Comunicado de Izquierda Unida

Desde Izquierda Unida queremos mostrar nuestro más profundo rechazo a la situación política actual, a la difícilmente se le podría calificar con otro nombre que no sea el de “prostitución política”. El pacto de no-agresión y defensa pública que mantiene el Gobierno con Unión, Progreso y Democracia, y el Bloc d’Entesa Nacional, nos escandaliza, no solo a nosotros, sino que a una gran parte de la sociedad que ve como la confianza que en ellos había depositado se deja en un segundo plano, o, en algunos casos, se olvida, y todo, por interés y poder político.
El Gobierno, incapaz de hacer el trabajo limpio, se ve desbordado a la hora de hacer también el trabajo sucio, el de acallar las críticas, la objetividad y la indignación que desprende, y por ello, cuando tendría que haber mirado directamente al Pueblo, ha mirado dentro de la cámara del Congreso, buscando siervos para mantenerse en el poder a cambio de beneficios políticos que conlleva, normalmente, estar alineado con un Gobierno. Sin poder ya defenderse de las críticas merecidas que, desde cualquier punto de la sociedad, se realizan, ha decidido mantenerse escondido detrás de UPyD y del BEN, como si formasen un mismo partido, al que llamaremos Bloque Progresista Socialista. Tras este grupo, su líder (el PSOE), se esconde para que sus dos matones (UPyD y BEN), le hagan el trabajo sucio. Y esto, puede sonar a fantasía, pero tristemente, es real, y todos lo podemos comprobar.
Además, como cualquier grupo político, cuenta con su propio medio propagandístico, que en este caso, parece ser una televisión pública. Si antes nos mostrábamos indignados con esa situación de prostitución política, en el caso de que una televisión pública se privatice y siga siendo pública, es algo para lo que no hay palabras. Yo, actualmente, resido en Barcelona, y como catalán, pago los impuestos que debo pagar, pero no quiero que se me obligue a pagar una campaña de desprestigio contra uno de mis compañeros, ni quiero tener que pagar las campañas políticas del BPS. Es más, no tengo porqué hacerlo, y sin embargo, se me obliga a hacerlo. En estos momentos, el sentimiento que el Govern me hace sentir más sobre Catalunya, no es amor hacia ella, sino impotencia al ver como se aprovechan de mi y de miles de personas más.
Queremos la liberación de la política, que se haga justicia al ciudadano. La sociedad no voto a favor de un tripartito, ni de una coalición para el Gobierno. La sociedad no voto a favor del Bloque Progresista Socialista, sino que votaron a distintos partidos que, ahora, parecen haberse unido.
Queremos el fin de la privatización de la televisión pública catalana, que nadie se aproveche de nadie, como lo está haciendo el BPS al obligar a los catalanes a pagar sus campañas políticas.
Queremos la disolución del BPS y que sus miembros rompan con TV3, para que así, los catalanes podamos volver a disfrutar de una televisión pública de calidad y con seriedad, y los españoles, de una política al servicio de los ciudadanos.
Esto puede sonar todo a fantasía, pero repito, que tristemente es real y debemos solucionarlo.