudad con muchos servicios. Por ejemplo, por veinte euros al día puedes alquilar una habitación. En mi caso, como mi esposa y mi hijo son bastante limpios, tendré que buscarles una que tenga aseo. Eso sube cinco euros el alquiler, pero creo que merece la pena.

Estoy muy orgulloso de mi hijo. En el colegio obtiene unas notas excelentes y es posible que algún día pueda ir a la universidad para ser arquitecto, como yo. Quiero decir que, como yo, quiere estudiar Arquitectura. Otra cosa es en lo que trabaje después. El mercado manda.

En cuanto a mi esposa, estoy bastante preocupado por ella. No está bien de salud. Ahora ha empezado a quejarse de un bulto que le ha salido en el pecho. La verdad es que sería mala suerte que fuera un tumor, porque el seguro sanitario que he contratado sólo me cubre fracturas e infecciones leves. No tenía dinero suficiente para más. Compréndanlo: mil euros no dan para mucho. Sí, es verdad que ahora ya no tenemos que pagar impuestos directos y somos mucho más libres pero... no sé, a veces me siento inseguro.

¡Meca, pero si es tardísimo! Tengo que marcharme porque, si no, me toca la tarifa cara en la autopista y cuesta como tres días de habitación. Es el precio de la libertad. Gracias por su atención.

Localidad: Torrevieja (Comunidad Valenciana)
Lugar: Teatro Auditorio Municipal
Fecha: 2-06-2013
Interviene: David Cortés-Rusell

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Han elegido ustedes la pastilla roja. Acabamos de avanzar hasta 2020. El comunismo ha llegado a Europa. Me llamo David Cortés-Rusell; aunque soy de origen guineano, soy español, pero poco importa eso, pues ahora en Europa todas las personas tenemos los mismos derechos independientemente de nuestra procedencia. Los tiempos en que Berlusconi lanzaba a la policía contra los inmigrantes son sólo un mal recuerdo.

Yo trabajo en la compañía eléctrica. Digo "la" porque sólo hay una en toda Europa. Nosotros tenemos la misión de suministrar energía a todos los hogares, a todas las empresas, a todos. Y lo hacemos con ilusión. Vivo con mi familia: mi esposo y dos hijos -adoptivos pero que son "mis hijos"- algo que, sin ser habitual, ha dejado de ser "anormal", como dirían algunos. Los matrimonios homosexuales contamos con los mismos derechos que los heterosexuales. Mis hijos lo son todo para mí, y lo cierto es que mi esposo y yo pasamos mucho tiempo con ellos: yo trabajo por las mañanas y él por las tardes, con lo que los niños siempre tienen a alguno de los dos cuando vuelven del colegio. Cuando él regresa del trabajo aún tenemos unas horas para divertirnos en familia. Nuestra casa es modesta pero tiene todo lo que necesitamos: una habitación para nosotros, otra para los niños -cuando crezcan, nos cambiarán a una casa con otra habitación más- una sala con televisión y ordenador, un baño y un aseo, y una cocina con todo lo necesario para preparar la comida, incluida una nevera que nunca está llena pero tampoco vacía.

Por la mañana, después de prepararme, monto en el autobús -es eléctrico, para no contaminar- que todos los ciudadanos tenemos derecho a usar sin pagar, lo que no quiere decir que sea gratuito, pues se mantiene con nuestro trabajo. Ahora mismo no existe el paro: todos cumplimos con una labor en la sociedad y todos recibimos por ella multitud de servicios, desde el transporte o la luz hasta la comida o el agua corriente.

En el trabajo rindo como el que más, pues soy consciente de que sólo así podremos mantener todos nuestra calidad de vida e incluso aumentarla. En un par de semanas tendré vacaciones y aún tengo pendiente elegir el viaje con gastos pagados al que tengo derecho. Tendré que hablarlo con mi marido. En esas fechas los niños se quedarán en campamentos de verano: el mayor va a ir al sur de Francia, cerca de Marsella, mientras que para el más pequeño hemos elegido uno en la costa portuguesa, próximo a Lisboa.

Disculpadme pero tengo que ir a visitar a mi padre, que está ingresado en el hospital. Ha tenido que someterse a una operación bastante delicada pero está en muy buenas manos: la atención sanitaria, a la que todos los ciudadanos tenemos derecho, es de óptima calidad.

Antes he de pasar por casa para votar en un par de consultas populares por internet. Ahora nuestra democracia está más cerca de la ideal, pues podemos influir en la toma de decisiones sin necesidad de esperar cuatro años. Además, desde que no tenemos monarquía no existen privilegios. Algunos decían que el comunismo terminaría con nuestra libertad; yo me siento más libre ahora que cuando dependía única y exclusivamente de tener o no tener dinero. Gracias por su atención.